CAPÍTULO 225
*narrador omnisciente*
«Cierra los ojos y díselo».
Ese ha sido el consejo de su hermana.
Cerrar los ojos es fácil. Decirlo, es difícil. Por eso se ha refugiado toda su vida en una hoja de papel. En unas letras visibles.
Pero esta noche las estrellas le han dado fuerza, tiene los puños repletos de sonrisas y las ideas claras al cerrar los ojos.
Armado de valentía, llega hasta la cafetería y con paso decidido se sienta delante de ella. Los pómulos de la rubia adquieren un automático tono rojizo y lo saluda con una sincera sonrisa.
Hugo: Tengo que hablar contigo —le dice, sonriente.
Claudia: ¿Hablar? —se extraña ella.
Hugo: Sí, tenemos que hablar.
Claudia: Vale —alinean sus miradas—. Dime.
Hugo: Escucha —el chico coge aire lentamente y cierra los ojos.
Claudia: ¿Qué pasa? —le pregunta ella, acariciando su mano— ¿Por qué cierras los ojos?
Lo está visualizando, su olor le ha ayudado. La jovialidad se apodera de su rostro al sentirlo.
De nuevo lentamente, abre los ojos. La chica no puede ocultar su gesto de asombro.
Hugo: Te quiero —le confiesa él, sonriendo de oreja a oreja.
Claudia: ¿Qué? —contesta ella riendo.
Se sube a la silla, que tan solo es una escalera improvisada para llegar encima de la mesa. Le tiende sus manos a la rubia y la ayuda a colocarse a su lado.
Hugo: ¡He cerrado los ojos y me he dado cuenta de que te quiero! —exclama, radiante.
La chica no puede parar de reír. Risas que contagian felicidad.
Claudia: ¡Yo también te quiero!
Él coloca la mano en su mejilla y la besa, volviendo a cerrar los ojos. Queriéndola. Queriéndose. En su constelación de estrellas inmortales, donde no hay cabida para los camareros gruñones que prohíben a los consumidores que se suban encima de las mesas.
Esa misma mañana, en la aula donde se imparte la asignatura de Cocina se encuentran los cuatro finalistas de la primera edición del Torneo de los MiniChefs. Nerviosos ante tal responsabilidad. Impacientes por conocer los retos. Felices por poder vivir este momento.
Robert: Antes de empezar, enhorabuena a los cuatro por haber llegado hasta aquí.
Ellos asienten, inquietos.
Alfred: Hoy desarrollaremos dos pruebas, en cada una habrá un ganador, que conseguirá la ansiada chaquetilla y se clasificará para el gran duelo final de mañana.
Eleanor: La primera prueba consiste nada más y nada menos que cocinar un postre de Jordi Cruz, "La Pantera Rosa".
Jordi: Y como ya sabéis, esta es una de nuestras pruebas estrella. Cocinaréis al mismo tiempo que yo, dándoos las pertinentes instrucciones en cada paso. Tenéis todos los ingredientes en vuestras respectivas mesas. Disfrutad del cocinado, sé que nos vais a sorprender.
Los chicos y el chef se ponen manos a la obra, intentando no perder el hilo de sus explicaciones. La concentración puede respirarse en el ambiente, sobre todo la de Manuel, fascinado con la Masterclass de su maestro y amigo.
Las catas resultan apacibles y frescas. Es la final, no creen conveniente sacar su faceta estricta. Saben que si han llegado hasta aquí es porque están a la altura de las circunstancias y lo cercioran con el resultado de los cuatro platos. Tan solo pueden hallar los errores en los pequeños matices. Pero, sin duda, hay uno de ellos que ha destacado por presentación, sabor, pasión y originalidad.
La chica de flequillo contundente y mirada otoñal se coloca la chaquetilla, llena de orgullo, sufriendo ráfagas de posibles platos para su menú en el gran duelo final. Su chico la envuelve entre sus brazos: la Ana que se ponía nerviosa al presenciar fuego en una cocina ya no existe. Ha logrado emerger poco a poco de esa burbuja donde los límites entre realidad y ficción se borraban continuamente. Sí, es consciente de que nunca logrará recuperarse al cien por ciento, todo trauma presenta secuelas. Pero vuelve a sentirse a salvo. Rodeada de gente que la quiere y la respeta. Y, junto a él, junto a su olor, sus brazos, sus besos, sus rarezas y sus metas logra encontrar una palabra que define cómo se siente. Invencible. Junto a él se siente invencible.
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Invencibles (2)
Teen FictionHan pasado dos años desde que Manuel se proclamó ganador de Masterchef Junior 2. Los organizadores del programa y los padres de los concursantes acabaron decidiendo que no era muy viable seguir yendo a los colegios públicos de sus respectivas ciuda...