CAPITULO 32: HI

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HIPERACTIVIDAD (ver también: AGITACIÓN): La hiperactividad se vuelve a encontrar frecuentemente en los niños cuyas actividades son intensas y constantes. Está bien hacer la distinción entre un comportamiento dinámico e hiperactivo. Si soy un niño hiperactivo, tengo un comportamiento turbulento y molesto, incluso extraño. Es el modo habitual que tengo de ignorar las situaciones y las circunstancias alrededor mío volviéndome tan implicado en lo que hago que no debo poner la atención en mi realidad inmediata, quizás porque esta realidad no es alentadora ni me sostiene. Es un modo de rebelarme contra las circunstancias y los sentimientos que no se expresan sino que son más sentidos (como los miedos hacían los padres y las inhibiciones). Sabemos que la hiperactividad está causada por los aditivos artificiales: el exceso de azúcar, los colorantes y el fastfood. El alimento de este tipo suele ser el símbolo del padre que intenta colmar el amor del cual pueda yo carecer. Por ejemplo: me da chocolate cuando más necesitaría un abrazo. Cuando soy un niño hiperactivo, suele ser porque necesito estar más centrado en mi yo interior y mi corazón. Como padre o madre, antes de poner a mi hijo bajo medicación, más valdría intentar tratamientos que actúan en el plano energético como por ejemplo la relajación, la acupuntura, la homeopatía, etc. Puede ser que el niño sea hiperactivo porque está en resonancia o si se quiere, en contacto interior con lo que se llama nuestro niño interno (el niño interno del padre) el cual vive una gran tensión o una gran inseguridad. ¿Si nosotros - mismos como padres, no estamos energéticamente centrados, cómo pedir a nuestro hijo que lo esté? Convendría mejor que me asuma primero, para mí - mismo y el bienestar de mi hijo.

HIPERTENSIÓN: Conocida comúnmente como PRESIÓN ALTA, la hipertensión arterial corresponde al aumento por arriba del promedio de la tensión sanguínea en las arterias. Esta enfermedad puede ocasionar lesiones vasculares en el corazón, el cerebro, los riñones y los ojos.

El nombre de la enfermedad explica bien lo que sucede, es decir, que la persona afectada se crea una fuerte presión a causa de su hiper emotividad. Revive sin césar situaciones que le recuerdan heridas afectivas no sanadas ni resueltas. También tiene tendencia a dramatizar las situaciones debido a su gran actividad mental, que le hace sentir muchas emociones. Es una persona muy sensible, que quisiera ver felices a todos los que la rodean y se crea muchísima tensión y se presiona mucho para encontrar la forma de lograrlo.

Esta hipertensión significa que es el momento de que pienses en ti sin creer que estás en este planeta para arreglar la vida de todos los que quieres. Esto no quiere decir que no te ocupes de ellos, pero de ahí a sentirte responsable de su felicidad hay una gran distancia. Te ayudaría mucho cambiar tu concepto de responsabilidad para que le pongas "un poco de sal" a tu vida. Esto te descargará de una gran presión inútil que, además, te impide vivir con alegría el momento presente.

HIPERVENTILACIÓN (sobre- oxigenación): La hiperventilación se produce cuando la cantidad de aire inspirado y la de aire espirado no es igual. De hecho, cuando una persona inspira más aire del que espira, se aporta un excedente de oxígeno al organismo. Muchos confunden los síntomas de la hiperventilación con los de una crisis cardiaca.

La hiperventilación se produce cuando se experimenta miedo a perder el control. La persona afectada se reprime demasiado, no se deja llevar por lo que siente. Tiene miedo a lo desconocido y no confía mucho en sí misma.

Si eres de los que se hiperventilan con frecuencia, procura no formar parte de situaciones que te exijan demasiado. Acepta tus miedos y tus límites. Ve gradualmente hacia lo desconocido, hacia experiencias nuevas. No se trata de obtenerlas todas, ya que de este modo bloquearías algunos de tus deseos, sino de no aspirar la vida demasiado aprisa queriendo experimentarlo todo de un golpe.

La hiperventilación consiste en una inspiración rápida y una expiración corta, trayendo un excedente de oxígeno en el organismo. Las causas pueden ser la acidosis, la ansiedad, la fiebre, un ejercicio físico intenso. Padezco hiperventilación porque no acepto el cambio. Por lo tanto, siento un sentimiento de inquietud frente a lo nuevo y dudo en hacer confianza a la situación actual; rehúso abandonarme. Mi cuerpo me da un mensaje y tomo consciencia de él. Respiro normalmente, me suelto, me abandono. Mi vida se transforma, me alegro. Me libero de todos mis temores. Respiro con alegría en la vida.

HIPO: El hipo es una contracción brusca e involuntaria del diafragma que provoca, cada 15 ó 30 segundos, una inspiración breve, brusca y ruidosa.

Generalmente se manifiesta en la persona que tiene dificultad para detener algo. Por ejemplo, dejar de reír, de comer, la agitación mental, etc. Se trata principalmente de dejar de "hacer" algo. Esta persona es emotiva y no se calma con facilidad.

Para detener tu hipo puedes respirar profundamente varias veces, reteniendo el aire en los pulmones el mayor tiempo posible, así como tomar un vaso grande de agua, lentamente. Después averigua qué es lo que te resulta difícil detener en ese momento. Tu cuerpo te transmite el mensaje de que, por el momento, es suficiente, aunque luego podrás seguir. Creer que eres incapaz de detenerte no te beneficia. Sí eres capaz, y puedes hacerlo.

El hipo está provocado por contracciones espasmódicas repentinas e involuntarias del diafragma. Puedo vivir una rebelión interior, una culpabilidad, un auto -enjuiciamiento. Esto perturba mi organismo. ¿Siempre el hipo? Puede ser frecuente y duradero. Es una experiencia muy incómoda y desagradable para la persona que lo tiene. ¿Hay algo que me incomoda y me desagrada en lo que estoy viviendo o en lo que quisiera vivir pero que no se manifiesta, y que me causa frustración? ¿Hay ruidos, pensamientos que no puedo parar? ¿Está el hipo programado Ejemplo: cada vez que bebo una bebida gaseosa, tengo hipo? Tomo la vida con más calma. Aprendo a saborear y a apreciar plenamente mi vida. Acepto que todo está en su lugar, en el plano divino, que todo está O.K. y desaparecerá el hipo.

HIPOCONDRÍA: Soy hipocondríaco si me preocupo de modo excesivo de mi salud. Puede volverse para mí una obsesión el pensar que podría estar enfermo. Vivo una profunda inseguridad frente a esta pérdida de control que podría representar la llegada de la enfermedad. No acepto padecer por la enfermedad porque sé en el fondo de mí que ya padezco en mí ser interior. Este temor puede volverse tan grande que puedo abstraerme de la realidad y tener alucinaciones. Necesito volver a tomar el contacto conmigo mismo. Utilizando un enfoque energético o de psicoterapia, esto me ayudará a tener más confianza en mí y en mi capacidad divina de apertura que puedo manifestar frente a la vida.

HISTERIA: Soy histérico cuando vivo una neurosis y que expreso mi conflicto psíquico de modo corporal, que sea bajo la forma de una crisis de nervios, convulsiones, pérdidas de consciencia, etc. Cuando hago una crisis de histeria, pierdo el contacto con la realidad, me refugio en lo imaginario y puedo tener tendencia a expresar mi conflicto interior en público. Vivo una profunda insatisfacción personal en cuanto a mi sexualidad, lo cual me lleva a jugar el juego de la seducción, a mantener a la gente a distancia o incluso a tener una frialdad aparente para protegerme de mi gran sensibilidad. Cuando vivo tal estado, se pone de manifiesto el dolor y la pena interior que pueda sentir. Tengo necesidad de curar mi herida interior para que pueda recobrar un mayor equilibrio, una mayor armonía y una paz interior más grande, para acallar mis tormentos. Pido ser guiado para elegir el enfoque terapéutico que me permitirá alcanzar este estado de mejor estar.

DICCIONARIO DE LAS ENFERMEDADES EMOCIONALESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora