Ashley negó con un moviendo de cabeza e ingirió un poco de jugo. No podía creer que aquella conversación tomara ese rumbo, pero no sé la dejaría fácil, ella también podía interactuar en ese juego de preguntas.
—Por tu invitación algo inesperada, me atrevería a decir que estás soltera, ¿Cierto? —expresó, la chica de ojos café.
—Has dado justo en el clavo—se encogió de hombros—Hace unos meses terminamos, ¿Puedes creer que me reprochó el hecho que no tenía tiempo para ella? —expresó.
—Supongo que tenía razón —se atrevió a decir Ashley.
—¡Oh vamos! Te pondrás de su parte —Lydia se quejó. No podía pensar que la costarricense actuará de ese modo.
—No estoy de su parte Lydia—intentó calmarla—Se supone que si estás con alguien es porque sientes cariño y lo mínimo que puedes hacer por ella, es dedicarle tiempo o —hizo una pausa
—¿O qué? —se apresuró en decir Lydia, no podía creer que aquella mujer la estuviese analizando.
—Puede que no estuvieses enamorada de ella —dijo sin más.
—Quizás—se encogió de hombros. Jamás había reflexionado sobre el tema, pero aquella chica parecía tener razón. Ella nunca se había enamorado—¿Y tú alguna vez te has enamorado? —no tardó en preguntar.
—No, supongo que no ha llegado la persona indicada —mencionó.
—Entonces, ¿Nunca has estado con nadie? —dijo Lydia.
Ashley podía intuir por dónde iba esa pregunta, así que la detuvo antes de escuchar aquella frase que odiaba tanto—Ni se te ocurra decir esa palabra, te lo prohíbo —la amenazó.
—¿Te avergüenzas? —preguntó Lydia. No podía entender que aquella chica pudiese sentirse apenada por algo tan normal. Bueno, ni tan normal para ella que había estado con varias mujeres.
—No—respondió—Simplemente odio que me juzguen por eso, yo decido con quién acostarme y con quién no —le explicó.
—Te comprendo—colocó su plato a un lado—Aquí entre nos, no recuerdo muy bien mi primera vez —confesó Lydia.
—¿Tan mal te fue? —investigó Ashley.
—Ese día estaba muy ebria, así que ambas sabíamos a lo que íbamos y todo sucedió tan rápido. Qué no disfrute mucho en realidad —le explicó.
—Pensé que la primera vez debería ser única e irrepetible, por eso te tomas el tiempo para escoger a la persona indicada —dijo. Era lo que ella siempre había pensado, pero la confesión de Lydia la entristeció y quizás por eso se había negado a estar con alguien.
—Ya que hablamos del tema, ¿Cuántas parejas has tenido? —preguntó Lydia. Aquella conversación se había tornado interesante y aunque Ashley, no haya tenido relaciones sexuales, tuvo que haber salido con alguien o eso suponía ella.
Ashley se sintió avergonzada por tocar ese tema, pues eso demostraba que no siempre tuvo el control de su vida—En realidad, no se puede llamar pareja si te obligan a salir, pero ya que lo preguntas. Mi familia me ha buscado varios novios y siempre me las he ingeniado para rechazarlos luego de la primera cita —le confesó.
Lydia arqueó su ceja, no podía creer que algunas familias aún hicieran ese tipo de encuentros—Me compadezco de ti, ¿Y por qué los rechazas? —preguntó. La reacción de Ashley, le parecía sospechosa, pero no quiso decir nada para no sacar conclusiones apresuradas.
—No lo sé—se encogió de hombros. No tenía idea de cómo responder a esa pregunta, pues nunca se la había planeado—Aunque he de confesar que por ese motivo me fui de casa y ahora vivo en este pequeño departamento—sonrió—Y tú, ¿Cuántas parejas has tenido? —inquirió. Deseaba conocer un poco más de Lydia.
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Un amor inesperado
Любовные романыAshley Herrera, es una joven sencilla de clase media, es busca del amor como todas las chicas de su edad. Su determinación y su fascinación a lo desconocido, la llevará a descubrir sus verdaderas pasiones. Unas pasiones que la llevarán a encontrar...