Capítulo 5

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Ashley acomodó sus cosas y salió como alma que lleva el diablo en dirección a su departamento. Había tenido un día difícil en su trabajo y lo único que deseaba era llegar a casa para conversar con Lydia. Cuando llegó a su destino, se dirigió a su recámara y encendió su portátil, pero al ver que Lydia no estaba conectada, se sintió culpable por no llegar a tiempo. Aquella situación estaba sobrepasando sus límites, pues se estaba encariñando de esa mujer y le resultaba difícil luchar contra ese sentimiento. Lydia estaba fuera de tu alcance y debía asimilarlo. Cerró sus ojos para controlar esa tristeza que sentía y de pronto, escuchó aquel sonido que le era familiar.

Lydia —¿Estás ahí?

Ashley —¡Hola bonita! Me estaba haciendo a la idea de que hoy tampoco conversaríamos (guiño de carita triste)

Lydia —Yo también estaba pensando lo mismo, ambas hemos estado tan ocupadas, que sinceramente estuve pensando en no seguir escribiendo.

Ashley —¡Oh! Entiendo.

Lydia —No lo tomes a mal, por favor.

Ashley —No te preocupes, sé a qué te refieres.

Lydia —Ashley, no quiero que te alejes. Solo entiéndeme, esta situación es frustrante para mí.

Ashley —¿Y crees que para mí no lo lees? Cuán equivocada estas, para mí también es duro conversar a diario con una persona que está a 5208 km de distancia.

Lydia —Ashley.

Ashley —Creo que lo mejor es dejar esto hasta aquí, no tiene caso seguir conversando con alguien que tal vez, nunca podré conocer.

Lydia —No te alejes de mí como lo hace todo el mundo, por favor.

Ashley —Lydia, jamás podría alejarme de ti. Aunque no siempre estamos al lado de quien queremos y apreciamos.

Lydia —¿Te puedo contar un secreto?

Ashley —Sabes que puedes contarme lo que desees.

Lydia —El motivo por el que te he estado evitando, es porque desde que te conocí me gustaste. Sin pensarlo, me diste la oportunidad de irte conociendo por estas letras que parecen insignificantes para un tercero, pero que para mí lo son todo.

Ashley —Me has dejado sin palabras.

Lydia —Tú me gustas y no podía esconderlo. Ojalá mi confesión no cambie nuestra relación de amistad.

Ashley —Eso jamás pasará.

Lydia —Guapa me quitas un peso de encima. Sin embargo, me gustaría saber si algún día vendrías a visitarme.

Ashley —¿Hablas en serio?

Lydia —Definitivamente. Quiero que conozcas a mi amigo Paulo.

Ashley —Espero algún día ir a tu país, pero ¿Por qué deseas que conozca a tu amigo?

Lydia —Para ser honesta, me has caído tan bien que ya es imposible olvidarte. Tu manera de ser y de tratarme me ha cautivado.

Ashley no podía evitar lo inevitable, desde el primer día que conversó con ella, notó algo diferente, algo que no había visto en otra persona. Ese algo que con el pasar de los días hacía que ella sintiera unos sentimientos que jamás había sentido por otra persona.

Ashley —Entonces mi querida Lydia, podríamos decir que el sentimiento es mutuo.

Lydia —Sí, (guiño de carita feliz)

Ashley —Oye, no es que te esté corriendo, pero creo que ya se te hace tarde para ti.

Lydia —No lo había notado guapa, gracias por avisarme.

Ashley —Cuídate, te quiero mucho.

Lydia —Tú también cuídate, estamos en contacto.

Las chicas se iban acoplando con cada frase, correo y cada apodo. Era cuestión de tiempo que cedieran a lo que estaban concibiendo una por la otra.


Publicado: En Wattpad, agosto 10 del 2018

Copyright © 2018 María A. Todos los derechos reservados

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Los personajes, eventos y sucesos presentados en esta obra son ficticios. Cualquier semejanza con la realidad es pura coincidencia.

Un amor inesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora