El tiempo había transcurrido desde aquella noche de pasión, donde Lydia comprendió que la vida no sería la misma sin la cercanía de su amor. Desde ese quince de noviembre, hizo todo lo que estuvo en sus manos para quedarse en aquel país y aunque los primeros meses fueron un tanto difíciles, no se dejó intimidar. Después de varios intentos y luego de obtener un permiso para trabajar en Costa Rica, logró encontrar un empleo estable en un prestigioso restaurante cerca del departamento. Ahora todo era distinto para ella, aquellos días de soledad fueron reemplazados por días alegres. Aquel viernes por la tarde, Ashley se encontraba practicando el discurso que debía realizar para defender su tesis. Estaba tan nerviosa, que no podía quedarse quieta, pero aquel sonido que se esparció por la habitación, la asustó. Su novia había olvidado las llaves de nuevo.
—Lo siento cariño, olvides mis llaves —se excusó.
—No te preocupes, ¿Lograste conseguir los vestidos en el lugar que habías escuchado? —dijo.
—Sí—acarició su mejilla—¿Aún nerviosa? —rodeó su cintura y le dio un beso corto.
—Un poco —contestó Ashley.
—Conozco el remedio perfecto —dijo Lydia, con una sonrisa maliciosa.
Ambas se fundieron en un beso suave que poco a poco se tornó apasionado. Lydia tenía tiempo suficiente para hacerle el amor a su chica, por lo que no tardó en tomarla entre sus brazos y la llevó a la habitación. Dejó la puerta entreabierta y depositó a Ashley sobre la cama, mientras sus labios se pasearon por el cuello dejando un pequeño rastro de humedad, adoraba besar aquella piel que tantas veces había hecho suya. Lydia terminó por desnudar a su mujer y se detuvo a mirar ese cuerpo juvenil, recordando la primera vez que lo hizo suyo. Extasiada por aquel momento, no se percató que Ashley comenzó a besarla, mientras la iba desnudando. Ambas morían por entregarse de nuevo y perderse en la pasión.
Sin embargo, Lydia se ubicó encima de Ashley, colocándose entre sus piernas para buscar mayor contacto, al mismo tiempo que podía sentir las uñas de Ashley arañando su espalda hasta colocar sus manos sobre sus glúteos para profundizar el contacto. Comenzaron a aumentar el ritmo, revolviéndose como sanguijuelas que se enredan para obtener su meta. Querían sentir sus cuerpos ardiendo, gimiendo, frotándose uno contra otro hasta que llegó un orgasmo que Lydia había provocado y luego un segundo orgasmo que Ashley no pudo controlar. Entre besos, lamidas y caricias, se entregaron tiernamente, saciando esa sed que tenían de sí mismas. Así permanecieron un rato más, contemplando el calor que emanaban sus cuerpos, hasta que Ashley decidió hablar.
—¿Qué hora es? —preguntó, con la respiración agitada.
—Veinte para las tres —contestó Lydia, al besar su coronilla.
—Ya es tarde —exclamó Ashley, al mismo tiempo que se incorporaba de la cama.
—Hora de vestirnos—sugirió Lydia, con una sonrisa en sus labios—El vestido azul marino de JJsHouse con escote en V, es tuyo cariño —añadió.
—Tienes buenos gustos —manifestó.
Veinte minutos después, se encontraban en el instituto de salud aguardando a la presentación, pero a pesar de todo, Ashley estaba un poco nerviosa y Lydia, se encargó de tranquilizarla. Desde su ubicación, vio cómo su costarricense se alejaba, en dirección al auditorio y ella la siguió a una distancia prudente para no llamar la atención. Cuando por fin era turno de Ashley para exponer su trabajo, Lydia le dedicó una tierna para transmitirle confianza y con ese gesto comenzó la presentación.
Publicado: En Wattpad, agosto 10 del 2018
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Los personajes, eventos y sucesos presentados en esta obra son ficticios. Cualquier semejanza con la realidad es pura coincidencia.
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Un amor inesperado
RomanceAshley Herrera, es una joven sencilla de clase media, es busca del amor como todas las chicas de su edad. Su determinación y su fascinación a lo desconocido, la llevará a descubrir sus verdaderas pasiones. Unas pasiones que la llevarán a encontrar...