Lydia observó cómo su novia tomaba asiento sobre el borde de la cama, no podía creer que hace unos instantes, Ashley le pidió que le colocará un poco de crema. Inhaló una bocanada de aire para controlar sus impulsos y comenzó a esparcir la crema con suavidad sobre la pierna izquierda, realizando pequeños roces que eran excitantes para las dos. Repitió el proceso en la otra pierna, pero esta vez, sus manos rozaron la ingle de Ashley, quien emitió un gemido suave por el contacto. Lydia no podía contener el nerviosismo que le generaba esa cercanía tan íntima con su novia y el cosquilleo que sentía en su entrepierna, era más notorio.
—Aplícame en los brazos, por favor —sugirió Ashley, con la voz entrecortada.
Lydia se encontraba tan excitada, que no le prestó atención a Ashley, simplemente se rindió a sus deseos. Apartó un lateral de la toalla para acariciar el abdomen de su novia y pudo notar como su piel se erizó, al mismo tiempo que se mordía el labio inferior. Los ojos de Lydia estaban más claros que de costumbre, producto de su excitación y sin querer, una de sus manos acarició sutilmente el pecho derecho de su novia. Ashley gimió despacio y se contuvo de abalanzarse a los labios de su novia.
—Colócate boca abajo —le ordenó.
La respiración de Ashley se encontraba acelerada, las suaves caricias de su novia habían logrado que su sexo estuviese lleno de fluidos. Había sentido tantas emociones, que no se percató que, por primera vez, estaba desnuda ante alguien. Su cuerpo reaccionó a la fría sensación que produjo el choque de la crema sobre sus hombros y un leve gemido salió de sus labios. Lydia no resistió la tentación y deposito un beso húmedo sobre el cuello de Ashley. La sensación fue tan intensa, que Ashley soltó un gemido más fuerte y por instinto, se echó hacia atrás buscando un mayor contacto. Lydia se encontraba en ebullición, ahora más que nunca deseaba hacerle el amor a su novia, deseaba ubicarse entre sus piernas y probar el sabor de su sexo, pero cuando estaba por darle rienda suelta a sus deseos. Escuchó la voz de su novia.
—Me colocas el pijama, por favor —musitó Ashley con la voz ronca. Estaba consciente de que, si seguía con ese contacto, ambas podrían terminar haciendo el amor.
Lydia salió del trance en el que estaba, las cosas se le habían salido de las manos y se había jurado que no iría tan rápido con Ashley, a pesar de haber tenido sexo telefónico innumerables veces. No quería estropear la experiencia de su primera vez, así que se incorporó para buscar algo con que cubrir el cuerpo de su novia.
—Cariño, ¿Encontraste algo? —preguntó Ashley.
—Sí —contestó Lydia, desde su ubicación.
Una vez que le colocó la camisa a su novia, le dio un beso corto y guío sus pies a la ducha para tender la toalla. Allí, se esparció agua fría en su rostro para bajar su calentura.
—¿En qué lado dormiré? —preguntó, al ver a su novia sobre la cama.
—Quédate en la orilla, por si deseas ir al baño durante la noche—contestó Ashley—¿Me dejarías abrazarte? —indagó.
—Por supuesto—dijo Lydia y se colocó sobre el regazo de Ashley para apreciar los latidos de su corazón—¿Por qué estás nerviosa? —soltó sin pensarlo.
—No lo sé —musitó Ashley y la abrazó con fuerza.
Se sentía avergonzada por lo ocurrido hace unos momentos, realmente deseaba hacer el amor con Lydia, pero había algo en ella que la detenía.
—No quiero presionarte para que estés conmigo, sabes que te amo y te respeto—dijo, al coincidir con su mirada—Es normal que te sientas así, a fin de cuentas, soy la primera persona que ha llegado a estar contigo en una situación íntima —besó su coronilla.
—No pienses que no quise hacerlo, solo que... —se le quebró la voz.
—Sentiste miedo—Lydia completó la frase y su novia asintió—Creo que es el momento perfecto para darte mi obsequio—manifestó, estirando su brazo sobre la mesa de noche—Ábrelo —sugirió.
—¿Me dirás que es? —inquirió Ashley arqueando una ceja.
—Mejor descúbrelo tú misma —alentó Lydia.
Ashley retiró el papel transparente que cubría la caja y al ver su interior, divisó un colgante con un dije de plata en forma de una nota musical (una corchea) junto a una nota, que decía "Gracias por aparecer en mi vida" Su rostro dibujó una sonrisa de satisfacción por el detalle, estaba tan emocionada que acortó la distancia que había entre las dos y le dio un dulce beso.
—Gracias —musitó.
—No tienes que agradecer—acarició su mejilla—Será mejor que intentemos dormir, cariño —sugirió y Ashley asintió. Esa noche, fantasearon el futuro que podría esperarles a partir de su encuentro.
Una suave melodía se esparció en la habitación y Lydia tanteo su lado derecho en busca de su celular, pero en su lugar, palpó una textura suave, tibia y de aspecto redondo. Se sobresaltó al distinguir aquella textura que para nada se asemeja a su celular. Dudosa y temerosa ante el tacto que percibió, abrió lentamente sus párpados, notando que aquella textura, era un pecho de su novia.
—¿Por qué me elegiste a mí?—se preguntó, mientras observaba como el pecho de Ashley subía y bajaba.
Mientras se debatía en sí besarla o no, su celular comenzó a sonar. Miró a su alrededor y se percató que el ruido provenía de su maleta. Se incorporó con cuidado para no despertar a su novia y busco su móvil.
—¡Aló! —pronunció, con la voz algo ronca.
—Liz, al fin contestas—exteriorizó su amigo—Pensé que te había pasado algo durante el viaje —agregó.
—Discúlpame —dijo en su defensa, al reconocer aquella voz.
—¿Cómo estuvo el encuentro con mi cuñada? —preguntó Paulo, moría por conocer los detalles.
—¿Cuándo dejarás de ser tan indiscreto? —inquirió Lydia.
—Nunca, ¿Cómo es Ashley? —dijo, sin prestarle atención a su amiga.
—Es hermosa —manifestó, al mismo tiempo que se le dibujaba una sonrisa en su rostro.
—¿Qué tal besa? —indagó Paulo.
Lydia abrió los ojos como platos y sus mejillas tomaron un color rojizo. Recordó las escenas de la noche anterior y su entrepierna produjo un ligero cosquilleo.
—¿Sigues allí? —inquirió Paulo con cierta preocupación.
—Sí —musitó Lydia apenada.
—¿Y bien? —exigió su amigo.
—No pienso responder a tu pregunta—contestó Lydia—¿Cómo están las cosas en el restaurante? —inquirió.
—Lo mismo de siempre —se encogió de hombros.
—Lástima que no esté allí para ayudarte —confesó Lydia.
—De eso nada, dedícate a disfrutar de las vacaciones—le ordenó—Debo colgar mi querida Liz, saluda a mi cuñada y disfruta de su compañía —le indicó, antes de colgar.
Publicado: En Wattpad, agosto 10 del 2018
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Los personajes, eventos y sucesos presentados en esta obra son ficticios. Cualquier semejanza con la realidad es pura coincidencia.
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Un amor inesperado
RomanceAshley Herrera, es una joven sencilla de clase media, es busca del amor como todas las chicas de su edad. Su determinación y su fascinación a lo desconocido, la llevará a descubrir sus verdaderas pasiones. Unas pasiones que la llevarán a encontrar...