Krypton Is Now Blue

BlackSun

Amurallar el propio sufrimiento, es arriesgarse a que te devore desde el interior.

—Frida Kahlo—

…..

-Ahora que sabes mi nombre, no vuelvas a tocarme-

Aleje mis manos de las suyas y me levanté veloz, al oír el timbre de final de clase, no podía confiar en ella, aprendí en mi entrenamiento militar, en dudar hasta de la mirada más noble, cuando no tengo pruebas para llegar a confiar del todo, y ella, está enredada con humanos despreciables, que no ven por sus semejantes como un Kryptoniano. Entré a los baños, mojando mis manos con agua helada de lavabos, echando un poco en mi rostro, sin importarme que las gafas se humedecieran, quería borrar todo contacto de esa mujer. Y como si hubiese aterrizado en la Tierra nuevamente, experimenté, la ansiedad, mi respiración estaba desnivelándome, no podía pasarme esto, no ahora, rodeada de frágiles cuerpos humanos que podría destruir en un segundo.

Me dejé caer en el piso, abrazando mis piernas, ocultando mi rostro en el hueco entre ellas y mi pecho, retuve mis lágrimas, no era conveniente flaquear, pero los recuerdos llegaban a mí, ¿acaso esa mujer era un hechicera que despertaba mi dolor con su tacto?, comenzaba a creer que sí. El ruido de toda la ciudad estaba ensordeciéndome, como si todas esas voces me gritaran al oído, estando tan cerca, como si esos corazones palpitando, me taladraran los tímpanos. No iba resistir más, y entonces lo escuché, era su palpitar; el de Lena Luthor.

Al abrir mis ojos, la vi ahí, en la puerta del baño, pero mi vista, mi sentido de la vista superior, veía más allá de su piel y las paredes primitivas de esta institución. Ella se arrodilló ante mí, ¿por qué los humanos tenían la costumbre de hacer eso?, ahora me molestaba menos, de solo pensar que aunque no confíe en ella, no la puedo lastimar. Me hablaba, pero no podía escucharla por absurdo que sonase, ya que todos los sonidos me confundían.

-Vete-

Susurré y ella negó, hablando más, intentaba tocarme pero yo la evitaba, y como pude, rebusqué en los bolsillos de mi pantalón, a penas y sostuve mi celular, buscando el contacto de Eliza, para cuando toqué el icono de llamada, ya tenía la bocina en mi oído.

< ¿Kara?—su voz siempre llegaba a mí.>

-Eliza—mi voz sonaba errática—ayu… ayuda… me—y débil—está… está pasando de… de nuevo-

< Tranquila cariño—hablaba con dulzura—dime, ¿dónde estás?>

-En un baño-

< Sal de ahí, dirígete a un lugar abierto>

-Si… si—me puse de pie rápido, mirando a Lena frente a mí—aléjate de mí-

No me importó su gesto triste, en este momento, debía ocuparme de mi propia inseguridad, de que soy una bomba de tiempo, que en cualquier momento puede estallar. A pesar de las miradas de los humanos, llegué al campus, mirando el cielo, alcanzando a ver el universo, como si estuviera viajando en el espacio, eso era peor, así que bajé la mirada, tirándome en el césped, volviendo a escuchar a Eliza.