Maldita Poción

¿Normalidad? Segunda parte

Gracias thelittlekillerkitty por ayudarme a corregir el capítulo, por recordarme que debo actualizar.

Antes de comenzar el capítulo les quiero decir que aún hace falta una parte del capítulo final y se que prometí subirlo el fin de semana anterior pero mi inspiración se fue de viaje.

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-La poción para que recuperes tu cuerpo, la poción que te hará dejar de ser una chica.

Harry sintió como su corazón comenzaba a latir con fuerza, ¿Había escuchado bien? Severus ya había terminado la poción, pero entonces ¿Por qué se sentía tan inseguro de querer tomarla? ¡Maldición, se suponía que no debía de temer! Pero ahí está él, temiendo que al recuperar su cuerpo Severus le abandonara sin darle mayor explicación que un "Ya no me gustas". Mordió su labio inferior con duda antes de volver a hablar.

-P-pero creí que no sabías que ingredientes había alterado Neville.
-Recuerda mocoso, que soy el mejor pocionista del mundo mágico y no existe poción alguna que no pueda descomponer para obtener su antídoto.


Un sonrojo apareció en el rostro de Harry al escucharlo, era muy consiente que Severus era el mejor en su rama; el miedo a ser dejado le hacía decir cosas sin sentido y de las cuales era muy seguro se arrepentiría después, pero no podía evitarlo. Levantó la mirada y se acercó a Severus para abrazarlo y poder sentir su calor.

-Lo siento, es que no sé porque me siento tan...

-Temeroso.- Completó Severus. Él conocía bien a su prometido y sabía que era muy inseguro sobre la relación que tenían.

-Harry no pasará nada, yo siempre te voy a amar así tengas cuerpo de una chica o el de un anciano decrepito.

Una risa inundó la oficina de Severus y sin poder evitarlo tomó al menor de la cintura, se inclinó y con un pequeño roce juntó sus labios en un suave beso.

-Lo sé, pero de los dos tú eres el que parecerá un viejo decrepito antes que yo.

-Mocoso, estás jugando con fuego y de seguir así te voy a castigar.

Harry vio a Severus retándolo con la mirada. Sus ojos verdes parecían brillar más y eso, eso causaba muchas cosas en el cuerpo del pocionista, pero no podía olvidar el por qué había citado al Gryffindor. Con un accio no verbal atrajo el vial donde tenía guardado el antídoto. El pequeño frasco tenía un líquido de color turquesa suave; en él se dibujaban pequeños remolinos rosa pálido que le daban un aspecto fantasioso.

-No te estoy obligando a nada Harry y sé que debes procesar todo lo que te he dicho, por eso quiero que lo pienses.

-¿Me estás diciendo que no es necesario que me tome el antídoto ahora mismo?


Severus asintió y le entrego el vial a Harry. Conocía tan bien a su prometido que sabía que en esos momentos estaba confundido y lo mejor era que lo pensara bien antes de tomar una decisión definitiva. No podía negar que deseaba que Harry recuperara su cuerpo normal, pero también sabia de la ilusión de Harry por tener una familia propia y esa era sin duda una gran oportunidad de obtenerla. No iba a sacrificar la comodidad de Harry y pueda que hasta su relación, por algo que podían conseguir sin necesidad de sacrificios innecesarios.

-Gracias Sev.- Dijo Harry con una sonrisa en sus labios, sabía que su Severus nunca le obligaría a nada y el simple hecho que le diera la oportunidad de elegir esto por él mismo le hacía ver que había escogido bien a su pareja.
El sonido de una alarma lejana les hizo salir de su mundo, el sonido venia del dormitorio de Severus y era el aviso que la hora de la cena estaba por comenzar. Harry vio una última vez el vial antes de guardarlo en el bolsillo de su túnica. Levantó la mirada y se encontró con dos ojos color ónix que lo miraban con cariño y amor, un suspiro involuntario salió de sus labios al igual que una risa embobada.

-Nos vemos más tarde, Sev.

-Te estaré esperando, mocoso.

Harry salió de la oficina del Severus y caminó por los pasillos hasta llegar a una de las partes más alejadas de las mazmorras; con un suspiro sacó el vial de su bolsillo y lo observó detenidamente. Su corazón latía con rapidez al imaginarse distintas escenas, en aquellas donde no se tomaba el contenido del vial terminaba siendo abandonado por Severus, pero no podía ser egoísta y negarle a Severus el tener un hijo de ambos.

El sonido de pasos acercándose hicieron que Harry saliera de su ensoñación, levantó la mirada y frunció los labios al ver una cabellera rubia platinada acercarse; odiaba el hecho de tener que encontrarse con el rubio ya que si él estaba cerca igualmente lo estaría su adorable ex-prometida.

-Quita esa mueca, carajada, vengo completamente solo.- dijo el rubio mientras levantaba las manos en son de paz.

-Eso espero, Malfoy. No quiero tener que volver a escuchar los "Yo soy mucho más hermosa que cualquiera de esta escuela" de tu ex-prometida.- Dijo el ojiverde haciendo la voz mucho más aguda.

Una risa se escuchó en el solitario pasillo haciendo que el eco que había ahí le hiciera sonar como una psicofonía que se perdía en la noche, Draco avanzó a pasos lentos hasta quedar frente a Harry y con una sonrisa ladeada le acarició la mejilla.

-Pero sin duda tú le ganas en belleza.- Dijo el rubio mientras se acercaba al rostro del pelinegro; una sonrisa apareció en el rostro del contrario.

Harry mordió su lengua evitando que una carcajada saliera de sus labios. Podía recordar perfectamente cuando Pansy Parkinson había intentado darle un filtro de amor al rubio, ese día ambos habían ideado un plan bastante complejo pero sin duda sería divertido.

-Y tú sin duda eres el galante caballero que los cuentos relatan.- Carcajeó el pelinegro antes que una carcajada escapara de sus labios, poco después se escuchó como el rubio se unió a él. Ambos habían logrado mejorar su relación gracias a los entrenamientos que Severus les dió, aunque al principio se hayan lanzado cuanto hechizo se les pasó por la mente, pero después de que Severus les haya obligado a que vieran como curar las heridas y aplicar los contra hechizos ambos llegaron a una tregua y poco a poco se tornó en una amistad que si bien no es tan profunda como la que tiene con Ron y Hermione, es una amistad que estará presente por muchos años.

-Nunca podré olvidar el rostro de Pansy al ver esa absurda declaración.- Comentó el rubio mientras se alejaba del pelinegro y limpiaba una lágrima; como deseaba el haber tenido una cámara para poder ver ese rostro durante toda la vida.

-Ni yo, pero eso me costó un castigo de Sev.- Se quejó Harry haciendo un puchero.

-Y a mí me costó un castigo por mis padres y una tortura por parte de mi padrino.- Confesó Draco haciendo una mueca, sin duda había sido una muy mala idea el haber hecho eso sin haberle dicho a su padrino.


Draco suspiró y levantó la mirada dándose cuenta del pequeño vial que el pelinegro sostenía en su mano. Una idea cruzó por su mente y le sonrió a Harry, esperaba no equivocarse porque lo último que se quería imaginar era a su padrino y a Potter haciendo pequeños carajadas. Un escalofrío lo recorrió al recordar la última vez que entró a la oficina de su padrino sin tocar y sin haberle avisado que pasaría.

-Veo que mi padrino por fin logró terminar el antídoto.

Harry parpadeó confundido pero al seguir la mirada del rubio en su mano derecha supo de lo que hablaba; no le hacía tan feliz el tener que hablar eso con alguien, pero el rubio se había convertido en su amigo además de ser una de las personas que más conocía a Severus.


-SÍ, hace poco me la dio.

-Entonces ¿Por qué no la has tomado? ¿O es que ya te ha gustado el ser una chica?