Se podría decir que mi vida hubiera sido perfecta si no hubiera nacido como un niño.
Mis padres querían una hija a la que vestir con lindos vestidos, a la que pudieran peinar con tiernas coletas y presumir de su grata belleza, con tiernos hoyuelos y una vocecilla chillona.
En cambio tuvieron a un varón que era torpe por naturaleza, que le gustaba rayar las paredes y correr por toda la casa sin importarle romper el florero favorito de mamá o perder las hojas importantes de papá.
Aunque hubiera nacido con un gran intelecto, mis progenitores poca importancia le dieron y prefirieron hacer como si no existía, negando que tenían hijos y que yo era hijo de su criada, diciendo cuan horrendo era en mi presencia.
Por más que intenté sorprenderlos, nunca fue suficiente para ellos. Y pasando el tiempo, me hice a la idea de no vivir por ellos sino por mí mismo. Así conocí grandes personas, adultos que harían lo que fuera por mi bienestar y niños encantados de ser mis amigos.
Aún recuerdo el día que conocí a mi primer amor, a las orillas del río Han jugueteando con su mascota y riendo sin preocupaciones, siendo lo que tal vez mis padres hubieran querido en vez de mí. No estaba celoso, ¿Cómo podría? Ella no me conocía y en su defecto ni yo a ella.
Al menos ese fue el único recuerdo bueno de mi infancia.
Porque cuando mis manos tocaron por primera vez una computadora, supe que con un solo click podría poner al mundo a mis pies. Abría página tras página, desenterrando los sucios secretos de las personas y delatando a todo aquel que lo mereciera.
Incluso con todo ese poder nunca lo usé para algo malo, por más mierda que el mundo me tratara nunca se me pasó por la cabeza... al menos hasta que encontré a mi madre vendiendo su cuerpo a uno de los socios de mi padre y no dudé en mandarle dicho vídeo en plena conferencia.
Creí haber hecho algo bueno, pero al final todo terminó con mis padres peleando en la cocina y mi madre con una pistola.
— ¡Te odio, te odio, te odio!
Nunca me gustaron las armas, nadie les daba buen uso al final.
Así que, lleno de miedo, dejé de investigar a las personas y detuve todos mis movimientos en el internet.
Para los que era un héroe, fue muy notorio que "RM" había desaparecido.
Casi por dos años me centré solo en mis estudios y en conseguir una beca para salir del país, con o sin madre realmente quería desaparecer de Ilsan. Desde la casi destrucción de Busan años atrás, muchas personas comenzaron a salir del país por miedo a que la aparente plaga pasara a las ciudades vecinas.
— ¿Oíste lo de Lee?
— No, ¿Qué pasó?
— Entró en la página de "Hope" y encontraron a su exnovia muerta.
— No te creo...
— ¡Es cierto! Dicen que si buscas "Hope" en google te llevará directamente a una red de asesinos y sicarios que cobran lo que sea por matar.
— Asesinos y sicarios es lo mismo.
— ¡Bah! Da igual, yo voy a intentarlo.
Para el día siguiente, a quien encontraron muerto no era la persona que esperaba, sino a mi único amigo en esa mierda de sociedad.
Se había mandado a matar a él mismo. Lo supe, porque rompí mi promesa de no volver a tocar una computadora y me metí en sus últimas búsquedas, dando sin querer con aquella página de sicarios.
No sabía qué creer al ver tantos pedidos por tantas sumas de dinero, los pedidos iban y venían de todas partes del país... e incluso había un pedido reciente con mi nombre en él.
Esa misma noche mi madre dijo que se iría del país con todo el dinero que les había robado a todos sus amantes y que alguien se encargaría de matarme, porque solo era un estorbo en su vida.
Realmente creí que moriría... pero el sicario a quien contrató nunca llegó a casa, tampoco mamá llegó a su vuelo... y yo recibí la visita de un chico un poco mayor a mí, con su ropa sucia y el rostro calmado, como si en sus manos no tuviera la bolsa favorita de mamá.
— Recibí tu pedido...
— Y-yo no...
— Lo sé... no lo escribiste... pero sí lo pensaste.
— N-no puedo pagarte... no tengo dinero y-
— Habrá una manera, siempre la hay.
Si me hubieran dicho que años después ese mismo asesino me contactaría para que lo sacara de la cárcel me habría reído en sus caras, porque nadie sabía que mantenía contacto con presuntos homicidas y mafiosos.
— Hope, amigo... es la quinta cárcel de donde te saco. —sin recibir palabras de aquel asesino que, literalmente, le había salvado la vida, siguió con lo suyo. — Listo, lo demás es cosa tuya.
— ¿Tienes las demás cosas que te pedí?
— Eh... sí. Compré varios departamentos en New York con nombres falsos y todos con la misma descripción. Pero hay algo que no encontré, la dirección de la que me hablaste.
— De eso... me encargo yo.
Pero si nunca lo hubiera hecho, tal vez no hubiera conocido a mi alma gemela ni a las maravillosas personas que ahora tengo como amigos.
— Ey... ¿Ingles?
— Coreano.
— Chino.
— Cool...
Nunca hubiera tenido la oportunidad de conocer al bello hijo de Jackson y Mark, ni a todos los cachorros huérfanos que Alissa se encargaba de rescatar y cuidar personalmente.
— ...y él es Félix. Lo rescaté de un traficante allá en Australia, dice que tiene un hermano... así que habrá que buscarlo.
No hubiera sido partícipe de una fiesta tan grande donde diferentes especies convivieron como amigos, sin importarles tener diferentes gustos o hasta tradiciones.
— ¿Dices que el pecado de Jungkook es la lujuria? ¿¡Cómo!? ¡Mi hermanito es virgen!
— ¡Hyung!
— Cuando yo desperté del cambio, se escribió en mi piel que mi pecado era la furia. Destrocé toda la habitación y ataúd donde me contuvieron.
— Y supongo que el mocoso te rompió el-
— ¡Suga!
No hubiera sido partícipe de tan buen ambiente, bromas y risas escandalosas. No hubiera descubierto que los humanos viven gracias a todo el trabajo secreto que hacían los seres sobrenaturales, y mucho menos que ellos eran odiados por ser diferentes y temibles cuando son los verdaderos héroes del mundo.
Cuando son lo que más necesitamos... y los humanos son el verdadero monstruo.
🌙🐺🌙
ESTÁS LEYENDO
Pink Lips (KNJ) #4
FanfictionNamjoon era el típico chico sexy e inteligente, el pervertido que no tenía pudor al decirte lo caliente que lo ponías solo para conseguir un acostón que le bajara las hormonas alborotadas, al menos por ese día. Pero vaya que nunca imaginó que por...