El cielo estaba despejado y los bellos rayos de luz daban la bienvenida a un nuevo día, donde el rocío matutino hacía brillar el inmenso jardín en el Sol Naciente y las flores abrían sus pétalos para recibir la brisa fresca de la mañana.
Ese día era muy importante, pues recibirían en el convento la primera visita de vampiros y hombres lobo para hacer oficial el tratado de paz. El vigésimo aquelarre de vampiros Sunset, la manada de hombres lobo Warm Eyes y el convento de brujas El Sol Naciente; abre sus puertas para una convivencia sana y pacífica que estas tres especies puedan disfrutar.
Las brujas estudiantes y la servidumbre salieron al patio con total elegancia, vistiendo de negro y blanco según sus gustos y uniformes, esperando con ansias la llegada de sus nuevos compañeros.
— ¿Imaginaste que algún día esto sucedería?
Presumiendo su imponente voz gruesa, Suga hizo su aparición a un lado de su querida Suprema, mirando exactamente lo que ella veía. Era hermoso a sus ojos cómo diferentes especies estaban a punto de convivir cerca de una semana si es que el tratado salía bien.
Andrea, sonriendo con nerviosismo, se dejó abrazar por su pareja y ambos esperaron en silencio a que hiciera su aparición la primera familia.
— No... pero estoy muy orgullosa de ello.
Zoe, una de sus primeras brujitas hecha toda una mujer, abrió con elegancia las puertas del patio moviendo apenas sus dedos, inclinándose ante los primeros en llegar y conduciendo a sus invitados al frente de sus "padres".
Hansol, aquel niño pequeño, ahora caminaba con la frente en alto delante de su aquelarre, luciendo una apariencia juvenil pero respetable y digna de un rey vampiro. Con sus veintiún años cumplidos, tomó el liderazgo del aquelarre y saludaba con una reverencia a los dueños del Sol Naciente. Estando a su derecha su tía Alaska y a su izquierda su primer seguidor Jungkook, tan serio como recordaba desde que se volvió parte de su inmortal familia.
— ¡Lord Hansol, Rey Vampiro del aquelarre Sunset, ha llegado!
Aquellas brujas que tuvieron la suerte de verlo crecer sonreían con orgullo al ver cómo había formado un buen carácter. Más que una reunión de paz, parecía un reencuentro familiar.
Todos los vampiros y vampiresas a su cargo saludaban con demasiada euforia a sus compañeras brujas, entablando amistad en pocos segundos. Hansol había elegido bien al llevarse consigo a los más jóvenes y más nuevos para esa primera visita, había varios que se habían quejado sobre el acuerdo, los más viejos, y quería evitar problemas cuando todo podía salir de maravilla.
Sin embargo, siendo el niño que era, estiró del vestido de su tía un poco nervioso. Quería su aprobación ante su porte, y casi salta en su sitio de la felicidad al tener una bella sonrisa de su parte.
No pasaron ni diez minutos cuando el otro grupo hizo acto de presencia con la misma elegancia que los vampiros.
— ¡Lady Alissa, Alpha líder de la manada Warm Eyes, ha llegado!
La mujer bajita hizo un movimiento con su cabello, delatando grandeza y orgullo de sí misma, vistiendo pantalones blancos rasgados y una chaqueta de cuero como conjunto, ni qué decir de sus tacones rojos de aguja. Una mujer imponente sin dudas.
Todos los lobeznos detrás de ella celebraban haber llegado, causando un alboroto similar al de un desfile y contagiando a los más jóvenes de los demás bandos, sacando una sonrisa incrédula en Jungkook.
Alissa era acompañada por Namjoon, quien nunca soltó su mano y miró hacia todos lados incrédulo por la belleza y paz del lugar, Adam, su hermano menor, Jaebum, el nuevo Beta destinado a la protección del omega menor, y Jackson y Mark, los Betas del líder y su pareja. Era una rara combinación de rostros serios y gente alegre, pero no por eso menos acogedora.
Hubo unos quienes se saludaron, como Namjoon y Jungkook, ambos luciendo sus cabellos negros y brillantes, captando las miradas al resaltar entre todos por su clara descendencia asiática. Y hubo otros que esperaron a que la Suprema hablara para dar inicio a la convivencia.
Pero hacían falta personas.
— ¿Y tu hermano?
— Le gustan las entradas dramáticas.
Y al terminar esas palabras, un pequeño ciclón se hizo presente en medio de los dos clanes invitados. De ahí aparecieron seis figuras portando capas violetas con una bellísima pluma blanca en sus espaldas.
Cuando el ciclón se detuvo y las cenizas verdes se perdieron en el aire, las seis personas caminaron de manera sincronizada hasta llegar al inicio de las escaleras donde antes habían subido los representantes de cada grupo.
Solo dos personas bajaron su capucha primeramente, sacando sonrisas en todos los demás.
— ¡Lady Aileen, Sabio del templo Argus, ha llegado!
Jimin, la otra persona que bajó su capucha, dio la orden a las cuatro personas faltantes para que descubrieran sus rostros, revelando a tres chicas y un chico que estaban demasiado cohibidos por toda la atención que estaban recibiendo. Después de todo, si era curioso ver a una banshee negativa con una musa, era más extraño ver cinco banshees juntas en un mismo lugar.
— Te lo dije.
Con la frente en alto, Jimin hizo una reverencia para que la albina subiera primero las escaleras, siguiendo sus pasos segundos después.
Ahora sí estaban todos.
— ¡Queridos invitados! —la suave pero segura voz de la suprema hizo silencio en el lugar. — Me alegra decirles que la primera convivencia entre diferentes especies sobrenaturales dará inicio... ¡En este momento!
Los gritos de alegría y adulaciones no se hicieron de esperar, y los cuatro bandos antes divididos en sus formaciones se mezclaron para así convivir y pasarla bien, como a su edad debía ser.
Los de alto rango, sin embargo, fueron entrando al convento conforme fueron llegando, dejado a Suga al final.
Con una seña llamó a sus cinco brujitas preferidas. Zoe, Rose, Irene, Nancy y Madison. — Confío en ustedes para que no estropeen el jardín. —dijo con sutileza y regalando sonrisas orgullosas al verlas tan grandes y responsables.
— Descuide padre, lo tenemos todo bajo control.
El tiempo había pasado en un abrir y cerrar de ojos.
Lo que Andrea y Suga iniciaron como una escuela para brujas, había terminado siendo una gran familia donde muy pronto se unirían más miembros y la felicidad brotaría por todos lados.
Dentro en el comedor principal, su pareja le esperaba de pie junto con todos sus nuevos amigos y conocidos.
— ¿Todo en orden?
— De maravilla.
Todo parecía estar yendo de perlas...
Lastimosamente sabían que no era así.
Y era curioso, que aquella persona que traía el caos consigo... se hiciera llamar Hope.
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Pink Lips (KNJ) #4
Hayran KurguNamjoon era el típico chico sexy e inteligente, el pervertido que no tenía pudor al decirte lo caliente que lo ponías solo para conseguir un acostón que le bajara las hormonas alborotadas, al menos por ese día. Pero vaya que nunca imaginó que por...