S i e t e

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No habían regresado a su departamento como él imaginó, más bien Alissa, según recordaba su nombre, lo terminó llevando hacía alguna parte en específico que nunca había visitado. Parecía mentira que después de tantos meses en ese país, no hubiera puesto un solo pie en cualquiera de sus hermosos bosques y reservas naturales.

Quería preguntarle dónde estaban, o a dónde iban. Pero tenía un poco de miedo al saber la respuesta, ¿Quién no lo tendría? Que tus mejores amigos sean en realidad cosas extrañas que les brillan los ojos y que la chica con la que tuviste sexo te trate con una posesión enfermiza no era muy típico de ver.

Aunque no estaba muy en contra del último punto, aun así tenía algo miedo.

Se desviaron del camino en una de las curvas finales, entrando por un camino que apenas se diferenciaba de la maleza acumulada, y bajaron la colina con dificultad.

El viaje había sido muy silencioso, sin contar las sonrisas enamoradas que Alissa le dedicaba y que él intentaba no regresar, fallando al instante. Sentía... que nunca podría ignorarla, por más miedo que le generara.

Y era raro, porque ni siquiera ocurrió eso cuando su madre comenzó a golpearlo y después de unos años ella murió intentando matarlo.

Tal vez estaba tan enfermo como ella.

— Llegamos, Jonnie.

Bajaron del auto cada quien a su ritmo, cerrando sus puertas y alejándose del vehículo con pasos lentos y silenciosos que apenas se oían a través del cántico de las aves y algunos animales comunicándose con sus familiares.

Alissa no dijo nada más que pudiera servirle de pista para averiguar a dónde iban, solo extendió su mano hacía él con la intención de mostrar su afecto hacia él, siendo tomada con leves temblores que desaparecieron cuando hicieron contacto con esa piel suave y cálida que lo hacía sentirse a salvo.

Caminaron por varios minutos bajo todo ese follaje tan hermoso, como si el sol no tuviera permitido traspasar los inmensos árboles que regalaban su sombra a todos sus visitantes. Se veía oscuro a pesar de ser medio día, pero ese era su encanto.

— Jonnie, Jonnie, aquí. —Alissa se había sentado en un tronco caído segundos después de separarse de él, estirando sus piernas desnudas a causa del overol y llamándole con una voz amistosa, como había estado haciendo desde que se conocieron.

Namjoon le siguió por mero instinto, como si fuera un faro brillante y él una ilusa mosca cegada con su resplandor, sentándose lo más cercano a ella e imitando su acción de destensar sus piernas por tan largo viaje sentados, pero deseando internamente acariciar las ajenas y mimarla un poco. ¿Curioso no?

— Puedes preguntar... voy a responder.

— ¿Todo?

— Todo, todo.

Se había dado cuenta de su forma de hablar, como repetía varias palabras que ella consideraba importantes. Y eso raramente no le molestaba, le daba su encanto y parecía no ser consciente de ello, cosa que le daba puntos extras.

Pensó muy bien sus preguntas, era cierto que tenía muchas que hacerle pero ahora que estaba un poco más calmado se daba cuenta que muchas de ellas eran estúpidas y sin lógica aparente. No quería ser burlado por ella, que pensara que era menos, aunque no entendiera de dónde había salido ese miedo irracional en decepcionarla.

Nunca le había pasado con otras chicas. Nunca.

— Tú... —empezó lento, conectando sus miradas y buscando a tientas sus manos, sintiéndose menos nervioso cuando ella hizo lo mismo pero más seguro cuando entrelazaron sus dedos. — ¿Quién eres? —quiso preguntar el "qué", pero eso sería grosero. No quería ni por error faltarle el respeto.

— Veamos... —esa acción tan linda de ponerse a meditar, dejando su dedo índice en su labio inferior mientras lo mordía casi lo distrae de su objetivo. — Mi nombre es Alissa Argent, soy el Alpha de mi manada, y tú, Kim Namjoon, eres mi pareja destinada... Eres mi linda chispa.

Ni siquiera se había perturbado al escuchar que ella le consideraba su pareja, al contrario, estaba feliz de tener tan hermoso título. Y realmente, ella le había dejado mudo. No sabía qué más preguntarle, era como si su mente hubiera colapsado y hubiera borrado todas sus preguntas al tener esa pequeña respuesta, todas sus dudas sobre tan linda chica simplemente se habían esfumado.

¿Qué importancia tenía esa cosa de ser "Alpha"? Lo único que necesitaba era eso, que lo considerara su alma gemela.

— Sé que estás asustado por mi manera impulsiva de actuar... lo entiendo, sobre asustarte... quise contenerme y-ya que no es propio de mi ser tan impulsiva, p-pero es que, eres el indicado y... entenderé si quieres que no te vuelva a buscar.

— No, no, e-espera. —detuvo sus palabras cargadas de culpa y miedo, uniendo sus frentes para que sus ojos se conectaran y que no hubiera nada que les despistara de los ojos contrarios. — Tal vez no comprenda lo que está pasando... pero estoy seguro de que quiero pasar el resto de mi vida contigo.

Nadie lo hubiera dicho mejor.

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Pink Lips (KNJ) #4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora