Luces, Camara..

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Hace seis años...

Franco entro a la habitación abriendo la puerta con un golpe, me desperté asustada, era de madrugada, tomo una maleta pequeña y dijo —tenemos que irnos, ve a bañarte— pregunte —¿pasa algo?—

—tenemos una junta, te llevare al banco, te explico en el camino, ve a bañarte—

parecía alterado, un poco no se que pasa, camino hacia el helicóptero, Max viene con nosotros, El camino estuvo en silencio podía que estaba pensativo, y yo volvía mi vista al paisaje, Max me dijo —¿linda vista verdad?— pude leer sus labios, yo conteste —es perfecta—.

Llegamos y unas camionetas negras nos esperaban, habían personajes armados merodeando el lugar, trague fuerte y Franco me tomo del brazo y dijo —ven tenemos que llegar al hotel, necesito darte todas las instrucciones—

Yo lo vi confundida, que quiere que haga, los nervios recorrieron mi cuerpo.

Al entrar a la habitación del hotel todo siempre ocultamente, me sentó en uno de los sillones que tenia vista al mar, el dijo

—necesito que actúes hoy, harás personalmente una transacción grande de dinero, Nicolás te acompañara como tu abogado, todo esta justificado, no tendrás problemas, solo necesito que firmes los documentos, si tienes que hablar se evasiva, todo saldrá bien es un tramite simple, no te pongas nerviosa, esta bien—

—pero, como y-yo—

—tomate esto— me ofreció una pastilla, yo lo vi a los ojos con dudas— Franco me vio y lanzo esa burla característica y dijo —¿crees que voy a drogarte? es solo para que no vomites, quien me crees, esto es importante para mi entiendes solo no lo arruines.—

Me levante y camine a la habitación para tomar un poco de agua, ‹‹quien diablos cree que es, sigue siendo un imbécil››, el llevo una caja a la habitación, y dijo —este es el vestido que quiero que uses, tienes que verte impresionante, es decir siempre eres elegante y hermosa, pero hoy tienes que parecer una mujer empresaria y poderosa, entiendes—

—si entiendo— conteste fuertemente viéndolo a los ojos, quizá me moleste que crea que soy idiota.

El ríe un poco y me dice —así esta mejor—.

Entre al automóvil, Franco me ayudo y coloco su brazo encima de la puerta y dijo, —Nicolás te vera en el lugar, ten este es tu celular, si marcas 1 es mi numero de teléfono,— lo vi un poco asustada y pregunte —¿no iras conmigo?—

—no preciosa, mi rostro es mas que conocido en ese lugar, confió en ti, además Nicolás estará contigo todo el tiempo— Franco se agacho y me acaricio la mejilla dijo —luces hermosa con ese vestido— me acerco mas para susurrarme al oído —cuando regreses te ayudare a quitártelo— rodé mis ojos, enserio quiere ponerme mas nerviosa de lo que estoy, el dijo —confió en ti, llámame si me necesitas— cerro la puerta de golpe y Max conducía, pude darme cuenta que unas camionetas mas nos escoltaban.

Llegamos a un edificio bastante sofisticado y moderno, era un banco, no me fije en el nombre quizá adentro pueda darme cuenta, estaba nerviosa, Max me abrió la puerta y dijo al notar mis nervios en las manos.

—descuida yo entrare contigo, te llevare con Nicolás—

pasamos dos puertas y allí estaba Nicolás hablaba por teléfono y al verme dijo —Ya esta aquí—, colgó la llamada y se acerco para saludarme, me brindo su mejor sonrisa y viéndome a los ojos tomo mi mano y la beso, dijo —es un placer verte de nuevo—, me sentí sonrojada, luego vio a Max y dijo —puedes irte, yo cuidare de ella ahora— Max asintió y se retiro, Nicolás me ofreció su brazo para caminar, y yo lo tome, el dijo —todo esta listo, no voy a dejarte sola, así que actúa natural y todo saldrá bien—

sentí mi garganta seca, llegamos a un despacho, había un hombre de bastante edad el nos recibió, saludo a Nicolás y luego se dirigió a mi y dijo —es un placer conocer al fin a la señora,— me dio la mano y yo hice lo mismo, sacudiéndola suavemente, el señor dijo —luce usted muy joven— yo dije —gracias, es usted muy amable— su rostro parecía ser incrédulo y estaba desconfiando, el señor dijo —pasen, por favor tomen asiento, Nicolás se sentó a mi lado, el parecía estar tan cómodo, y yo me removí en el asiento, el señor dijo —mi cliente aun no ha llegado, pero ya casi esta aquí, por favor disculpen la demora, ¿puedo ofrecerles un café?— Nicolás me tomo la mano el noto que estaba realmente impaciente, me vio a los ojos y dijo dirigiéndose a aquel amable personaje, —a mi clienta nunca le ha gustado esperar— el señor se disculpo de nuevo, no me importaba esperar, lo que pasaba por mi cabeza era que estábamos haciendo tramites totalmente ilegales, podía ir a prisión de por vida, por lo que entendí, haremos tratos con una persona importante, con el dinero que Franco lava descaradamente en todas esas empresas, lo que pasaba por mi mente era que ese banco parecía tan serio y formal, si algo no anda bien podía pagarlo caro, y no me refiero a ir a prisión. 

Mancha del Pasado **COMPLETA**Donde viven las historias. Descúbrelo ahora