El paraíso y el infierno.

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Alice coloco su manta de ejercicio en el suelo y comenzó con sus abdominales, Alexander entro en ese momento, se acerco para saludarla con un beso como siempre lo hacia Alice se detuvo y le dio un beso para recibirlo, había estado de viaje una semana, ella dijo —te extrañe— Alexander dijo —no tienes idea de cuanto te extrañe yo—, Alice sonrió y el se sentó frente a ella, el dijo —adoro que hagas esto en casa, no me gusta que todos vean lo hermosa y perfecta que eres, mas cuando usas esos shorts cortos—

—estas celoso

—celoso... si lo estoy

Alice soltó una risa y el la abrazo fuerte y dijo —eres mía— Alice sintió su voz llena de posesión, y cambio el tema, no le gustaba esa sensación, ella dijo —estas cansado, quieres ayudarme con mi rutina— Alexander se puso de pie y coloco el celular en el sillón, contesto —si claro, solo déjame ponerme mas cómodo, se fue a la habitación y su teléfono comenzó a vibrar, Alice lo tomo y el numero no salía registrado en la pantalla, ella contesto, —¿hola?— la voz del otro lado dijo —¿Alexander?, necesito hablar con el—

Alice se tenso y despego el teléfono de su oído, ella pensó ‹‹esa voz, d-definitivamente esa voz, es el es Max, ›› Alice dijo —¿Max?— la voz no contesto y Alexander dijo —si buscas a Max esta afuera en el jardín— Alice lo vio asustada y dijo —te llaman— Alexander fue hacia donde ella rápido y tomo el teléfono, vio la pantalla y dijo —¿alo?— camino hacia la cocina y siguió hablando —Richard, que gusto saludarte, oye cuéntame que tal esta el trabajo— Alexander parecía tranquilo, y Alice estaba escuchando su conversación no dejaba de pensar en que esa voz parecía tan familiar, Alexander termino la llamada diciendo —que bueno que todo salió bien, salúdame a tu esposa—, después de eso se acerco a Alice y se coloco en frente para ayudarla a hacer ejercicio, el la observo y dijo —¿lista?— Alice apenas y estaba en ese cuerpo, el la toco y cuando Alice reacciono dijo —claro— Alex la miro y dijo —te ves algo tensa pasa algo— Alice sonrió y dijo —nada, es solo que esa voz me pareció muy conocida—

—no lo creo, es un amigo el no vive en este país,

—si, descuida, ayúdame quieres.


Hace seis Años...

Franco pasa sus manos por mi espalda, se sentía tan cálido estar tan cerca, lo mire y dije —puedo preguntarte algo— al mismo tiempo que las palabras salieron de mi boca, me arrepentí baje la cabeza y dije —olvídalo— el soltó una pequeña risa y dijo —puedes preguntarme lo que se te de la gana Rose—

—como, bueno... como llegaste a ser... tu sabes—

—¿un mafioso?

Baje la mirada, el dijo —ni yo mismo lo se, nunca padecí hambre, es decir mi Padre era asquerosamente rico, quizá solo comencé con esto porque me sentía solo, cuando mi madre murió yo tenia 5 años, ella era amante de mi padre, el me llevo a la casa de la madre de Nicolás, el tenia siete, yo era un niño muy tímido— sonreí al escucharlo decir algo así, realmente no lo imagino, el siguió rosando mi espalda con su mano, parecía que se había hundido en la historia, continuo 

—Nunca pertenecí a esa casa, mi padre nunca me dejaba estar con ellos, aunque Nicolás se escapaba para jugar conmigo, yo vivía con una nana en una casita construida solo para mi, estaba lejos de la mansión, mi padre jamás venia a verme, Nicolás un día me dijo que era porque mi madre fue el amor de su vida y yo se la recordaba, nunca entendí como un hijo legitimo y amado como Nicolás podía ser tan bueno con la viva imagen de la traición de su padre, crecimos y mi padre me envió lejos a un internado, Nicolás seguía con los negocios de nuestro padre, cuando volví para el funeral de su madre Nicolás estaba destrozado, nuestro padre ni siquiera asistió, era su esposa, a los meses murió de un paro respiratorio, yo llevaba los negocios de nuestro padre, junto a mi hermano, el ya estaba involucrado con el narcotráfico y el lavado de dinero, así que quizá solo es el legado familiar, Nicolás me propuso salirme pero, yo era muy bueno socializando así que me convertí en el nuevo jefe, Nicolás da la cara con la gente de sociedad, y yo con los que algún día se sintieron solos como yo, perdona, creo que hable de mas

— suspire. Y dije —Nicolás y tu parecen muy unidos

—lo somos, es lo único que tengo, bueno lo único que tenia antes de que llegaras a mi vida

al escuchar esto me sentí realmente feliz, Franco estaba siendo muy abierto conmigo, el me hacia sentir especial, bajamos a la cocina, preparamos panqueques, disfrutaba al máximo este tiempo a solas, Nicolás llego a la casa, y al verlo yo baje la mirada algo apenada, hasta por como estaba vestida con solo una camisa negra de Franco, el saludo, y Franco le ofreció panqueques, vio la sonrisa fresca de Franco y arqueo una ceja, lucia enfadado, Nicolás dijo —te he enviado mensajes todo el día, resolví el problema con la embarcación de ayer, llegue a un acuerdo con el jefe de la policía recuperaremos la mitad de la mercancía pero necesito un cheque— Franco sonrió y dijo —sabia que podías con eso, iré arriba por el cheque, espera un momento.

Franco subió y me sentí completamente incomoda, Nicolás ni siquiera quería verme, yo dije —¿quieres comer algo?

—no— contesto tan seco yo quería preguntar tenia que hacerlo así que lance un —¿quieres hablar de lo que paso?

Me vio a los ojos y negó con la cabeza suspiro y dijo —nada paso ¿cierto?— apretó la mandíbula y Franco dijo —aquí esta, linda tienes que firmar esto dijo al acercarse a mi con una pluma, firme sin decir nada al fin y al cabo mi mente estaba en otro lado. Franco le dio el cheque y Nicolás dijo —ahora ya deberían salir o llegaran tarde—

—de que hablas— dijo Franco, mientras me abrazaba por detrás, Nicolás respondió desviando la mirada —hoy es la fiesta de nuestro socio, la Joyería Williams celebra su aniversario, ya habíamos hablado de eso, será mejor que comiencen a prepararse, enviare la limosina por ustedes. Nicolás no se despidió y salió de la casa, Franco dijo —que extraño, el suele ser mas amable contigo—

Asentí, y dije —no iremos a esa fiesta verdad— Franco tomo su panqueque con miel y lo metió a su boca, asintiendo, después de masticar dijo —claro, tenemos que asistir—

—yo no quiero ir a esa fiesta

—tienes que ir, legalmente eres tu la socia no yo

—aun así, no quiero ir, no me siento cómoda

—iras, iremos lo dos

—¿es una orden?— lo vi directamente a los ojos, Franco dejo el plato en el lavabo y dijo —porque tienes que hacer las cosas difíciles Rose, solo di que si y resuelto

—¿resuelto? Lo que buscas es que no te lleve la contaría

—sube a cambiarte

—¿y si no quiero hacerlo?

Franco se acerco a mi con ese tono intimidante que acostumbraba, y me dijo —¿crees que porque tuvimos sexo las cosas cambiaron?

Me quede allí trague amargamente el se arrepintió en el instante en el que sus palabras salieron de su boca, el quiso tocarme pero mi instinto fue dar un paso atrás y esquivar su mano, el dijo —Rose, perdóname, soy un idiota espera déjame...— no deje que terminara su frase, mis ojos se tornaron fríos y dije —No, tienes razón, la única idiota aquí fui yo— subí a la habitación, pensé ‹‹soy la mujer mas idiota del planeta que pensaba, que demonios estaba pensando››.

Mancha del Pasado **COMPLETA**Donde viven las historias. Descúbrelo ahora