7 | No.

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7 | No.
Lila

—Pero eso está mal, Lila.— Se apartó de mi, quedando justo al frente de mi.— No puedes ir por la vida haciendo sentir mal a los demás. Ella es tu amiga, no deberías tratarla así. Porque lo que está pasando con ustedes dos es casi lo mismo qué pasó con Skay.

—¿Como puedes decir eso, Tom? Permíteme corregirte, ella era mi amiga, del verbo ya no.

—Mírate, escúchate... Eres igual a ella.

—¿Igual a ella?—pregunté frustrada.—¿Igual que ella?—pregunté nuevamente, fue lo único que logró salir de mi boca en ese momento.—¿Ahora yo soy la mala?

—Pues creo que si.

—¿Tan mal piensas de mí?

—Lila, yo pensaba lo mejor de ti. ¿Pero sabes algo? Eres igual a todas las chicas que he conocido. Cruel, fría, sin sentimientos y egoísta.— dijo para después alejarse de mi, dejándome sola.

Me siento... me siento triste, frustrada, atónita, inútil. Nunca nadie me había hecho sentir así. Tal vez si soy fría, tal vez si soy cruel y egoísta. Tal vez no tengo sentimientos...

Tengo impotencia, quiero llorar... Y es lo que haré, necesito desahogarme, toda esta semana ha sido pésima, he sufrido y necesito desahogarme.

Salí corriendo en la dirección por la que se fue Tom, las lágrimas ya empezaban a salir, seguí corriendo y lo vi caminando cabizbajo, yo solo lo ignoré y seguí corriendo. Mi vista se empezó a nublar, y caí. Raspé mi rodilla y mi codo, la sangre no tardó en salir, y era mucha.

—¿Estás bien?— dijo Tom con su mano en mi espalda baja.

Lo miré a los ojos, estaba preocupado. Yo tenía toda la cara húmeda e hinchada, cosa que el notó.

"Eres igual a todas las chicas que he conocido. Cruel, fría, sin sentimientos y egoísta."

Esas palabras resonaron en mi mente, haciéndome sollozar.— ¡No! ¡Aléjate de mi!— dije y me levanté, con dificultad, del suelo. Lo miré por última vez, el quería llorar, se notaba en su cara.

Lo ignore, me di la vuelta, y con dificultad, seguí caminando, dejando unas cuantas gotas de sangre derramada en el piso y un Tom con una lágrima en el rostro, pensando en cualquier cosa.

Caminé hasta llegar a un punto en el que estuviera sola y pudiera llorar en paz.

La playa.

Estaba no muy lejos del muelle, por eso llegué rápido. No había nadie, excepto una pareja de novios que estaban teniendo un picnic y no notaron mi presencia.

Me senté en la arena cerca de la orilla del agua. Doble mis rodillas de modo que quedarán en mi pecho y metí mi cara entre ellas, y me dispuse a hacer lo que tenía que hacer.

Empecé a llorar, mucho, demasiado. Tenía demasiada impotencia, no podía creer las palabras que me había dicho aquel chico que se hizo llamar "Mi mejor amigo".

Nunca pensé que en una semana toda mi vida se podría derrumbar de esa manera.  Ahora solo falta que Chris me quiera odiar, de esa manera mi única amiga sería mi prima, la cual es cinco años mayor que yo y no va a la escuela conmigo. Y mi amigo, Johnny. Pero de él no sabrán nada todavía.

¿Yo embarazada? Imposible. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora