8 | La broma.

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Contiene errores ortográficos.

8 | La broma.
Lila

—¿Como dormiremos?

Pregunte mientras entrábamos por la puerta de el hotel. Por fin habíamos salido de la clínica

—¿A que te refieres, Lila?— preguntó Skay.

—Digo, ¿Cada quien tendrá su habitación, o todos en la misma con diferentes camas, o todas en la misma cama de la misma habitación o sin habitación ni camas?

—Tienes una gran imaginación...— Acarició mi cabello.

Vaya, ese chico si que sabe descontrolarme.

—Tú tienes una hermosa sonrisa.— dije acercándome a el, para luego rodear su cabeza y besarlo varias veces.— Amo tú sonrisa, tus labios, tus besos...— dije sin poder apartar la vista de sus ojos.

—¿Que tal si vamos a la habitación y terminan de hacer lo que sea que están haciendo allá? —pregunta Skay, con tono burlesco.

Ambos giramos hacia ella y la miramos con los ojos entrecerrados.

—Por mi está bien.— habló Tom y yo lo miré con asco.

—Hugh, olvídalo.— comenté apenada.— En fin, ¿cuantas habitaciones pagaron?

—Es complicado... cada quien tenía que pagar una habitación, entonces Skay pagó una habitación, para una sola persona, para ella, ya que no podía gastar mucho dinero.

—Y como deberías saber, Tom no tiene problemas con el dinero, por lo que él pagó una habitación más grande para dos personas.

—Ya entendí, puedo apostar a que pidió una habitación con cama matrimonial en vez de una con dos camas.—
dije y Tom me miró con una cara de "¿Komo lo zupo?" Por lo que yo reí.—
Pero tranquilo, no me molesta. Será como dormir con Jacob la primera vez que dormimos en la misma cama.

—Ehh... si, claro...— dijo Tom nervioso.

—Amo cuando te pones nervioso y te sonrojas.— dije para luego acercarme a su rostro y morder su mejilla.

—¡Auch!— se quejó este.

Lo ignore, y tome las llaves de la habitación que nos estaba estregando una linda recepcionista. Le agradecí y empecé a caminar hacía la habitación.

—¿No vas a esperarme?— preguntó Tom.

—Nah.— dije y entre al elevador.

Al abrirse las puertas de este, salí y caminé hacia la habitación, abrí con la llave y entré.

—Wow.— fue lo que dije, estaba impresionada, creo que era la habitación de hotel más lujosa y linda que había visto en mi vida.

Empecé a caminar y observar toda la habitación, inspeccionando con la mirada. Tres toques en la puerta me sacaron de mis pensamientos.

—Ahí voy.— apuesto a que es Tom. Abrí la puerta y si, efectivamente era él.— ¿Sabes? Aposté a que eras tú.

—Por tantas apuestas qué haces vas a terminar siendo millonaria.— dijo, para luego besarme apasionadamente mientras caminábamos hacia adentro de la habitación, el cerró la puerta con el pie.— Eres perfecta, y lo digo en serio.

¿Yo embarazada? Imposible. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora