14 de agosto de 1604
Habían pasado 18 días desde que algunos en el palacio me empezaron a llamar Kösem, 18 días desde que Rabia era feliz con su hermano y ambos me eran fieles, 18 días desde que visitaba todos los días los aposentos del Sultan. Para mi mala suerte, Mahpeyker a veces lo visitaba y se quedaba con él la mayor parte del día. Lo único bueno es que yo era su única favorita. No había nadie más que yo. Mahfiruze estaba feliz por mi. Eso era raro. Su vientre de 6 meses la hacía ver más hermosa. A veces, cuando estaba con Mahfiruze y tocaba su vientre, el pequeño Osman me daba patadas. Sabía que no debía tomarle cariño al niño pero era inevitable. Amaba a los bebés.
—Anastasia —dijo Mahpeyker llegando a mi lado
Hice reverencia.
—¿Qué ocurre, Sultana?
—Nada malo, sólo quería preguntarte qué nombre estaría bien para mi príncipe —dijo sonriendo
—Yo no lo decido, lo decide el Sultan Ahmed
Ella sonrió.
—Le puedo dar sugerencias
Sonreí con falsedad.
—¿Cómo te gustaría que se llamara tu hijo, Anastasia? Porque es la fecha que no haz quedado en cinta y creo que nunca lo harás porque eres estéril así que respóndeme
—Mahpeyker
Ella me miró con enojo ya que no le había dicho Sultana.
—Sí, Mahpeyker —dije enfrentándola —Ante todos los que están afuera de esta harem eres la mujer perfecta, pareces ser tan buena, tan hermosa y tan pura pero no te sirve de nada tanta hermosura cuando tienes lleno el corazón de falsedad. No llegarás lejos si sigues así.
—¿Quién te crees para hablarme así? —me preguntó enojada —Tú no eres nada más que una Hatun, no eres quien para enfrentarme
—¿Crees que eso me importa? —le pregunté sonriendo —Acéptalo, eres una doble cara
—Cuida tus palabras porque bien sabes que aún no tienes poder y puedo deshacerme de ti cuando quiera
—Mahpeyker, aún no haz aprendido.
Noté que en ese punto todo el harem nos veía.
—En este palacio la traición es el pan de cada día
—Maldita
—Eso es cierto —habló Mahfiruze —Y aunque te duela, Anastasia ahora es una Sultana, la Sultana Kösem
—No deberías hablar Mahfiruze, te recuerdo que el Sultan no tiene ojos para ti
—Tampoco para ti —le dije
Ella nos miró bastante enojada.
—Ya te dije, es mejor ser buena que aparentarlo toda una vida, cariño
—Además, tú ya no tienes el amor del Sultan —le dijo Mahfiruze —Kösem es la única dueña de sus ojos
Mahpeyker intentó contenerse así que miró por un momento el suelo para después acercarse más a Mahfiruze.
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Kösem Sultan
Historische RomaneAnastasia, nacida en 2002, hija de historiadores. Sabe mucho de historia para alguien de su edad y mientras que sus padres admiraban la historia Griega o Egipcia, ella ama la historia Otomana. En un viaje por su cumpleaños, ella accidentalmente viaj...