Kösem Sultan

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8 de marzo de 1605

1:00am. Mahpeyker empezó a tener contracciones, ella fue instalada en su cuarto mientras la médica y varias criadas estaban a su lado. Yo me mantenía en mi habitación inventándome que estaba muy cansada, claro, no lo estaba –era muy raro en una madre primeriza–.

Por lo que me había dicho Ismahan, el Sultan estaba en la puerta de la habitación de Mahpeyker muy ansioso. Temía que Mahpeyker volviera a su corazón por lo cual tenía que actuar más rápido.

—¿Esperaremos hasta la mañana? —me preguntó Rabia

—Depende, tenemos que esperar unos cuantos minutos u horas después de que Mahpeyker haya dado a luz.

—Y ¿Cómo haremos para inyectarle la droga? —me preguntó Ismahan —Pensamos en todo menos en eso

—Como excusa llevarás a Ayşe contigo para que conozca a su hermano y cuando te acerques a Mahpeyker le inyectarás la droga

—Así será —dijo sonriendo

—¿Umay está lista? —les pregunté

—Sí, Umay actuará como si estuviera loca, hablará sola. Dará un buen espectáculo —respondió Rabia 

—Mientras, nuestra aliada, Lala Hatun, se golpeará para fingir que alguien más la golpeó y esa alguien será Yasemin Hatun —dijo Ismahan

—Yasemin será recordada como traidora

—Exacto —dijo Ismahan

—No se olvide de Umud, él creará un pequeño incendio en la sala de vestuarios

Sonreí.

—Todos estarán entretenidos con Umay, Lala y el incendio que no atenderán a Mahpeyker —dijo Ismahan

—Hay que tener paciencia chicas. Hoy morirá Mahpeyker Sultan.

Ellas sonrieron.

•••

7:37am. Tenía una hora que el Şehzade Mehmed había nacido. Todo el palacio lo sabía. Me sentí triste. Ahmed tenía felicidad para Osman y Mehmed pero, ¿y para Ayşe? Hasta donde sabía, la felicidad del Sultan Ahmed no entraba en el enorme palacio. Ahmed estaba muy contento con sus príncipes. No quería verlo. Me haría sentir triste.

—Ismahan, no podemos esperar. Lleva a Ayşe y cuando vuelvas los demás iniciarán —ordené

Ismahan sonrió, hizo reverencia y salió.

—¿Cree que funcione? —me preguntó Rabia

—Te dije que nada de formalidad a menos que esté alguien que no sea de nuestro vínculo —la regañé —Pero, no sé si funcione, aún así vale la pena intentarlo

Analicé mi plan, nada podía fallar y si fallaba, estaba arruinada si no es que muerta.

Varios minutos de desesperación pasaron. Incluso creí que Ismahan había sido atrapada, sin embargo, apareció ante mi junto a Ayşe en sus brazos. 

—Está listo —me aseguró

—¿Por qué tardaste tanto?

—Tuve que inyectarla cuando Yasemin no viera y de ahí a ella. Por suerte, tanto Mehmed y Ayşe estaban en la cama y no estorbaban.

Suspiré aliviada. No dudaba de la astucia de mi prima. Al fin y al cabo se las ingenió para crear una jeringa aún cuando en esa época no existían.