¿Me gusta mi Jefe? (Kaisoo - Chenmin)

Capítulo 9

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— Padre, regresa primero. —le pidió Jongdae al Señor Kim —Me gustaría estar unos minutos a solas con mi novio.

— Esta bien, pueden tomarse todo el tiempo que deseen. —habló el Señor Kim sonriendo antes de salir.

— Wow, hace mucho tiempo no veía a mi padre sonreír. —comentó Jongdae. —¿Minseok? ¿Te encuentras bien?

— Sí, es solo que estoy impresionado. —contestó el rubio apartando la mirada de la puerta y centrándola en su novio. —Tu padre ha aceptado nuestra relación. Te veías tan nervioso al llegar que pensé que lo desaprobaría.

— Papá es un hombre comprensivo y...

— Si sabías que tu padre entendería por qué estabas tan afligido cuando te encontré con JongIn.

— No lo sé… Ahora que lo pienso debo admitir que tenía algo de miedo de contarle sobre nosotros, pero al ver cómo les habló a Kai y Kyungsoo, supongo que me dio esperanzas. —explicó Jongdae y acarició la mejilla de su novio —Además, me gustó el hecho de que hayas venido y enfrentado a mi padre —se acercó a él y depositó un corto beso en sus labios. —Eso fue impresionante.

— ¿Q–Qué dices? —balbuceó Minseok sonrojado.

— Creo que debo agradecerte apropiadamente.

Jongdae llevó sus manos a la cintura del rubio y lo atrajo hacia él logrando que sus cuerpos estuvieran lo suficientemente juntos para sentir el calor del otro. Comenzó a besar su cuello, dando pequeñas lamidas y mordiscos, encendiendo una llama de lujuria en ambos.

— Jongdae… No deberíamos…

— Shhh, menos palabras y más acción.

Jongdae le calló con un beso que lo aturdió, sobre todo por la destreza con que movió su lengua encontrándose con la suya, y sus sigilosas manos despojándole de la camisa. Minseok se dejó hacer bañado por la lujuria, el menor besó su nariz, sus ojos, su barbilla, su cuello, bajó por sus clavículas y se detuvo en su pecho. Jugueteó con sus erectos pezones durante mucho tiempo, tal vez se había vuelto adicto a esas dos protuberancias rosas.

— Jong… Chen… —gimió bajo el rubio.

— ¿JongChen? Me gusta ese nombre.

— Eres un tonto.

— No lo creo, pero si eres tú acepto hasta que me llames loco. —comentó Jongdae y luego agregó. —Aunque es cierto que estoy loco por ti.

— Te amo.

— Yo también te amo Baozi.

Sus bocas volvieron a conectarse en un beso demandante, sus lenguas se encontraron danzando, sintiendo su sabor, las mordidas no faltaron acompañadas de gemidos y jadeos. Sus cuerpos rozándose, haciéndoles saber cuan excitados estaban.

— Baozi, quiero más de ti... Necesito sentirte.

Jongdae le quita la camisa a Minseok y este hace lo mismo con la suya, sin dejar de mimarse en el proceso, no querían dejar de sentirse ni un segundo.

Minseok caminó hacia adelante haciendo retroceder a Jongdae hasta sentarse en la silla de su padre, el rubio se subió en su regazo comenzando a moverse sobre él.

— No sabes cuanto ansío hacerte mío... Tengo hambre de ti.

— ¿Y a qué esperas para poseerme y devorarme? —preguntó el rubio sin detener sus movimientos, el deseo le había consumido, y no había escapatoria. Minseok quería hacer el amor con Jongdae.