S E V E N

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Sin la necesidad de planear más cosas de su objetivo por un tiempo, Lee se había quitado una carga de sus hombros. Aunque su nuevo enemigo ya no era un problema tan grave, eso no impedía que estuviera teniendo un día terrible.

Dada la casualidad, se había chocado con el chico parecido a un castor en un pasillo a la hora de salida.

—¿Es en serio?—Lo miró con ira—¿Qué tienes con empeorar mi día, idiota?

—¿Ahora de qué hablas?—Cuestionó el mayor, este tampoco había tenido un buen día.

—No fue suficiente con verme humillado, sino que también te apareces cuando estoy del peor humor posible—Reclamó, golpeando su pecho con el dedo índice—Púdrete, maldito.

Woo Jin sentía que estaría a punto de llorar, esas palabras lo habían lastimado.

—¿Por qué eres así conmigo?—Preguntó con los ojos cristalinos.

—¿Acaso no lo entiendes? Hiciste que me echaran como basura—Le dirigió una mirada llena de odio—No eres más que mi reemplazo, Kim—Aquello fue suficiente para destrozar al mayor.

Lo siguiente que Lee presenció, fue al rubio corriendo a un salón vacío. Ni siquiera supo porqué, su cuerpo reaccionó a seguirlo hasta estár dentro del mismo salón y cerrar la puerta.

—¿Para qué me seguiste?—Tenía el rostro cubierto por sus manos.

—Yo... No lo sé...—Confesó—Fue como si algo en mí me dijera que debía venir contigo, que no te dejara solo...—Intentó explicar.

Lo siguiente que sucedió, había sido a Woo Jin acorralando a Min Ho contra la pared para, acto seguido, cortar la distancia entre sus labios.

No supo en qué momento dejó de poner resistencia alguna al beso. Mucho menos supo en qué momento empezó a corresponderlo.

Y mucho menos supo en qué momento los labios del mayor se volvieron tan necesarios. Pero a su vez estaba seguro de que el hecho de disfrutar el momento no estaba en sus planes.

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