Lentamente abrí mis ojos con dificultad. No podía mover ni un músculo. Estaba muy mareada y adolorida. Al despertarme un poco más pude darme cuenta de que me encontraba en el suelo.
En ese momento descubrí que estaba sobre un charco de sangre. Era mi propia sangre.
Asustada me examiné con mis manos para darme cuenta de que estaba completamente desnuda y mi ropa estaba hecha añicos a mi alrededor. Miré hacia todos lados confundida, no recordaba nada. ¿Qué me había pasado?
En ese momento sentí a alguien en mi baño. Seguí mirando hacia la puerta sin poder levantarme, no tenía fuerzas. Del cuarto de baño salió Daniel terminando de vestirse.
Al verlo supe que algo realmente malo me había pasado esa noche y que él había sido el causante. El temblor de mi cuerpo al verlo confirmó todas mis sospechas.
-Hola, hermosa. La pasaste bien?- dijo agachándose junto a mí mientras acariciaba mi espalda
Yo lo miré llena de asco y rabia. No creía lo que había hecho conmigo. Era un monstruo.
-Por qué me miras así? Fue por tu bien. Ahora si sabes lo que es estar con un hombre de verdad- me dijo siendo sádico.
-Tú no eres un hombre- le dije como pude, no tenía fuerzas
Este solo sonrió de forma sádica, debo confesar que me provocó mucho miedo.
Cogiendo un pañuelo húmedo comenzó a frotar mi cuerpo tratando de quitar las manchas de sangre, pero al acercarse a mi entrepierna me estremecí y me alejé de él.
Al notar mi temor, Dani sonrió y se alejó. -Está bien. Si quieres limpiarte vos podes hacerlo- dándome el pañuelo
Yo lo miré directo a los ojos sin querer demostrar el miedo que tenía -¿Puedo ir al baño?- le pregunté
Este me agarró por el antebrazo y me llevó a rastras al baño donde me tiró en el suelo -Tienes dos minutos- y cerró la puerta
Lentamente me traté de levantar apoyando las manos en con la cómoda y me puse delante del espejo. Al verme me llevé una desagradable sorpresa. Mi cara estaba completamente llena de moretones, tenía la ceja rota y el labio hinchado. Miré mi cuerpo y vi que estaba totalmente herido, no había una parte de él que no tuviera un golpe. Con cuidado comencé a limpiarme lo más que pude, no quería tener ningún rastro de él sobre mí. Lavé mi cara con cuidado, pero las heridas no se iban. Sintiéndome desprotegida tomé una bata que colgaba sobre el toallero y me la coloqué encima.
Me acerqué al espejo lentamente tratando de ver mi dañado rostro. No podía creer lo que me había pasado. Parecía todo una pesadilla. Cómo no me di cuenta del monstruo que era Daniel? Qué me había hecho exactamente? Y lo más importante, Cómo me iba a salvar de esta?
Agobiada solo pensaba en Jaz, solo quería estar a su lado pues con ella me sentía segura. Dios, esto la va a volver a matar cuando se entere. Sinceramente prefería estar muerta.
En ese momento se abrió la puerta del baño y una furioso Daniel entró -Quién te dio permiso para ponerte eso?- exclamó pegándome al ver que estaba vestida
Este me llevó a rastras por todo el salón y me tiró en el sofá. Allí en milésimas segundos pude observar las manchas de sangre que había por toda la casa y poco a poco fui recordando las atrocidades que Daniel había hecho conmigo sin tener piedad.
-¡¿Qué es esto?!- dijo tomando la pequeña cajita la cual había dejado sobre la mesa
-No es nada *Cajeta salvadora!!- dije nerviosa.
Dios, todas las cosas y recuerdos de Jaz estaban allí. Si los descubría sabía que no haría nada bueno ni con ellas ni conmigo
Este estaba a punto de abrirla cuando sonó el timbre. Al oírlo comencé a gritar pidiendo ayuda pero este tapó mi boca rápidamente.
Enojado y nervioso me llevó hacia la habitación donde me amarró a la cama y me amordazó.
Tras un segundo pude oír voces. Era Carla, mi hermana. Venía a preguntar preocupada debido a que hace días que no iba a trabajar. Pude oír casi toda la conversación sin poder advertirle. Dani la estaba engañando, le decía que era mi novio y que yo había salido. La muy tonta se lo creyó.
Sabiendo que esto no llevaría a ningún sitio decidí liberarme yo misma. Traté de zafarme con los dientes y en menos de un segundo lo conseguí, se notaba que Dani eran un torpe.
Una vez libre pensé en un plan y tomando uno de los premios al Mejor Hotelero de mi padre, los cuales pesaban bastante, me escondí tras la puerta.
Minutos más tarde la puerta se cerró. Como lo imaginaba Carla se había comido el cuento. De pronto sentí unos pasos acercándose, era Daniel y decidida lo ataqué por la espalda. Llena de furia y asco lo golpeé numerosas veces haciendo que quedara inconsciente.
Lo había conseguido, Daniel estaba en el piso y en mucho tiempo no se levantaría. Asustada y un poco incoherente salí de allí peor antes terminé de cubrir mi cuerpo con una largo abrigo.
Una vez en la calle pedí un taxi, el cual en menos de un segundo paró frente a mí. El taxista me miró confundido por mis fachas -Está usted bien?- preguntó bajándose las gafas para verme mejor
Yo con mucho miedo negué con la cabeza -Por favor arranque- con mucho miedo sin apartar la vista de la ventana. Temía que Dani fuera a seguirme.
Este al ver que no tenía ganas de hablar volvió su vista al frente pero sin quitarme la mirada por el espejo retrovisor. -A dónde la llevo?-
Me quedé un poco en blanco ante su pregunta. No sabía a dónde ir, no quería ir sola a la comisaría pero a la vez necesitaba verla urgentemente. Necesitaba sentir su cariño nuevamente.
Así que me decidí por el único lugar en el que me sentía segura -Al cementerio-
Al oírme el taxista me miró extrañado, sin duda ahora si pensaba que estaba loca
Este arrancó mientras yo veía como me alejaba cada vez más rápido de mi casa y de Dani, por lo que suspiré aliviada.
Cinco minutos después ya estaba en el las puertas del cementerio donde me bajé con dificultad.
-¿Está usted segura de querer quedarse aquí? ¿No quiere que la ayude?- preguntó el taxista preocupado
Era muy amable a pesar de su aspecto de nardental. Era realmente musculoso.
Yo negué con la cabeza y continué mi camino. Al entrar y caminar un poco pude divisar a Jaz sentada esperándome preocupada por mi tardanza. Antes de acercarme aun más traté de recomponerme y caminar lo mejor posible. Realmente no quería que se enterara de tal atrocidad.
Al verme esta sonrió aliviada y se dirigió rápidamente hacia mí. Esta me abrazó llena de ternura. Yo la apreté fuerte tratando de que en sus brazos se borraran todos los malos recuerdos.
En menos de un segundo Jaz pudo notar que algo me ocurría. Me conocía mejor que nadie y sabía cuando estaba mal
-Ey, qué pasa?- dijo sujetandome la cara con sus manos. Al ver bien lo dañada que estaba mi cara y mis ojos supo que algo terrible me había sucedido
Preocupada miró de arriba a abajo para darse cuenta de lo golpeada que estaba y de la sangre ya seca sobre mí
-Dios, Flor. ¡¿Qué te pasó?! ¡¿Quién te hizo eso?! -desesperada por verme así
Yo negaba con mi cabeza mientras lloraba abrazada a ella, no quería hablar de lo que me había pasado y menos con ella.
Viendo que estaba en estado de shock y con un montón de tics decidió darme espacio. Se dio cuenta de lo mucho que necesitaba su apoyo en esos momentos por lo cual se calmó y me volvió a mirar.
Calmada me abrazó bien fuerte deseando protegerme con sus brazos -¿Quién te hizo esto, Flor?- dijo afligida e impotente
Yo no dije ni una sola palabra solo apreté su brazo más fuerte deseando despertar de esta pesadilla.
Nos quedamos unos segundos así cuando de pronto a mis espaldas sonó una voz que hizo congelar mi cuerpo, era Dani.
Jaz miraba sin entender nada. Sabía que él no la veía pero ella sí a él. Le daba curiosidad y enojo su presencia, pero al ver mi cara de miedo supo enseguida que era el culpable de mi sufrimiento.
-¿Está aquí, no?- dijo Dani observando todos lados tratando de ver a Jaz
Jazmín solo permanecía en silencio interponiéndose entre el y yo, aunque sabía que su presencia no era muy útil debido a que no podía tocarlo.
-¿Ella está aquí?- dijo Dani alterado -¡¿Volviste a estar con ella?! ¡¿Por qué si ya eres mía?!- alterado gritando
A pesar del miedo que sentía decidí hacerle frente -Yo soy de ella, Dani. Y siempre lo he sido- dándole la mano fuerte a Jaz
Tras decir esto pude darme cuenta de cómo la vena de su cuello se hinchaba.
-Eso lo veremos- dijo separándome de Jaz furioso
No pude hacer nada para evitarlo. Este me agarró a la fuerza y me lanzó al suelo. Allí comenzó a golpearme y tratando de repetir lo que había hecho la última veces -Mira, fantasma asqueroso, lo que le hago a tu novia. Ella es mía-
Trataba de zafarme de él pero se me era imposible mientras veía a Jaz mirarme dolida
Jaz trataba de ayudarme pero en su estado no podía, cada golpe que le daba era en vano. Por primera vez vivía las desventajas de que fuera un fantasma. La colorada estaba llena de impotencia, quería ayudarme. Sus ojos dejaron de ser verdes y se pusieron rojo fuego como su pelo. Una sombra la rodeo y furiosa embistió a Daniel. No sé si fue su rabia o su dolor pero algo hozo que tuviera fuerzas suficientes para derrumbar a Dani.
Una vez libre me levanté sorprendida mirando lo que Jaz había hecho. Ella me abrazó y me dio un beso preocupada en la frente. -Estás bien?- y yo asentí con la cabeza
En ese momento vi como Daniel se levantaba furioso. Este se dirigía hacia mí -No te iba a matar pero tu amiguita lo ha provocado. Ahora si te vas a reunir con ella- sacando una navaja de su bolsillo
En el momento en que se acercaba una bulto bien grande lo derrumbó y lo mantuvo en el suelo. Sorprendida miré a mi héroe para darme cuenta de que era el taxista.
Aquel hombre fuerte y con gafas que se había preocupado por mí al verme salir se nota que no se creyó mi cuento. Gracias a dios.
-Llama a la policía- me dijo indicando donde estaba su móvil.
Lo tomé y llamé sin dudarlo mientras Jaz me abrazaba aliviada de que ya todo iba a estar bien.
Pasaron las horas y aquel lugar se llenó de policías, mis hermanas me abrazaban preocupadas sin creerse aun lo que me había pasado mientras yo llena de asco miraba como se llevaban a Dani.
-Va a pagar por lo que te hizo- dijo Vir apoyando su mano sobre mi hombro
Carla se me abrazó llorando, se sentía culpable por no darse cuenta de que algo estaba mal -Por dios, ¿!Cómo no me di cuenta cuando fui a tu casa de que algo estaba mal?!-
-Porque eres imbécil- le dijo Lucía siendo fría como siempre
Yo no las oía, solo miraba a Jaz la cual no apartaba la mirada de mí desde lejos. Su mirada era distante, sabía que me estaba mirando pero era como si estuviera en otro mundo.
En ese momento de mis pensamientos me hizo salir una palabras -¿Estas bien?-
Era mi héroe, aquel taxista que de forma desinteresada se había preocupado por mí y me había salvado la vida. Yo aun en las nubes le agradecí, realmente le debía mi vida.
-Muchas gracias por salvarla. No sé que le hubiera pasado estando sola- le dijo Vir. Yo no estaba sola, estaba con Jaz
-Y cuál es el nombre del héroe de mi hermana?- dijo Lu con un tono bastante seductor
En ese momento los ojos del guapo taxista se posaron en mi hermana. Sin duda ella era una mujer atractiva, aparte de coqueta. -Mariano- dijo besando su brazo
No haciendo énfasis a los coqueteos de Lucía mis ojos se volvieron a posar en la colorada, la cual tenía los ojos rojos de llanto. Me dolía más verla en ese estado que mis propias heridas.
-Vámonos. Hay que llevarte a la clínica- dijo Vir tomándome de un brazo y Miru del otro
Yo me rehusé, no me quería ir, no la podía dejar sola, no después de lo que había sucedido. -No, no puedo dejar a Jaz aquí- dije sacándome de sus brazos
-Jaz? Quién es Jaz?- dijo Carla confundida
Al oírme Vir comprendió todo enseguida, se dio cuenta porque estaba allí o más bien por quién estaba allí.
-¿Flor, la volviste a ver?- abriéndome los ojos alarmada y yo solo asentí con la cabeza -¡Florencia, ella te hace mal. No es real!-
-No, no, Vir, no lo entiendes. Ella me ama y yo la amo. Nos vamos a casar- le dije desesperada tratando de hacerla entender
Ella solo me miró triste mientras yo solo miraba a Jaz. Siguiendo mi mirada Vir trató de verla pero se le era imposible.
Dándose cuenta de que no había manera de sacarme a Jazmín de la cabeza se acercó a mí con un tono comprensivo -Flor, tenemos que ir al hospital-
Yo solo la miré con los ojos aguados cuando noté una mano sobre mi hombro. Era Jazmín la cual me miraba llorosa -Flopi, ve. Yo voy a estar bien-
Me levanté y sin importarme el resto de la gente la abracé. Al separarme pude notar como todos me miraban raro principalmente mis hermanas las que no entendía nada.
Todo estaba siendo oscuro en mi vida, pero al menos tenía su amor. Además como dice un viejo dicho "Cuando más oscuro está, es que está por amanecer"
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Destinada a ser... (Flozmín)
FanfictionDicen que todos estamos hechos a medias, y que estamos destinados a buscar nuestra otra mitad durante toda nuestra vida. Pero qué pasa si la vida no te alcanza para encontrarla?