Ya han pasado dos meses desde que Bonnie y yo decidimos estar juntos. Es la mejor decisión que pude haber tomado jamás. Todos los días siento que estoy en las nubes y que mi mundo es color de rosa.
Sí, estoy así de afectado.
El tiempo que paso con ella es menos del que quisiera por mi trabajo y Lara, aunque ella casi nunca está en casa, pero aún así trato de organizar mi tiempo. Desde que estoy con Bonnie he reducido y evitado el contacto físico con Lara. Ahora, la única mujer que realmente quiero besar y abrazar es Bo, así que estoy realmente convencido de que quiero pedirle el divorcio.
Obviamente pienso en dejarle todo lo que tenemos, ya que tampoco soy un desalmado para dejarla en la calle; ya que no tenemos hijos los trámites serán más rápidos de lo esperado. A pesar de eso, tampoco pienso decirle nada sobre Bonnie, por lo menos no ahora.
No quiero poner la situación más tensa y caótica de lo que ya se ha vuelto.
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Estoy sentado en la mesa de la cocina listo para afrontar la situación cuando Lara llega a casa.
—Hola, amor —me dice cuando llega y se acerca para darme un beso en los labios, pero yo le doy mi mejilla.
—Hola, necesitamos hablar —le digo mientras se sienta.
—Estás muy serio... Me estás preocupando.
—Lara, quiero que sepas que todos estos años que tenemos de conocernos han sido muy especiales para mí porque tú eres una mujer maravillosa —comienzo a decir lo más serio posible—. No creo ser el único de los dos que se ha dado cuenta de que nuestro matrimonio no está bien estos días.
—Ha estado muy mal últimamente —concuerda conmigo amargamente.
—Exacto y creo que se debe a que simplemente no nos importa no pasar tiempo juntos... La química que sentía al principio ya no está y creo que es mejor... Separarnos.
Una lágrima cae por su mejilla pero no hay más. Me mira fijamente, estudia mi rostro una y otra vez tratando de encontrar un no-sé-que que le de alguna pista de si lo que estoy diciendo es cierto.
—¿Es por otra mujer, verdad? —pregunta con voz de acero.
—Claro que no —miento—. Esto es sobre lo que está pasando. Creo que se nos ha acabado el amor.
—Está bien —dice unos minutos después. Se levanta y se limpia el rostro—. Nos separaremos, si es así lo que quieres.
—De acuerdo... Lara ¿puedo pedirte un favor? —asiente—. Yo saldré de esta casa en este momento pero quiero que sepas que eres muy importante para mí. Antes de ser novios éramos compañeros que se llevaban bien y no quiero perder eso. Quiero asegurarme de que estés bien y llevarme bien contigo.
—No lo puedo prometer... Pero lo intentaré —se acerca a mí y presiona sus labios con los míos—. No voy a olvidarte nunca, Dylan.
Éso es lo que dice antes de salir de la cocina. Yo saco el aire que no sabía que estaba reteniendo y me dejo caer en una silla.
Lo más difícil ha pasado.
Me sorprende la manera en que Lara tomó la situación y me alegro que por lo menos en un futuro nos podamos ver a la cara amistosamente.
Por lo menos, eso es lo que espero.
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Tomo una maleta y en ella guardo sólo algunas prendas de ropa. Le aviso a Lara que me voy y salgo de la casa, aparentemente para siempre.
Soy libre y me dan ganas de cantar "Let It Go" pero hay mucha gente viéndome, por lo que lo pienso dos veces y me retracto.
Llego al departamento de Bonnie con una sonrisa.
—Hola, guapo —me dice cuando me ve y se recarga en el marco de la puerta. Yo suelto mi maleta y la alzo entre mis brazos mientras la beso—. ¿Por qué estás tan feliz? —ve mi maleta y abre los ojos como platos—. ¿Acaso tú...?
—Le he dicho a Lara que quiero el divorcio.
Entramos rápidamente y nos sentamos en la sala. Bonnie no reacciona, simplemente se sienta a mi lado estupefacta.
—¿Cómo está ella?
—Te seré sincero, pensé que se lo tomaría peor. Estaba muy calmada, a decir verdad —sigue sin contestar después de unos minutos que me parecen una eternidad—. ¿Qué pasa?¿Acaso no estás emocionada?
—No es eso, sólo que yo... —no puede más y su voz se quiebra. Su voz se escucha más frágil con cada palabra que dice—. Me siento culpable, Dylan. Soy la culpable de que su marido no quiera estar con ella y de que ella esté sufriendo de esta manera. Yo arruiné su matrimonio y no sé ni siquiera cómo la voy a ver a la cara en las fiestas familiares o cuando salgamos juntas. Soy la peor hermana del mundo.
Ella no tiene la culpa.
Tú eres el imbécil que entró a su habitación aquella vez.
La abrazo y acaricio su cabello lentamente. Mi corazón se parte en dos cada vez que la veo sufrir o llorar.
Cada vez que lo hace me siento como un desgraciado.
—Sé que esto es muy complicado pero tú no tienes la culpa. Yo la tengo porque me enamoré de otra persona. De cualquier manera, siento que en el futuro se nos habría acabado el amor por la rutina en la que ambos estábamos cayendo. Fuiste tú porque el destino así quiso que fuera. Y de todas formas, yo no estaba muy seguro de querer casarme tampoco.
—No me arrepiento de mis sentimientos —me dice mientras acaricia mi rostro con sus manos.
—Yo tampoco —respondo mientras cierro los ojos y disfruto de su suave tacto.
—¿A dónde pensabas ir? —me dice ahora mordiendo el lóbulo de mi oreja suavemente, haciéndome estremecer.
—A un hotel de paso que está cerca de aquí —respondo con dificultad.
—Nada de eso —dice ahora sobre mis labios que la besan desesperadamente—. Te quedarás aquí todo el tiempo que sea necesario.
—Me encantaría pero no puedo hacer eso, Bonnie —le digo con mi respiración agitada. Ella está a horcajadas sobre mí.
—¿Por qué no? —pregunta inocentemente.
—Porque si viviéramos juntos, no saldríamos de tu habitación —contesto ahora empezando a subir su blusa.
—¿Es una promesa?—me dice arqueando una ceja.
Río a carcajadas ante su expresión.
Por fin puedo estar con ella sin esa punzada en mi cuerpo.
Cuando entramos a su habitación mientras nos besamos sobre su cama, se ve tan preciosa que juro que jamás la haré llorar de nuevo.
Por fin haremos las cosas bien.
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Prohibido | Dylan O'Brien
Fanfiction«Él no la puede amar. Él no se puede sentir así. Ella es su cuñada. Ella está prohibida»