Me separo rápidamente. Ella prende la lámpara a su lado por tan repentino movimiento. Su cara está pálida como la leche cuando nota quien soy.
—P-pensé que eras Marcus. Y-yo... —sólo puede tomarse la cabeza con las manos. Yo estoy inmóvil. Sin habla—. ¿Por qué, Dylan?
—¿Por qué? —pregunto yo, desconcertado.
—Se supone que lo olvidaríamos ¿cierto? Lo estaba haciendo bien, tú estabas desapareciendo, no pensaba en ti... La distancia estaba sirviendo —habla tan rápido, desesperada, que no puedo evitar sentirme mal por lo que acaba de pasar.
Sin embargo, no puedo evitar notar que habla en tiempo pasado. Eso sólo puedo significar una cosa.
—¿Aún piensas en el beso? —le pregunto. Se sienta en la cama, abrazándose a sí misma.
—Me gustaría decir que no.
La miro y la miro.
No puedo dejar de mirarla. El alcohol que antes estaba en mis venas parece haberse ido.
Me siento cerca de ella y acaricio su mejilla. No me mira pero la tomo de la barbilla y hago que me mire.
—A mí también —le digo con suavidad. No quiero que salga corriendo—. Perdón por esto. No estaba en mis cinco sentidos. Tu abuelo y tu papá me invitaron a tomar unas cervezas y...
—Se te subieron un poco —dice ella con una sonrisita.
—Sí —me río con ella—. Creo que bastante —dice divertida y mira la hora de su celular. Son las tres de la mañana—. Creo que es mejor que te vayas —dice y acaricia mi cabello. Se acerca a mí y roza sus labios con los míos—. No podemos dejar que esto se nos vaya de las manos. Tú estás con Lara y yo con Marcus. Mañana nada de esto pasó ¿Entendido? —asiento con la cabeza y entrelazo sus manos con las mías. Aprisiono su rostro entre mis manos y la acerco a mí para acariciar sus labios y besarlos como si no hubiera mañana. Cuando me separo y estoy a punto de salir, habla de nuevo—. No te enamores.
¿Qué estamos haciendo?
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A la mañana siguiente, me levanto y veo que Lara me mira atentamente. Sonríe en cuanto la descubro con sus ojos fijos en mí.
—Buenos días amor —me dice dándome un beso—. ¿Regresaste muy tarde anoche?
—Algo así. Como a las tres.
—¿La pasaste bien?
—Sí. Sabes que Hugo, Gary y yo siempre nos hemos llevado bien —le sonrío y beso su frente—. Tengo que darme una ducha.
—No te vayas, por favor —me dice cuando estoy a punto de levantarme—. Quédate un rato más.
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Cuando bajamos a la cocina, todos están ahí sentados incluyendo el tipo que parece Ken.
¿Cuál era su nombre?
Cierto, Marcus.
—Buenos días a todos —decimos Lara y yo al mismo tiempo que nos sentamos. Marcus toma la mano de Bonnie.
—¿Cómo has dormido, Dylan? —me pregunta Marge amablemente.
—Perfectamente, Marge.
Seguimos hablando durante bastante tiempo que me parece eterno porque no puedo evitar tener mi fijada en Bo mientras se encuentra al lado de ese muñeco de plástico. Sólo me siento más relajado cuando algo inteligente sale de su boca por primera vez durante toda la velada y sugiere que demos una vuelta por los viñedos familiares.
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Durante una hora, tengo que soportar a Marcus entrelazando su mano a la de Bonnie. Ver como la besa y acaricia su rostro. Lara no para de decirme lo lindos que son juntos.
Yo gruño cada vez que hace esos comentarios.
No lo soporto, al igual que la primera vez frente a la casa. Solamente que ahora sé que es.
Son celos.
Celos que borbotean en mi estómago.
Nos adentramos cada vez más hasta que la casa queda perdida. Estoy tan cerca de Bo que puedo rozar su mano. Marcus y Lara están desprevenidos así que, en un momento de valentía y estupidez, la tomo y entrelazo sus dedos con los míos.
Comienzo a tirar de ella en dirección contraria a donde camina toda la familia. Me aseguro de caminar sin rumbo durante un buen rato en el que ella no para de protestar.
Estamos lejos y perdidos.
—¿Qué demonios haces?
No la dejé hablar más y la beso desesperadamente, asegurándome de transmitirle toda mi molestia acumulada durante la mañana.
—Demasiado tarde —le dije respirando sobre su cuello. Su piel se eriza notoriamente—. Ya estoy enamorado de ti.
Ella no tenía ni idea de cuánto.
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Prohibido | Dylan O'Brien
Fanfiction«Él no la puede amar. Él no se puede sentir así. Ella es su cuñada. Ella está prohibida»