Capítulo 9 | Primera vez

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Conduzco emocionado hacia su departamento después de comprar comida china para cenar. A pesar de ver Bo en la mañana, eso no me basta para saciar mi sed de ella.

La quiero ver siempre.

Me siento mal al encontrarme deseando que Lara llegue ya entrada la noche. Frunzo el ceño. La camisa en el fondo del ropero y quedarse a cubrir a uno de sus compañeros no es muy típico de ella.

Sigo sumergido en mis pensamientos cuando llego hacia el bloque de departamentos. Le digo al portero el número de torre y departamento y me deja pasar. Tomo el ascensor y pronto estoy frente a su puerta.

Toco mientras trato de arreglar mi cabello.

—Hola, amor —me dice apenas abre y se abalanza a mis brazos. La abrazo fuertemente y sonrío. Mis preocupaciones anteriores de disipan de inmediato cuando la tengo entre mis brazos. Es la primera vez que me llama de esa manera y debo admitir que me encanta—. Pasa, se fue la luz hace un par de minutos. Espero que no te moleste que haya velas por todos lados.

—Claro que no, así podremos tener una cena más romántica —le digo enseñándole la bolsa de la comida china.

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Comimos en la barra de su pequeña cocina entre risas y juegos, como siempre cuando ella está presente.

Me cuenta cosas sobre la universidad y lo lindo que es Londres. Me encanta cómo sus ojos se iluminan de emoción. Mi cabeza empieza a dar vueltas.

—¿Cómo conociste a Marcus? —pregunto con curiosidad, tratando de no hacer más notorio que estoy embobado con su belleza.

—Él era un estudiante de intercambio al igual que yo, así que nos hicimos grandes amigos. Él regreso antes que yo aquí a California y antes de irse me dijo que todo ese tiempo quiso intentar algo conmigo, me besó y después yo le dije que sólo lo veía como un amigo. Es básicamente todo —me cuenta despreocupadamente.

—Así que eras toda una "rompecorazones" —le digo divertido.

—Algo así. Pensé que en Londres iba a encontrar a una persona verdaderamente especial pero... —rodea la barra hasta llegar a mí— ...lo encontré aquí y carajo, es la persona más especial en mi vida —me acerco a ella y la beso mientras acaricio su cintura con mis pulgares.

—Me encanta como suenan las malas palabras en tu boca —le digo entre besos mientras la tomo por los muslos y la siento en la barra para seguirla besando.

Diablos.

Esto es condenadamente caliente.

Con sus piernas rodea mi cintura y estamos más cerca de lo que jamás habíamos estado. Me quita la camisa y cae en alguna parte del lugar. Sin deshacer su agarre la llevo hasta lo que parece ser su habitación. Rápidamente cierro y la recargo contra la puerta. Muerdo sus labios y empiezo a bajar hacia su cuello. Ella jadea y luego nos movemos hacia la cama, en donde la recuesto lentamente y la cubro con mi torso desnudo. Me deshago de su blusa dándole unos pequeños besitos en el ombligo, haciéndola reír.

Me estoy volviendo loco.

Vuelvo a su boca y ella se separa con la respiración agitada.

—Tengo algo que decirte—me dice de repente con la voz entrecortada.

—Dime, preciosa.

—Tú... Yo... Ya sabes, nunca he...

—¿Nunca has estado con nadie de esta manera? —le digo utilizando las palabras adecuadas para acabar con su nerviosismo. Ella asiente y por un rato quedo paralizado.

Yo pensé que ella ya había...

Diablos.

Ahora sí me siento como un verdadero saco de mierda.

—¿Estás segura, Bonnie? —le pregunto antes de seguir.

Deseo esto más que nada y no quiero dar marcha atrás, pero no quiero obligarla a hacer cosas de las que luego se arrepienta.

No conmigo.

—Sí, estoy segura. Q-Quiero que seas el primero —me dice dándome un pequeño beso en la mejilla.

Eso es todo lo que necesito. Haré que sea la noche más especial de su vida.

—Bueno, preciosa, será un honor —le digo volviéndola a besar y entrelazando sus manos con las mías.

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No recuerdo cuantas veces hicimos el amor hasta quedarnos completamente dormidos. Ella se acurruca a mi lado y recarga su cabeza sobre mi pecho. Lo último que pensé antes de quedarme dormido fue que había pasado una magnífica noche con la mujer de mi vida.

Cuando despierto son las siete y media de la mañana. Bo está mirándome fijamente. Se sobresalta cuando se da cuenta que la he atrapado.

—Lo siento, yo no quería que... —la beso delicadamente para calmarla.

—Hey, me gusta que me veas —le digo sonriendo y abrazándola—. ¿Cómo te sientes?

—Perfectamente bien —me dice sonriendo—. Sé que esto tal vez arruine el momento pero... ¿Ya sabes qué piensas decirle a Lara? —caigo en la realidad.

Lara debe de estar preocupadísima pero ya me encargaría de eso después. Después de todo, si mis sospechas son correctas, no creo que siquiera hubiera regresado a casa.

—No te preocupes Bo, yo sabré que decirle —le digo mientras la abrazo y beso su cabeza.

—Me levanté al baño hace rato y me di cuenta de algo —me dice sonrojada. Yo sonrío.

—¿De qué?

—Tienes unas pequeñas marcas en la espalda —me dice tapándose el rostro con las manos. Yo río a carcajadas.

—Serán un pequeño recuerdo —le digo al oído, haciéndola estremecer.

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Cuando llego a casa me doy cuenta de que Lara tampoco ha llegado a dormir anoche ya que la cama parece no haber sido deshecha, tal y como lo había sospechado. Además, el libro que dejé encima de ésta sigue en el mismo lugar.

¿Será que Lara me engaña?

"Tal vez lo hace pero como tú estás tan concentrado en Bonnie ni siquiera te das cuenta" me dice mi subconsciente.

Por primera vez pienso que tiene razón.

Prohibido | Dylan O'BrienDonde viven las historias. Descúbrelo ahora