Secretos.

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  • Dedicado a A mis dos mejores amigas A y O
                                    

Estoy en la oscuridad. No veo nada, solo negro. Y hay niebla. Huele a humedad. Tengo miedo. Mucho. Y demasiado. Deseo estar con amigos. Que alguien me protega del frío que hace. De repente, oigo una voz que viene de la nada.

- Amy...

Es casi inescuchable, inaccesible. Pero con el silencio que hay, me parece la voz de un angel, mi salvación.

-¡¡Ion!! ¿Donde estás?

Pero nadie me contesta. Asi que no paro de llamarle. Hasta que paro, y pienso en que igual le ha pasado algo. Empiezo a correr, y sigo, y sigo.. Pero me doy cuenta de que estoy dando vueltas. Y vuelvo a oir la voz.

- Amy...

-¡Ion, por favor, tengo miedo!

-Amy... Amy... Amy...

Y la voz se va alejando poquito a poco, hasta que ya no se oye nada. Y me derrumbo. Empiezo a llorar, y me tiro al suelo. Y hecha un ovillo, sigo llorando. 

Abro los ojos, y me veo en la oscuridad de mi solitaria habitación. A causa de la pesadilla, me toco la cara, y estoy sudando. Me siento, me quito las sabanas y empiezo a tranquilizarme. Al haber tanto silencio, oigo a alguien roncar. Dimitri, supongo. O Ion. Por que es verdad, el está ahora mismo en casa. Ya cuando estoy un poco mas tranquila, miro mi reloj, y veo que marca las 4:18. Asi que me levanto, me pongo las zapatillas de andar por casa, despacio abro la puerta de mi habitación, y bajo las escaleras, hasta ir a la cocina. Ya ahí, me hago un chocolate caliente, cogo unas nubes, voy al salón, abro la puerta que da al jardín y a la piscina, y voy hacia las tumbonas. Pero me doy cuenta de que hay alguien. Asi que me pongo en guardia. Voy despacio hacia la tumbona que hay justo enfrente de la gran piscina bien cuidada- Sí, mi padre se aburre mucho, y cuando tiene tiempo, no para de arreglar la piscina, y comprar cosas, y todo eso-, y por fin veo la cara de el chico que hay sentado. Es Ion. Entonces, decido sentarme en la tumbona de al lado. Entre las dos hay una mesilla, asi que dejo ahi el chocolate y el plato de nubes. Todo huele a humedo, por la lluvia de esa misma noche. Y hace frío. Le miro a Ion, está tumbado, escuchando musica y los ojos cerrados, con una camiseta negra y los pantalones blancos. La luz de la luna le da de lleno en la cara, y a parte de que es guapo de todas maneras, le hace estar muchísimo más bello. Me tumbo, y le sigo mirando. Vuelvo a mirar la piscina. Está preciosa. Está muy romantica. 

- Bonita, ¿eh?

Me giro, y veo a Ion con los ojos abiertos mirándola.

-Sí, supongo. Con las horas que se le llevan...

Se vuelve para mirarme. 

- Sí, será eso. Pero eso no importa si sabes que después del trabajo duro te vas a encontrar con esto. ¿O no?

Me quedo mirandole fijamente.

- Sí, será. ¿Como es que estás aqui?

Sonríe.

- Como verás, tu querido hermanito, es todo un jabalí cuando duerme.

-Oh sí- Me rio-. Lo he tenido que sufrir.

- ¿Y tu?

- He tenido una pesadilla. Supongo que no era para tanto, pero no me podía volver a dormir.

-Ah.

Estaba mirando la piscina, pero me giro a verle.

-Ion.

-Dime.

- ¿Me quieres? 

-Claro.

-¿También le dijiste eso a la novia que te puso los cuernos?

Tu... yo... NosotrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora