Por fin era viernes, la alarma sono y los estudiantes salieron en estampida rumbo a sus casas para disfrutar el fin de semana, Helga y Phoebe decidieron ir por un cono de helado antes de llegar a sus casas, en el camino platicaban de trivialidades cuando la chica oriental saco el tema de lo que se había hablado toda la semana en su salón, la fiesta de fin de mes de Rhonda, la fiesta que según ella nadie se podía perder
-Y entonces Helga como te decía, creo que es muy muy importante que vallamos- Dijo la chica oriental mientras daba pequeños bocados a su helado
-Criminal.! Phoebe sabes que las fiestas de Rhonda son horribles, ¿recuerdas la última fiesta de niñas?, Todas estuvieron vomitando toda la noche por comer tantas chucherías, y yo tuve que cuidarlas a todas, todavía tengo pesadillas por tan asquerosa fiesta, de una vez te digo que Helga G. Pataki no se presentara nuevamente a una fiesta de Rhonda.
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Sábado en la tarde, Helga se encontraba camino a casa de Rondha, se regaño mentalmente por ser tan fácil de manipular, por ser débil pero sobre todo por estar enamorada, cuando Phoebe dijo " Gerald me confirmo que iría con Arnold" supo que iría a la dichosa fiesta, " sabes que Phoebe, ya que me lo pides tanto iré" fue la patética respuesta que salió de sus labios.Y ahí estaba Helga, tocando la puerta de "la princesa", tocando a lo que supuso seria un martirio, lo que soportaría solo por estar un rato con el niño de los cabellos dorados, Helga había pensado que conforme creciera, se haría más sabía y solo se había vuelto más idiota, haciendo de todo y a la vez nada por Arnold, suspiro, toco la puerta de la princesa, pasaron unos segundos para que escuchara un "voy" del otro lado de la puerta, Rhonda la recibió con un beso en sus dos mejillas, para después arrastrarla al interior de su casa, donde ya se encontraba Nadine.
-Oh querida que bueno que aceptaste venir- Helga rodo los ojos y mascullo un "si claro"- Muy bien empecemos
- ¿Empecemos qué? - Dijo la rubia molesta, - ¿Y dónde diablos está Phoebe?
- No te preocupes, estas en buenas manos- Rhonda cerró la puerta y se dirigió al mueble más cercano, abrió el cajón de enmedio y de este saco unas tijeras, un cepillo y unas pinzas de depilar - Helga supo lo que estaba por venir, instintivamente se toco su uniceja, trato de correr hacia la puerta cuando fue detenida por Nadine que para sorpresa de la rubia tenía mucha fuerza
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Helga se miró al espejo y por un instante no pudo reconocerse, ahora tenía su única ceja depilada formando dos cejas enmarcando su delgado rostro, sus pestañas que siempre parecían paraguas estaban rizadas con una pequeña capa de rímel lo que hacía a sus ojos verse más grandes y más azules. Y su cabello, su cabello que siempre estaba sujetado, ahora descansaba sobre sus hombros con su liston adornándole la parte alta de su cabeza. En sus 15 años de vida jamás se había visto ni sentido tan bonita y algo en ella se rompió un poco.
-Te dije que estabas en buenas manos-
- ¿Por qué hiciste esto princesita? ¿Otro de tus experimentos?- pregunto curiosa, era de saberse que ella no daba nada a cambio de nada
- Pues la última fiesta estuvo terrible lo se, Phoebe me contó que nos cuidaste a todas asi que estamos a mano, sabes que no me gusta deberle nada a nadie, promete que ahora te depilaras más seguido, por favor ya tienes 15 años
Helga sonrio, en definitiva la princesita nunca cambiaría. Tocaron el timbre y rápidamente las chicas guardaron los utensilios de belleza que habían utilizado, para no verse extraños Helga se dirigió a la cocina junto con Nadine, mientras Rhonda abría la puerta para encontrarse con Phoebe. La anfitriona la llevo a la cocina donde ahora está su "creación", la oriental no pudo evitar un pequeño gritito de emocion, su amiga se veía muy bonita, corrió a abrazarle y la llenó de alagos a los que la rubia respondía con pequeños sonrojos
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Hey Arnold Fanfic / Me Gustas Tú
RomantizmEntonces estampo sus labios con los de ella, no fue un beso feroz como los que estaba acostumbrado a recibir, era un beso delicado, suave y un poco torpe, Arnold se sentía en la gloria, había extrañado el sentimiento de besar a Helga, era como si ah...