El primer amor de Bill Weasley

Una niña me vence

Bill suspiró con pesadez. Su hija estaba por conocer el secreto que más había guardado de sus hermanos y rogaba que ella supiese mantenerlo así.

- ¿Me guardas un secreto, Vic?- pre- guntó Bill alisando el rubio cabello de su hija

- Si, papi- sonrió ella con inocencia haciéndolo suspirar

Lena Donovan había acudido en cuanto le mande una lechuza. Por supuesto, yo estaba impaciente. Debía de enseñarle, pero necesitaba saber que tan poderosa era como bruja.

Ella llegó puntualmente, algo raro siendo que fue un Gryffindor quien la citó. Ese día llevaba el cabello largo y castaño claro. Su uniforme de Slytherin destacaba sus ojos (que eran verdes en esa ocasión).

- Hola, Lena - saludé- Bienvenida de nuevo. Sé que no eres novata en los duelos teniendo en cuenta lo que pasó entre tú y Mérula Snyde

- ¿Estabas ahí? - preguntó ella con sor-presa

- No- le respondí sonriente- Pero mi hermano Charlie si lo estaba, él es de segundo año como tú pero es un Gryffindor... Antes de empezar, ¿Cómo consideras tu nivel en los duelos?

- Sigo aprendiendo- responde ella con una leve sonrisa- Mi perfecto y el profesor Flitwick me han estado educando en el arte de los duelos... Pero aun tengo mucho que aprender...

- Y ahí es donde entro yo- le dije con una sonrisa- Yo te enseñaré lo que te haga falta... buena suerte, Lena. Trataré de no lastimarte... mucho...

Ella me dio una sonrisa nerviosa. Nos pusimos de espalda y nos alejamos diez pasos.

Ambos nos colocamos en posición, con las varitas en alto...

Lancé un inmovilus, pero ella fue más rápida al lanzarme un expelliarmus. Me dio de lleno, afortunadamente pude sujetar mi varita en el aire.

Pensé: "Vale, ya no iré lento con ella. Tendré que ser rudo".

Empecé a lanzar hechizos a diestra y siniestra, pero ella bloqueaba todos y cada uno de ellos. Hasta que logró hacer que mi varita volara y me apuntara a la cara.

- Papi perdió contra una niña- dijo Vic mirándole como si estuviese bromeando

- Si, Vic, ese es mi secreto- le dijo Bill mirándola con total seriedad- por ningún motivo puedes decírselo a tus tíos, menos a Fred y a George, ni a tus abuelos o primos, ni siquiera a Dom... ¿Lo prometes?- Bill alzó su meñique

- Lo prometo, papá- le juró Victoire uniendo sus meñiques

Cuando ambos separaron sus meñiques, sonrieron cómplices.

Cuando recogí mi varita, mi orgullo estaba algo herido.

- Nada mal, Lena, nada mal- le dije dándole elogios- Dijiste que aún tienes mucho que aprender, pero creo que me enseñaste una o dos cosas...

- ¿Crees que estamos listos para ir a la Bóveda Maldita?- preguntó ella con duda

- Casi- le sonreí- aún te falta aprender uno de mis hechizos favoritos... Te enviaré una lechuza para que te reúnas conmigo en el patio de la torre del reloj... Hasta entonces,  Lena Donovan