Capítulo 4.

79 11 3
                                    

                                                                                              Malú

Intento mantener la calma buscando alguna solución a ello.

Tal vez sea Malú, la agente arrogante que cualquiera no tendría como amiga ni mucho menos como pareja. Aunque es hora de sacar mis conocimientos ante ello.

Antes de nada miro la hora, sólo me queda poco tiempo. Ni un minuto más.

No tengo nada planeado. Aún así cargo mi arma; lo guardo entre mi ropa.

Al salir del cuarto descubro huellas de la espuma del extintor, llego a un cuarto; trescientos doce.

Voy a abrir la puerta con cuidado, pero, alguien me tapa la boca por detrás. No es él, ya de por sí reconozco su perfume.
Le hago una zancadilla, acto seguido pego una patada en su costado.

Cierro rápidamente la puerta con llave.

Nada más girar mi cuerpo lo veo ahí, tirado, amarrado, desolado.

- ¿Por qué tardaste tanto? - nada más quitar la cinta de su boca suelta sus estúpidas palabras-

- Me gustaba más con la cinta - se lo pongo. Detesto que sea así de prepotente. Hace el amago de decir algo- ¿Qué dices?

- ¡Suéltame joder! No es momento de discutir

Desamarro todas las cuerdas que lleva encima y se levanta con apoyo mío.

- Gracias, ¿No? - enarco una ceja-

Él me sonríe, sonrisa más falsa que he visto en mi vida.

- No sé quién es ese, no lo he visto en la lista de sospechosos - sus pelos rebeldes caen en sus ojos y se los coloca de una manera diferente que nunca antes he visto-

- Tal vez sea un topo - cruzo mis brazos- quiero decir, si no sale en la lista de sospechosos probablemente sea el cómplice del asesino

- ¿Qué dices? Imposible - dice tan seguro de sus teorías-

- Sí, no creo que el asesino envenene a la mujer y las niñas para matar a sangre fría a Gutiérrez. Sería algo que no termina de encajar, además de que la señora no estaba en su cama, han tenido que moverla

Él tan sólo me mira dubitativo, sin saber que decir. No sabe que creerse. Son muchas teorías y enlaces que hay que encajar.
No obstante, la familia Gutiérrez tiene mucho que esconder.

Oímos aporrear la puerta, varias voces conversan entre sí.

- Sí, está pareja se quedaron encerrados - dice el chico de antes-

- Ven - tira de mi mano- tienes que saltar al otro balcón

No hay otra opción mejor para salir de aquí con lo que no queda de otra en acceder.

Abrimos la puerta corrediza, salimos del cuarto sigilosamente.

- ¡Eh, quedaos ahí hijos de puta!

Ambos corremos por el pasillo, al ir por otro lado saco mi arma y disparo a su pierna.

Él tira de mi, bajamos escaleras lo más rápido posible.

Muchas miradas van hacia nosotros, alguna palabra va referido a alguno de los dos o ambos.

Nos subimos en nuestros coches, conducimos sin rumbo alguno.

Recibo una llamada, activo de ponerlo en manos libres y hablo.

- ¿Quién es? - un número que no tengo agregado me llama de la otra línea. A pesar de saber que es él-

- Abraham, sígueme - cuelga-

Círculo Instantáneo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora