Capítulo 49.

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Narra Dylan:

Los recuerdos. Aquellos pensamientos que pueden llegar a ser malos o buenos. En mi caso, no sé como tomarlo. Hay algunos que son significantes como otros tan aterradores.

No sólo el hecho de mi hermana, si no por el aislamiento social que recibí de niño.

Se puede decir que tuve una infancia bonita, regalos de cumpleaños y Navidad.
Pero, amigos nunca. Nunca he llegado a salir de discoteca, nunca he ido a los bolos, nunca me he bañado en la playa de noche, nunca he devorado una hamburguesa de trescientas calorías con un amigo, nunca he ido al cine (exceptuando a mis padres y hermana).

El hecho de estar solo, no sólo duele, de por sí convives con ello. Pero, ahora la situación es diferente. Gracias a la decisión de estudiar la carrera de criminologia conozco a Abraham y poco más, me es suficiente tenerlos a ellos.

- Intentalo Dylan - la voz de Julia es tan exquisita que me adentro a sus amígdalas-

Suelto por los labios un suspiro.

Revivir el acontecimiento de hace diecisiete años me hace poner los pelos de punta.

Nada más cerrar los ojos, el campo de visión se va adentrando por el pasillo oscuro, adaptándose a cada detalle que se enmarca delante. Algunos confetis están encima de la barandilla, vasos de plásticos por los suelos, y un aroma repugnante hace que arruge la nariz.

Los calcetines de Bob esponja se ensucian nada más contactar con un líquido derramado, ahora intento caminar lo más despacio posible para no caer encima de ello.
Ahora me siento descalzo por lo que mis pies pequeños chocan contra vasos de plásticos de color rojo, otros de tubo.

Observo una pequeña bolsa transparente, al tocarlo lo suelto de inmediato; tenía una textura rara.

Veo salir a un chico alto, pelo largo ondulado con vestimenta negra, y botines negros. A pesar de estar oscuro puedo apreciarlo.

- ¿Qué haces tú por aquí? - sus pisadas son tan fuertes que logra asustarme-

- Es mi casa - digo en el suelo por un tropiezo-

- ¿Y? - se pone de cuclillas- vete a dormir renacuajo, los niños solo dan problemas - se levanta, dejando a la vista en su bolsillo trasero una jeringuilla-

El talón de mis pies marca un camino de dónde permanezco hasta el cuarto de mi hermana.

Ella yace boca abajo en la cama, algunos vasos de plástico, una botella de...no sé que será, y unas monedas a dos metros de distancia.

Bajo la vista al tatuaje que tiene en su brazo, zarandeo su cuerpo y no consigo respuesta.

- Hannah...- mi vista pasa a sus ojos, abiertos como una lapa, como si se tratase de ver algo inquietante-

Tropiezo con mi propio pié, y veo como bajo su cuerpo se derrama sangre.

- ¡No puedo, no puedo! - levanto con la respiración agitada, cada vez que visualizo esa escena los pelos se me ponen de punta-

- ¡Eh, tranquilo! - Julia se reincorpora, pasa una de sus finas manos por mi espalda- has llegado dónde has podido

- No me pidas otra vez que haga esto..

- No, ya no hace falta. Ya está todo grabado. Lo has hecho genial, Dylan - sus manos acaban rodeando mi cuerpo-

- Julia, he visto a mi hermana - exhalo el aire ahogado en un fino susurro-

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