Capítulo 8.

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                                                                                           Malú

Ella hace el amago de levantarse, pero, mantengo mi tacón encima de su mano.

- Yo que tú andaría con cuidado, no sabes con quién te metes - visualizo como saca un trofeo de un armario que está a su alcance-

Antes de que realice algún movimiento, se lo arrebato de la mano y le golpeo justamente en la sien.

Busco un pañuelo en mi bolso, limpio el artilugio y lo guardo.

Al abrir la puerta veo salir a Abraham cayendo al suelo por Roberto.

- Malú, vete - dice en una voz cansada-

- Hazle caso - Roberto se remanga la blusa-

- No pienso hacerlo - No pienso irme sin él. Nunca me perdonaría que le llegue a pasar algo por mi culpa ya que gracias a mi estamos aquí-

- Por favor - tose, escupe sangre y se limpia la comisura de sus labios-

Roberto no me quita la mirada, mantiene su pie izquierdo encima del cuerpo de él.

Noto su mirada fría como el hielo, sin darle importancia lo que está haciendo.

El aire excluido proveniente de Abraham llegan a mis oídos, poco a poco su respiración es exhausta.

- No me hagas llamar a la policía - recalco las últimas palabras-

- Te mato si hace falta - camina hacia mi utilizando su puño de arma-

Va a pasar sus brazos alrededor mío con lo que esquivo en un movimiento ágil chocando mi rodilla en su abdomen.
Por un momento se queda estabilizado, remediando el aire.

De camino a Abraham, él me apreta el cuerpo tirando hacia atrás.
Mantengo los dientes cerrados a la vez apretados por el dolor; estampa mi cuerpo contra el suelo como si fuera una lucha de sumo.

Aprieta ambas manos en mi cuello. Viendo que tiene la boca entre abierta, está disfrutando del momento.

Este cae al recibir un golpe por un bate de béisbol.

- Malú, ¿Estás bien? - sus ojos buscan a los míos-

Mi cabeza de por sí se queda mirando a otra parte de la casa sin poder hablar.

Noto su mano en mi mentón.

Presiona sus labios con los míos en un intento de salvación.  Así por dos veces más.

- Dime que estás bien, por favor - se remueve el pelo tirando de sus raíces-

Minutos después consigo tener una respiración estable; a pesar de una visión borrosa, recalcando la situación.

Sus brazos grandes y fuertes son atrapados por mi cuerpo pequeño y ágil.

Los movimientos son perezosos, a la misma vez agradables en dejarlo en buen estado.

- A..Abraham - un dolor estruendo se origina en mi cabeza; supongo que será del golpe-

- Eh, estoy aquí - el contacto de su mano me relaja por completo-

A pesar de que no veo bien, acarició mi mano libre; mientras el otro mi rostro acabando en mis labios.

Él deja un beso en mi mejilla, y acto seguido me pone el cinturón.

                                                                                 Abraham

Seré un cobarde, una persona sin sentimientos. Probablemente no seré así, tal vez escueta.

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