Círculo Instantáneo

Capítulo 32.

Narra Sofía:

La respiración es estable.

A veces me cuesta abrir los ojos como si tuviera un gran peso encima de él. Los párpados no sirven de ayuda.

Al intentar mover mi cuerpo noto como tengo las manos amarradas al igual que las piernas.

Nunca he llegado a esta situación. No entiendo cómo llegué hasta aquí. ¿Será el asesino de Roberto? No lo dudo, hay una cierta posibilidad de que lo sea.

Intento hacer fuerza por todos lados posibles, pero los movimientos son débiles por lo que acabaré agotada.

Las pupilas hacen el esfuerzo de observar.
Nada más actuar, la conciencia está desorientada.

Veo caer una luz blanca bajo un bombillo colgado en un techo.

Escucho como unos pasos se acercan, presencio el rostro de una persona. Intento descifrar quién es.

- Sofía

Desde que empecé a ver con claridad hago el amago de moverme por completo, pero mis muñecas lo impiden.

- Sofía, ¿Se puede saber que es lo que estás haciendo? Te estás metiendo en un asunto que no es tuyo

- ¿De qué hablas Víctor? - humedezco mis labios. Siento como tengo la garganta seca-

- Roberto

- ¿Fuiste tú quien lo mataste, no? - él pasa de cuclillas a sentarse en una silla-

- No - se cruza de brazos- me hubiese gustado ser yo, pero se adelantaron

- ¿Por qué me cuentas esto?

- Porque tú eres quién va a descubrir su muerte - se levanta del asiento-

- No, no puedo hacer eso

- ¿¡Por qué!? - dice golpear con una patada la silla- harás lo que se te pida y punto - las ultimas palabras las escupe a centímetros de mis labios-

- Sabes perfectamente que trabajo en una compañía, y si intervengo en otro país arriesgo mi puesto

- ¿Y? Me da absolutamente igual - golpea mi muslo con su puño-

- Eres un asqueroso. No te reconozco - intento echar de mi cara algunos mechones de pelo que caen-

- Y tú una zorra - golpea mi cara con una bofetada-

- ¡No vuelvas a poner tus sucias manos encima! - al moverme la silla llega a sacudirse por los aires-

Él me empuja, empieza a golpear mi cuerpo por varias patadas en el estómago. Acto seguido deja un puñetazo en mi pecho dejándome sin aliento. Agarra mi cuello con ambas manos.

Veo en sus ojos oscuridad, vacío y una persona fría digno de matar.

- ¡Déjala en paz! - escucho una voz familiar. Esta se le tira encima-

Mi cuerpo cae en decúbito lateral derecho. Observo que Verónica está luchando contra él.
Escucho un grito por parte de él.

- ¡Hija de puta! - grita Víctor-

Un golpe fuerte le deja sin conocimiento.

Verónica se levanta cansada a la misma vez agacha su cuerpo hacia el mío, desamarra las cuerdas y me ayuda a levantar.

- ¿Te encuentras bien? ¿Te hizo algo? - coloca mis pelos alborotados-

- Tranquila, no me ha hecho nada - miento-

- Sofía - dice bastante seria ya de lo que es-

- Sí, me golpeó - evito la mirada con ella. No me gusta expresar mis sentimientos. Ella lo sabe perfectamente-