CAPITULO NOVENO
Estaba a medio despertar aun dentro de un sueño que olvide por completo al abrir los ojos, me sentí las manos sudorosas y también el cuello, quería volver a dormir con solo cerrar los ojos, pero la luz del sol traspasaba las finas cortinas de mi ventana "tengo que comprar una más gruesas"-pensé- como no pude dormir, me levante y fui al baño para tomarme una ducha.
Cuando baje al comedor para almorzar vi que ya estaban todos sentados en silencio, así que yo tampoco dije nada, solo alce mi mano con una pequeña sonrisa en señal de buen día, papa y mama hicieron lo mismo, mientras que mis hermanos se concentraban se un comida como si nada mas importara. Después que pasaran unos minutos mama hablo:
-Hoy tenemos que ir a la policía Ángeles.
-Bien- asentí.
-Si quieres puedes faltar al ingles hoy- me dijo.
-Si- volví a asentir.
-¿Te sientes mejor hoy?- me pregunto papa.
-Mejor-dije, y asentí de nuevo.
No quería parecer paranoica o algo así, aunque supuse que a lo mejor ellos estaban tan preocupados como yo o tal vez incluso mas, no quería asustarlos, tenía que enfrentar mis miedos.
Una hora después de almorzar fuimos con la policía, el jefe que estaba a cargo me hizo varias preguntas a las cuales yo solo contestaba "Si", "No" o alguna que otra respuesta corta cuando era necesario. Tener que hablar sobre cosas que no te gustan, con alguien que no conoces, resulta un poco incomodo, pero trate de no parecerlo, seguramente no lo logre.
Más tarde, cuando estaba en mi habitación sin hace absolutamente nada, me llama Maia.
-Hola- dije
-Hola amiga, fui a tu casa ayer a la noche pero no estabas, me conto tu mama lo que paso- hubo una pausa en la que yo ni ella dijimos nada- ¿Quieres que vaya ahora?- pregunto.
-Si, claro.
-En unos minutos estoy ahí.
-Te espero en mi habitación.
-Ok.
No paso mucho tiempo hasta que llego Maia, mientras la esperaba estaba comiendo unos chocolates que me habían regalado mis hermanos esa misma tarde, algo raro de ellos, primero desconfié un poco, pero después pensé que me estaban demostrando su "comprensión" con todo lo que paso.
-¿Amiga?- dijo Maia asomando su cabeza en la puerta entre abierta.
-Pasa- le dije con la boca llena de chocolate amargo.
-¿Qué tal?- me pregunto con una sonrisa, pero no la misma de siempre, si no que era más como una sonrisa de lastima, o no tanto así ¿una sonrisa triste por lo que le paso a su amiga?, si fue esa. De las que no me gustan.
-Bien- le dije y le invite uno de los chocolates, pero ella lo rechazo.
-Hmm, mejor no- dijo negando con un dedo- estoy a dieta.
-¿Por Agustín?- levante las cejas y solté una risa- yo creo que él te quiere como sos, pero eso no quiere decir que estas gorda- me adelante.
-Sos mala influencia para mí- ella también rio y agarro el chocolate que yo le ofrecí.
-Nunca lo negué- y comí un pedazo con el que casi me atragante.
Después de un rato hablando y riendo, me di cuenta de que Maia sentía mucha curiosidad por todo lo que había pasado el día anterior.
-¿Quieres saber?
-¿Qué cosa?- me dijo un poco sorprendida
-Lo de ayer, claro
-Bueno, no quiero parecer curiosa
-No pareces curiosa- le dije- bueno un poco si- corregí sonriendo.
-¿No te molesta?- me pregunto dudando.
-No- le conteste sacudiendo la cabeza
-Bien- me dijo haciendo una mueca parecida a una sonrisa.
Se lo conté todo y con lujo de detalles, a mi mejor amiga no le podía guardar nada, ya lo había contado viarias veces así que no me costó tanto hacerlo. Ella solo me miraba asintiendo y haciendo gestos de sorpresa o disgusto, pero no dijo nada. Cuando termine nos quedamos como un minuto en silencio.
-Y eso fue lo que paso- dije.
-¿Estas asustada amiga?
-Un poco, después de hacer la denuncia me sentí un poco mejor.
-Yo se que lo van a agarrar- me dijo agarrándome un hombro.
-Si-dije y asentí- pero creo que es mejor hablar de otra cosa.
-Claro- coincido Maia
-¿Para qué viniste ayer?- la pregunta la sorprendió y no supe por que
-Bueno...- dijo- yo te venia a contar algo.
-¿Si?
-Agustín me beso- dijo sonriendo
-¡Por fin!- le dije también sonriendo- ¿y donde fue?
-En mi casa, cuando se iba a ir lo acompañe hasta la puerta y cuando estaba por salir a la calle se dio vuelta... y me beso.
-Yo creo que se tardo demasiado.
-Bueno, no se- dijo encogiendo los hombros.
-Eso ya no importa ahora.
-Creo que no.
-¿Y ya son novios?- pregunte impaciente
-No- contesto- todavía- aclaro riendo.
-Eso está mejor.
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