CAPITULO CUARTO
Esa misma tarde, después de que se fuera Tomas, le escribí a Maia para que viniera a dormir a casa como solíamos hacer los fines de semana, bueno, dormir no creo que sea la palabra más apropiada, más bien lo que hacíamos era hablar toda la noche hasta que saliera el sol, especialmente en épocas de vacaciones.
-Voy a pintarme las uñas- me dijo Maia apenas nos sentamos en la cama
-Yo pintos las tuyas y después me las pintas vos
-Dale- y extendió la mano derecha para empezar
-¿Siguen hablando vos y Agustín?- le pregunte
-Si, bueno... a veces
-¿Por qué?
-Es un poco raro- dijo murmuro como si él fuera a escucharla
-Los raros son los mejores, nunca sabes que podes esperar de ellos - nos callamos unos segundos- como una mujer, nada predecibles.
-El es algo así, eso no quiere decir que no me guste, es muy bueno y todo, pero con el tiempo vamos a ver qué pasa
-Si, espero que terminen juntos, es el mejor novio que tuviste hasta ahora.
-Pero si no es m...
-El mejor novio- le resalte levantando un dedo como si fuera a dar un discurso
-Espero que tengas razón- y sonrió
-Se le nota cuando te mira Maia, le gustas y mucho
-Hablando de mirar, te fijaste en lo lindo que es tu compañero de ingles... ¿Cómo se llama?
-Tomas, y no ando por ahí fijándome en lo linda o fea que es la gente- tape el esmalte y lo guarde
-Me imagino a los dos yendo juntos al altar...-empezó a decir con aire soñador
-Maiaa
-...tomados de la mano...
-Basta Maia.
-...Dándose besos de amor...
-¡Ya basta!- y le tire una almohada por la cara.
Las dos no paramos de reír hasta que mama nos llamo para cenar. Llevamos los platos en mi habitación y comimos en la mesa del escritorio cerca de la ventana que daba a una calle muy silenciosa, pusimos un DVD, que casi no vimos, porque nos pasamos el resto de la noche hablando.
-Que vamos a hacer mañana a la noche-dijo de repente Maia
-No sé, podemos ir al cine y después vamos a una pizzería
-¿Solas?
-Y no nos queda de otra, a menos que invites a Agustín- le dije levantando las cejas.
-Noo! ¿Qué decís?-aunque lo dijo con cara dudosa- entonces vos tenes que invitar a Tomas.
-Pero si apenas lo conozco- dije acercando en tenedor a la boca.
-Entonces no me digas que invite a Agustín.
-Bueno, entonces ¿vamos solas?
-Si- dijo encogiendo los hombros.
Volvimos a comer sin hablar por un rato.
-¿Y qué hicieron hoy con Tomas?-pregunto de repente Maia
-Nada, solo hicimos la tarea de ingles
-¿En serio hicieron solo eso?, que aburridos son
-No pudimos divertirnos mucho porque se corto con un vaso roto.
-¿Y no le paso nada?
-No-y negué con la cabeza
-Entonces si son aburridos
-No seas pesada- le dije riendo
La verdad pensé que si somos un poco aburridos, pero lo deje pasar solo porque apenas no conocíamos y no teníamos mucho de qué hablar, así que saque a Tomas de mi cabeza y lleve los platos sucios a la cocina, cuando volví pusimos otra película y la vimos sentadas en la cama.
Más tarde... o más temprano, bueno eran como las cuatro de la mañana cuando Maia empezó a hablar de su ultimo novio, hablo de el cómo una hora y no es que haya estado hablando bien, en realidad nunca me llevaba con él, y siempre se lo decía a ella, pero no me hacía caso, era muy celoso y dominante, la ponía nerviosa y distante a todas horas, tenía miedo de que algún día le haga algo a mi amiga, hasta que lo hizo, en realidad no paso nada grave, yo estaba con ellos cuando peleaban y el la agarro de los hombros y la tiro al suelo contra una silla, lo primero que hice fue llevarla a mi casa que estaba cerca, Maia no dijo ni una sola palabra, estuvo todo el camino pálida como la cal y yo tampoco dije nada, solo la llevaba del brazo, hasta que llegamos, me abrazo y se echo a llorar.
Yo no tuve muchos novios, solo dos, bueno... en realidad solo uno de ellos fue oficial, pero no hacía falta tener toda una vida de amores para darse cuenta de que él no era para Maia. No fue raro que me haya puesto feliz cuando terminaron, porque además de que no le paso nada, volví a tener a mi Maia de siempre... o mejor, volvió a ser la Maia de siempre, no quiero ser egoísta.
Últimamente Agustín estuvo muy bueno con ella, no hay muchos como él, lo conozco desde que vamos en 4to grado, es simpático y lindo, igual que Tomas, el también es así, es muy simpático. En ese momento Maia chasqueó los dedos, estaba como ida, ¿en que estaba pensando?-me reclame a mi misma-, así que me saque a Tomas de la cabeza e intente dormir.
Como cinco horas después me desperté casi saltando, no recordaba lo que soñé pero eso me sobresalto y no me dejo más remedio que levantarme haciendo todo lo posible por no despertar a Maia, algo que a veces es imposible, pero hoy estaba dormida como un tronco, así que no me esforcé en no hacer ruido. Me cepille los dientes y me lave la cara, mientras bajaba la escalera para ir a la cocina revisaba mi iphone-"nada"- susurre, como siempre, no recibí ni un solo mensaje, a menos que sea de la mi compañía celular, y obviamente eso no cuenta.
-Parece que alguien tiene cara de no haber dormido- dijo mi mama cuando entre a la cocina.
-Buen día- le dije con una sonrisa y los ojos entornados
-Buen día- me dio un beso en la frente- ¿un poco de café?
-Con leche mejor
-¿Y Maia?
-Todavía duerme- le dije entre medio de un bostezo y agachando mi cabeza dentro de mis brazos cruzados apoyando me sobre la mesada.
-Bien, despertala dentro de un rato- me sacude en pelo enmarañado- y preparen unos sándwiches si quieren
-Ok- vuelvo a bostezar y mama se va al trabajo.
Levante mi desayuno y fui a la sala para ver la tele, al tomar el café con leche se me paso un poco el sueño, pero no tanto, después de terminarlo deje el plato y la taza en la cocina y subí para volver a mi habitación.
-Holaaa- me dijo Luis saliendo de su habitación con una marca de almohada en la cara
-Buen día- le sacudí el cabello un poco y él se tambaleo un poco.
Abrí la puerta de mi habitación silenciosamente y veo que Maia aun no se había despertado, sonrió para mí misma y luego tomo carrera y voy directo a ella.
-¡¡Aaaaaaaaah!!-grito Maia seguramente despertándose del todo- Me estas aplastando Ángeles
-Bue...nos...días- o eso fue lo que trate de decir mientras me agarraba la panza de tanto reír
-Si, buenos días- me dijo sonriendo- linda forma de despertar a alguien
-Dicen que es la mejor-dije, recuperando mas el aliento-¿quieres desayunar?
-Si, pero primero voy al baño.
-Bueno, te espero abajo- dije, y luego baje de vuelta hasta la cocina.