2. el inicio y algo más

192 26 2
                                    

El día que lo conoció había sido un día muy lluvioso.

Donghyun esperaba en la parada de autobuses a que la lluvia cesara, cuando lo vio por primera vez. El chico llevaba su cabellera muy alborotada, tal vez por la lluvia. Donghyun había observado sus cabellos rubios pegados en su frente, que lucían casi castaños por el agua. Joochan había llegado corriendo para resguardarse de la lluvia también, lo cual le pareció bastante gracioso a Donghyun, pues, ¿qué sentido tenía? Ese chico ya estaba empapado.

—Que horrible día. Se supone que hoy iba a ser un día soleado —dijo para él mismo y luego soltó una risa bastante irónica.

—No lo creo —Donghyun dijo casi susurrando, pero el de cabellos rubios lo escuchó claramente a pesar de lo ruidosa que era la lluvia en ese momento—. Los días lluviosos tienen su encanto.

Se miraron a los ojos un corto instante y luego se sonrieron por otro corto instante.

Donghyun pudo quedarse callado o Joochan pudo haber ignorado ese comentario. Pudo haber pasado nada. Pero Joochan le respondió y Donghyun le sonrió otra vez. Y pasaron dos autobuses. Tres. Cuatro. Dos horas pasaron también. Y ellos seguían conversando sobre todo y nada a la vez. Fue gracias a esos instantes que todo comenzó.

Solo pequeños instantes bastaron para que comenzara a escribirse una historia de amor, de esas que te roban el aliento con solo ver la manera en sus mundos se movían simultáneamente cuando daban un paso. Y es que sucedía que ellos estaban destinados a amarse desde el momento en que aquel día lluvioso comenzó.

—Solía odiar la lluvia hasta que te conocí, ¿sabes? —eran las palabras que Joochan le decía después de cada día lluvioso.

—Yo solía ser un desastre hasta que te conocí, así que estamos a mano.

Nadie podría entender como esos dos empezaron a quererse. Simplemente pasó que un día se miraban diferente, se sentían diferente. Joochan pasó de mirar a ese pequeño con cariño a mirarlo con el más ardiente deseo de abrazarlo y no soltarle jamás. Muchas veces se encontró a si mismo sonrojado después de verle dormir o de escucharle reír. Y ni hablar de Donghyun. Él era un chico tan callado, tan reservado, pero junto a Joochan se despreocupaba y reía a carcajadas. Podía pasar horas hablando con él sin sentirse como si no importara. Simplemente Joochan se convirtió en su pequeña alegría, en su esperanza, en su mejor amigo y, sin pensarlo siquiera, en su primer amor.

Se correspondían tan bien el uno al otro. Igual que los rayos del sol cuando decoraban las nubes para que un fotógrafo captara la esencia del atardecer. Así veías a Donghyun cuando era Joochan la causa de sus risas. Así era Joochan cuando le cantaba canciones de cuna a Donghyun en sus noches de insomnio. Así eran. Total, y perdidamente enamorados, el uno del otro.

Así fue hasta el final.

recordarte » dongchanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora