3. despertar juntos

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—Joochanie... —susurra en un intento de despertar al chico que se encuentra junto a él sumido en un sueño muy profundo—. Joochan, despierta.

—Umh... ¿por qué estás despierto tan temprano, cariño? —su voz ronca y profunda hacen que el castaño se sonroje y oculte su rostro en el cuello del rubio, que aún conserva sus ojos cerrados— ¿Tienes hambre? ¿Deberíamos levantarnos a preparar el desayuno o prefieres primero el postre?

Donghyun no podía ver el rostro de su pareja, pero sabía que su rostro era decorado por una sonrisa de medio lado.

—¿Desde cuándo eres tan descarado? El Joochan que conocía solía recitarme poesías y cantarme canciones de cuna —Donghyun susurra junto al oído de su pareja haciéndole sentir cosquillas en el cuello—, ¿qué hiciste con mi Joochan, impostor?

Joochan estaba a punto de contraatacar si no hubiese sido porque esos labios suaves del castaño se estamparon contra los suyos tomándolo por sorpresa. Al principio fue solo un pequeño roce y poco a poco sus labios comenzaron a moverse con un ritmo lento que derramaba miel del alma de aquellos chicos. Dios, se amaban tanto.

Donghyun llevo sus pequeñas manos al cuello del menor para profundizar el beso y poco a poco sus lenguas tomaron protagonismo en aquel beso en el que la dulzura era remplazada por la pasión y el deseo. En un movimiento rápido Donghyun ya estaba sobre el pecho de Joochan besando sin intenciones de alejarse ni un segundo. Acuna su rostro y acaricia sus mejillas. Poco a poco baja sus manos hasta acariciar el torso del rubio. Joochan toma impulso y se sienta en la cama sosteniendo en su regazo a aquel chico que sonríe sin separar sus bocas. Joochan pasa sus manos a la espalda del castaño para sostenerlo y acercarlo más a él, de ser eso posible.

La habitación se llena de respiraciones entrecortadas y pequeños jadeos. Risas risueñas que llevan la melodía de la felicidad al aire cómo una sinfonía majestuosa. Los movimientos se hacen torpes, pero no dejan de ser dulces y apasionados. Y caen sus ropas poco a poco. Y se escuchan muchos "te amo" soltados en susurros y entre besos. Estaban compartiendo su vida, su alma y sus cuerpos en una promesa que expresaba el amor más real que podía existir.

O al menos para ellos era así.

—Te amo, Joochan, te amo tanto, tanto.

Pasaron de ser besos con ojos cerrados y mentes que se enfocaban solo en las sensaciones que provocaban sus roces, a ser miradas que admiraban la existencia fascinante del contrario. Sus ojos muy abiertos observando cada detalle, contando cada peca y cada lunar, cada cicatriz y cada majestuosa imperfección que solo parecían ser perfectas a sus ojos. Las manos de Joochan delineaban los labios de su novio y sus dedos bajan lentamente por su mandíbula. Empezando a repartir pequeños besos por donde pasaba su tacto. Donghyun se estremecía bajo su toque y se sonrojaba cada vez más. Sus ojos irradiaban felicidad y amor.

Sus vidas estaban en el clímax de la felicidad.

—¿Me dejarías ir a hacer el desayuno, amor?

—Solo un beso más, Joochanie.

Y aquel beso se convirtió en dos besos. Tres, cuatro, diez. Hasta que volvieron a perder la cuenta de cuantas veces sus labios se tocaron.

recordarte » dongchanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora