Aquí Estoy-Capítulo 26

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RUGGERO

No quería hablar con ella, esta situación tambien me estaba cansando a mi. Por culpa de Santiago vivíamos discutiendo en vez de preocuparnos por nuestra relación que realmente era lo mas importante.

Me duche, hacia demasiada calor y realmente estaba muy sudado. Salí del baño y me puse lo mas cómodo y menos caluroso que tenía.

En eso sono la puerta, creí que eran los chicos para insistirme en que vaya con ellos a la playa. Pero no, reconocí su voz de inmediato.

- Ruggero ábreme por favor - Decía Karol - No puedo creer que tu seas el ofendido, yo debería estar enojada por tus celos sin razón.

- Ya vete okey, nadie te dijo que vengas - Le dije detrás de la puerta - Si quieres enojarte hacelo, no tengo ningún interés en que me perdones, no soy yo el que esta mal.

- ¿A no? ¿Entonces soy yo? - Pregunto - No soy yo la que esta arruinando este viaje, vinimos a disfrutar y lo único que hacemos es pelear.

- ¿Entonces soy yo el que lo arruina? .

- Sinceramente si, no puede ser que tengas esta actitud de nene pequeño y no quieras bajar.

- Mejor vete, no tengo ganas de hablar.

- Hace lo que quieras, pero después no me vengas hacer reclamos estupidos - Sentí como se fue, pero no corri detrás de ella.

(...)

KAROL

Todos se encontraban dentro del mar, yo era la única que se encontraba sentada sobre la arena. No quería pensar en el, pero se me hacia imposible.

- ¿Están enojados? - Pregunto Vale

- Si, el no me quiere ni ver - Respondí - Te juro que estoy que voy y le digo que....

- Que ya no querés seguir con el - Negué. - ¿De verdad quieres eso?

- Nose, te juro que lo amo demasiado. Pero no puede ser que sea tan celoso.

- Mira Karol, no es por defenderlo pero el tiene motivos - Todos me lo decían, quizás yo era la que no me daba cuenta - Imagínate que fuera al revés, que una mujer este todo el dia coqueteándole descaradamente a Ruggero en tu cara ¿Como te sentirías tu? ¿Que harías?

- La mato - Vale carcajeó - ¿De que te reis?

- Ves lo que digo, ponte en su lugar también. Tu ni siquiera le has dicho que Santi te robo un beso ¿O si? - Negué - ¿Entonces? Tu tampoco eres perfecta.

- Odio que tengas tanta razón - Sonrió - ¿Sabes que eres una genio? - Asintió - Bueno tampoco te la creas mucho.

(...)

Volvimos ya de noche al hotel, yo subi a mi habitación y me bañe para después bajar a comer. Igual no probé bocado, tenía que ir hablar con Ruggero.

Subí a su habitación y toque varías veces, a diferencia de la vez anterior esta vez ni siquiera me respondió.

Estuve mas de 15 minutos tocando y nada, coloque mi espalda en la puerta y baje hasta quedar sentada en el suelo.

- RUGGERO ABRIME CARAJO - Grite - Necesitó que hablemos.

- Ya vete, nose que haces aquí - Por fin me había respondido.

- No me voy a ir hasta que me habrás la puerta del dormitorio.

- Te tendrás que quedar toda la noche porque no pienso abrirte.

- Si eso quieres, no me voy a rendir tan fácil Ruggero Pascuarelli

- Hace lo que quieras - De ese momento no escuche mas su voz.

Otra vez estuve varios minutos sentada en la puerta, estaba tan aburrida que me puse a cantar, pero unos viejos amargados me hicieron callar.

- ¿Sigues ahí? - No respondí, quizás de esa forma me abría - ¿Karol? ¿Hey, sigues o te haces?

En ese momento abrió, mi espalda quedo tendida en el suelo y su rostro me miraba muy tentado.

- Por lo menos te saque una sonrisa - En ese momento se puso serio - ¿No piensas ayudarme?

Me tomo del mano y me ayudo a pararme, me acerqué y junte mi cuerpo junto con el suyo, pero el se alejo para cerrar la puerta.

- No pensas que en vez de discutir por tonterías podrías estar haciendo algo mas divertido. - Dije sin despegar mi vista de su boca.

- ¿Como jugar a los dados? - Ruggero era un abuelo. - O algo mejor, al ajedrez.

- No me refería a eso, pero prefiero eso a estar peleada contigo.

- Solo estaba bromeando, ya no quiero discutir contigo - Me tomo de la cintura, subió su mano a mi rostro y saco un mechón de mi cara - Perdóname, soy un completo idiota inseguro. No te quiero perder mi amor, te amo demasiado.

- No me vas a perder, te juro que no tengo ojos para nadie mas que no seas tu - Choque mi frente con la de el y tome de sus mejillas - Te amo mucho mi Rugg y de eso estoy completamente segura.

Me miro con una sonrisa, sus ojos marrones eran tan penetrantes y tan hermosos. Se acercó despacio y pego sus labios en mi boca, me beso suave, tierno, como si yo fuera algo delicado que no quería romper.

- Quiero estar contigo - Me susurro.

Algo electrizante recorrió todo mi cuerpo, de la punta de mis pies hasta mi cabeza. Volvió a mirarme a los ojos y luego miro mis labios, varias veces hizo lo mismo.

- Quiero sentir que eres mía y de nadie mas.

Estaba segura de lo que quería, quería sentir que solo estábamos el y yo y que nadie podía interponerse en nuestra felicidad, que el mundo se podía detener cada vez que el me besaba y me tocaba, que todo era maravilloso estando entre sus brazos.

- Yo ya soy tuya, de la forma que sea. Siempre fui tuya.

Ruggero no tardo en volver a besar mis labios, esta vez el beso fue con mucha pasión, desenfrenado y atrevido.

Subió sus manos hasta mi espalda, lentamente sentí como el cierre de mi vestido bajaba. Me miro a los ojos como si buscara algún tipo de aprobación, desabroché los primeros botones de su camisa, esa era una magnífica respuesta a su pregunta.

En movimiento rápido saco mi vestido por completo dejándome solo con mi ropa interior. Su mirada recorrió todo mi cuerpo hasta llegar hasta mis ojos.

- Eres perfecta. Eres lo mas hermoso que mis ojos han visto.

Sin despegar nuestros cuerpos, me acercó hasta la cama, cayo sobre mi sin dejar de besarme. Su boca bajo hasta mi cuello, mis manos se encargaron de sacarle su camisa. Su torso estaba bien trabajado, mis dedos recorrieron su abromen haciendo que el sonriera.

Sin duda fue la noche mas increíble que podía haber pasado en mi vida, sentir como todo el estaba dentro de mi, haciéndome completamente de el y solo de el superaba todos los límites de mi cuerpo. Sin duda lo amaba, lo amaba como a nadie en este mundo. Nada me hacia falta en ese momento, estaba con el, no necesitaba nada más.

- Te amo mi amor - Su voz estaba agitada - Y te juro por lo que mas quiero que este amor no se va acabar jamás.

Él seguía sobre mí, mis piernas rodeaban su caderas mientras que nuestros cuerpos se movían al mismo tiempo, al mismo ritmo. Como una canción perfecta.

- Yo tambien te amo - Solte en un leve grito ahogado sobre sus labios - No necesito nada mas que tu, nada más.

Sonrió y volvió a besarme.

No quería que se acabe esa noche...era feliz, realmente.

Aquí estoy []Ruggarol[]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora