RUGGERO
Ya cada vez faltaba menos para que todos nos nos vayamos de vacaciones, Mike, Vale, Lali, Peter y obvio que Karol y yo, ya habíamos confirmado. Aunque convencer a Vale que vaya fue bastante difícil.
El calor en Londres cada vez era más pesado, insoportable diría yo. Me encontraba en mi departamento desayunando hasta que escuche mi timbre sonar. Me pare y me encontré con sus lindos ojos verdes.
- Hola mi Rugg - Entro Karol, se acercó y me beso - Que lindo estas hoy - Sonreí.
Ella igual se veía hermosa. Tenia puesta una remera bastante transparente que ademas de mostrar bastante piel también hacia juego con su pantalón corto.
- No te esperaba tan temprano, recién son las 12:34 - Dije mirando mi reloj.
- ¿Y? - Levanto los hombros - Yo tenía ganas de verte. Aparte a la tarde no puedo porque mi mamá quiere que salgamos a comer con Santiago. - Rebolee los ojos. Otra vez Santiago.
- Como que tu mamá insiste mucho para que estes cerca de Santiago ¿No te parece? - Karol negó. - Ay Karol, es mas que obvio.
- ¿Estas celoso? - Negué de inmediato. De verdad no tenia para nada celos, creo.
- Obvio que no, solo que últimamente pasas mas tiempo con el que conmigo. - Saque mi mano de su cintura.
- Confirmado, Ruggero esta celoso. Te conozco demasiado bien - Negué firme otra vez. - No sabes mentir.
- No estoy mintiendo, aparte siento que ese chico tiene otras intenciones contigo.
- Sabes, si vas a seguir asi mejor me voy. No quiero discutir - Dijo tomando su pequeño bolso.
Camino hacia la puerta, la abrió pero luego se detuvo. Voltio y me miro.
- ¿Que pasa? - Pregunté - Acaso no te ibas.
- No, se supone que este es el momento en el que tu me dices que no me vaya.
- Claro que no, tu tratas de esquivar la verdad. - Yo seguía cruzado de brazos. Karol cerro la puerta.
Dejo su bolso nuevamente sobre la mesa, me miro y se acercó rápidamente. Choco sus labios con los míos, maldición, era imposible no corresponderle. Mis manos bajaron hasta su cintura, pero antes las deslice sobre su perfecta espalda.
- A Santiago no le doy besos así. No seas tonto, yo te quiero a ti, yo te amo solo a ti. - Sonreí como nene pequeño.
La mire y luego la volví a besar, no podía dejar de hacerlo y ella tampoco me detenía. Sin despegar nuestros cuerpos caminamos hasta el borde del sillón, se sentía tan bien sentirla de esa manera.
Lentamente caímos sobre el sillón sin que nuestros labios se separarán, mis manos tenían sujetas sus piernas contra mí, ella solo se disponía acariciar mi cabello. Deslice mis labios por toda su mejilla para luego descender a su cuello, esta vez su mano se encontraba colocada en mi nuca.
Subí mis manos a su espalda acariciándola por debajo de la ropa, su piel era tan suave y perfecta, ella era perfecta.
- No, para. - Dice colocando su mano en mi pecho.
La mire confundido intentando decifrar que le pasaba.
- ¿Pasa algo? - La vuelvo a mirar a los ojos. - ¿Crees que es muy pronto?
- No, no es eso. Yo me muero de ganas por estar contigo...- Me acercó y la vuelvo a besar. - Pero tu eres especial para mi y por eso quiero que sea diferente.
- ¿Diferente? ¿Quieres decir planificado? - Asiente un poco dudosa. - Escúchame - La sujeto de su mentón - Va a ser cuando tu quieras, pero el amor no se planifica, el amor transforma, si tu amas a una persona no importa en donde sea ni como sea, el dia que tu y yo hagamos el amor, va a ser muy especial sea en mi casa o en el lugar mas hermoso del planeta tierra, porque uno es el que hace especiales los momentos - Ella sonríe - Jamas te apuraría para que hagas algo de lo que no quieres, te amo. - Me acercó y la vuelvo a besar.
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Aquí estoy []Ruggarol[]
Fiksi Penggemar¿Por qué no me miras? ¿Acaso soy invisible para ti? Eso se repite una y otra vez en la cabeza de Ruggero Pasquarelli