Con Vale íbamos a ir a comprar el vestido para ir a la fiesta de Roxana, Ruggero me había pedido que por favor pasemos a buscar a Aien, tanta preocupación me estaba preocupando e incluso digamos que hasta me molestaba.
Toque la bocina una vez que habíamos llegado a la dirección que me había dado, nadie bajaba Asique decidí poner algo de música.
- ¿Como es que se llama la chica está? - Pregunto Vale. Ella iba en el asiento de al lado - ¿Te cae bien? ¿Es linda?
- Basta Vale, cuando la veas saca todas tus conclusiones - Dije molesta - Últimamente Ruggero me habla demasiado de ella y eso ya me está molestando, te juro que sólo la vine a buscar porque el me lo pidió.
- ¿Estas celosa de ella? - Me pregunto - Vos sos una bomba, de seguro que está chica no es tan linda como vos. Aparte Ruggero te ama y te perdono el no haberle dicho lo del beso con Santi, que más prueba de que te ama necesitas - Hizo una pausa - Aparte vos nunca fuiste celosa.
- Ya pero es que Ruggero me había demasiado de ella, desde el primer día en que la vio quedo como embobado - Asintió - y me vas a decir que soy una estúpida celosa, pero te juro que aveces en la Universidad cuando la ve se olvida que estoy con el.
- Vos estas mal y sos una loca desquiciada por los celos - Se río de su mal chiste - Aparte con semejante bombón no creo que Ruggero mire a otra.
- Mira allá viene - Vale volteo a verla.
- A bueno, Karol creo que tenes una dura competencia - De inmediato le pegue en su brazo - No la conocía pero no hay que negar que la chica tiene lo suyo. Ósea es rubia, pero sólo su pelo llama la atención - Vale la quedo mirando - Bueno también tiene buen cuerpo y tiene una cara linda - Decía mientras Aien se acercaba - Me parece que voy a pensarlo bien si ir a esa fiesta con Michael, no quiero que se me distraiga.
- Ya CALLATE que ahí viene - Le dije.
Aien golpeó el vídrio, presione el botón y la puerta se abrió.
- Hola Chicas, perdón por la tardanza pero es que me estaba arreglando - Vale se volteo para verla.
- No te preocupes - Aien sonrió - Perdón, soy Vale.
- Buen nombre - Le dijo - ¿Donde vamos a ir a comprar la ropa? Porque yo estuve navegando por Internet y vi unos diseños muy lindos en un comercio fuera de la ciudad.
- ¿Tan lejos querés ir? - Pregunto Vale - Primero vamos a ver algunos que están en el centro y después si no te gustan vamos al que vos querés ir.
- Me parece buena idea - Asintió Aien - Aparte el día está hermoso para recorrer la ciudad.
Recorrimos casi todas las tiendas de Londres, pero Aien no le gustaba nada de lo que veía. Vale y yo ya habíamos elegido el vestido que llevaríamos pasado mañana.
Tomamos la carretera y nos fuimos fuera de la ciudad al lugar que ella quería ir a comprar su vestido.
- Yo creo que este está bien ¿O no? - Nos pregunto.
Vale estaba sentada en un costado, su cara de traste no se la sacaba nadie. Yo sólo le sonreía a Aien aunque tenía ganas de matarla, habíamos caminado un montón y ella seguía eligiendo.
- Ya compra ese, te queda re bien - Le dijo Vale para apurarla - Aparte la tienda está por cerrar y ya se está haciendo tarde para volver por la carretera.
- Esta bien, me lo pruebo una vez más y nos vamos.
- Yo creo que no va a ser necesario, te queda super - Le dije.
En eso sonó mi celular, revolvi toda mi cartera hasta que por fin lo encontré, era Ruggero.
- Hola amor ¿Que pasa? - Pregunté.
- ¿Estas bien? Estoy preocupado, te llame varias veces y tu no atendias - Se lo notaba super preocupado, pero con todo el temita de Aien se me había olvidado de avisarle que llegaría un poco tarde.
- Si estamos bien, sólo que tuvimos que irnos un poco lejos a comprar el vestido de Aien - Vale me hacia seña para que corte, se le notaba super cansada - Ya vamos para ya.
- ¿Vienen por la carretera? Porque si es así yo las voy a buscar.
- No, vine en auto Asique no te preocupes.
- Bueno, pero maneja despacio.
- Si amor, ya te dejo porque me tengo que ir.
- Okey, nos vemos en un rato, te amo.
- Yo más - Aleje el celular y lo apague.
- ¿Era Ruggero? - Pregunto Aien.
- Si era el, se preocupó porque no llegue a la hora acordada.
- Ay Ruggero es un amor - Dijo con cara enternecida.
- Si, es MI amor - Le sonreí - Ahora ya vamos.
Después de una hora de viaje por la carretera por fin llegamos, pasamos por su casa y la dejamos en la puerta.
- Que chica más complicada - Dijo Vale - Por dios no puede ser más indecisa, te juro que en cualquier momento le iba a pegar.
- Yo tampoco la soportaba, hacerme ir hasta allá para comprarse un vestido igual al que vio en el centro.
- Bueno por favor arranca el auto porque no doy más, encima a la noche tengo que acompañar a mis papás a una cena de negocios - Se veía agotada - Quiero tomar una siesta para estar repuesta.
- Tranquila amiga, no te pongas así - Quise animarla - De última diles que te sientes mal y que no puedes ir.
- Buena idea - Asintió con una sonrisa - Ya vamos - Asenti y arranque el auto.
Pase a dejar a Vale a su casa, después tome la calle más cercana para llegar a la mía.
- ¿En donde estabas? - Pregunto Santi - Saliste desde hace mucho.
- Tuve que ir a algún lado - Asintió - No sabes lo agotada que estoy - Camine hacia el sillón y me tendi en el mismo - ¿Mi mamá? No me atendió cuando la llame.
- Tenía que salir, se fue junto con tu papá - Asenti - Dijo que volverán hasta la madrugada, igual Lolita ya está preparando la cena.
- No voy a comer aquí, voy a salir con Ruggero - Asintió.
- Me vas a dejar comiendo sólo - Puso cara de niño bueno - De verdad me aburrire sólo aquí, en cambio si tu te quedas podemos ver películas y comer helado.
- Lo siento, pero quedé en verme con Ruggero - Asintió nuevamente - No puedo quedar contigo, pero si quieres a la vuelta podes ver una peli - Una sonrisa se apoderó de su cara - No volveré tarde, porque mañana hay Universidad.
- Esta bien, te voy a esperar - Se acerco y me dio un abrazo - Me da gusto que ahora seamos amigos, como cuando éramos chicos.
- A mi también me alegra mucho - Sonreí y volví abrazarlo - Ahora me tengo que bañar porque ya se me hizo muy tarde.
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Aquí estoy []Ruggarol[]
Fanfic¿Por qué no me miras? ¿Acaso soy invisible para ti? Eso se repite una y otra vez en la cabeza de Ruggero Pasquarelli