Las preguntas para mi eran fáciles, así que comencé con la primera hoja, rápido la termine, la segunda hoja igual. Sofia paso por el umbral de la puerta en su brazo derecho cargaba un par de libros y con la mano derecha tomaba un ¿cigarrillo? Llevo este a su boca y succiono de este
-Ten- dijo entregándome los libros para después exhalar el humo. Yo solo la miraba incrédula.
-Vives con una pequeña- me puse de pie y camine hacia ella -¿Y fumas dentro de la casa?-
-No es algo que te incumba- volvió a llevar a su boca el adictivo cigarrillo, para después lanzarme el humo en la cara.
-Sofia...- dije seriamente -Si tú eres una amargada y quieres acortar tu vida con eso...- le arrebate el cigarro de las manos -no te lleves entre las patas a tu hermana- apague el cigarrillo en la suela de mis zapato.
-Devuélvemelo- ordeno molesta.
-Claro- con un simple tirón lo partí a la mitad y lo puse en la palma de su mano. Cerré con enojo su mano, y volteo a verme asesinamente.
-¿Por qué no desapareces de mi vida?- dio un paso hacia mí para pronunciar con furia
-¿Segura que...- di un paso hacia ella reduciendo nuestra distancia a Cero. -...Quieres que desaparezca?- nuestras respiraciones se mezclaban debido a nuestra cercanía. Y nuestras miradas estaban tensamente conectadas. Nuevamente yo tuve la iniciativa, y al contrario de la última vez, Sofia no tardó en responder mi beso. Pase mis manos por su cintura dejándolas en su espalda para así atraerla aún más a mí. Su lengua sin pudor alguno entro en mi cavidad, la recorría libremente y sin duda me encantaba. Me besaba de una forma tan intensa, que simplemente me atontaba. Sus manos masajeaban mi cintura cuando una pequeña risa hizo que nos separáramos bruscamente.
-¡Si son novias!- dijo Paulina sonriente tapando su boca con sus pequeñas manos como tratando de retener su risa.
Volteé apenada a ver a Sofia quien estaba roja, no sé si por la pena o por el coraje. Siendo sincera me asustaba un poco.
-No preciosa...- hable evitando la fulminante mirada de Sofia. Me acerque a ella y me puse en cuclillas para estar a su altura.
-A que si- dijo sonriente
-Las novias hacen eso- se rió tímida, no puede evitarlo y reí con ella.
-No sirves para nada- susurro y tomo a la pequeña alzándola en sus brazos, Para después caminar hacia las escaleras.
Tal vez esto no iba a funcionar, lo único que estaba logrando era hacerla detestarme más. Pero tampoco podía perder la apuesta. Había un difícil debate en mi interior. Hasta que finalmente llegue a una conclusión.
Seguiría intentando conquistar a Sofia, pero no en su casa. No quiero causarle problemas con su familia. Me di la media vuelta y tome mi bolso junto con la mitad de las hojas de la guía.
-¿Tan pronto te vas?- la escuche detrás de mí justo cuando estaba por salir de la casa
-Creo que es mejor que terminemos el trabajo por separado- le conteste, me tocaba hacerme la víctima.
-¿Qué?, ¿Te cansaste de fastidiarme?-
-¿Yo?, ¿Cansarme de fastidiarte?- pregunte irónica -Mira quién habla, la que se la pasa ofendiéndome y diciéndome 'Hueca'-
-Solo digo la verdad- dijo engreída.
-¿Es lo que realmente piensas?- comencé a acercarme nuevamente, sus nervios se notaban a kilómetros debido a mi cercanía, mi nariz rozaba la suya y su respiración cada vez se aceleraba, capture delicadamente su labio inferior, pero no la bese. Solo delineé a este con la punta de la lengua -...porque mira cómo te pone esta 'hueca'-