10. Una fiesta de inauguración

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TEMP01 CAP10 EP10

Se quedó William pensativo unos cuantos minutos. La voz insistía en que aceptara. La indecisión de William crecía cada vez más y más hasta que por fin tomó la palabra.

-Verá señor, me temo que no van a poder contar conmigo. -dijo al fin.

-¿Está seguro? Mira que le ofrecemos una gran cantidad de dinero. -dijo la voz a regañadientes.

-Eh...sí. Totalmente seguro. -dijo William muy confiado.

-Mire...si quiere no nos responda ahora. Lo piensa mejor y nos da una respuesta mañana. ¿Qué le parece? -dijo haciendo una pausa.

-Como quieran. -dijo William antes de colgar la llamada.

Tiró el teléfono a la cama y se llevó las manos a la cabeza.

-¡Cumplir todos mis sueños! -gritó repitiendo lo que le había dicho antes de tirarse en su cama de cansancio.

Mientras tanto, yo me encontraba en mi escritorio terminando de revisar todo, tenía un gran miedo de que faltara algo.

-Globos, mesas, masas de pizza, ingredientes, música...-repetía en voz alta.

Di finalmente un suspiro al comprobar que no faltaba nada. Posteriormente, me fui a dormir, ya que mañana sería un día muy duro pero al mismo tiempo el día que tanto habíamos esperado William y yo. Y tras pensar esto un rato, me quedé profundamente dormido.

Me despertó una sensación extraña. Abrí los ojos y comprobé que no estaba en mi cama. Estaba en ¿Lowby's Family Ice-Cream? Sí, ahí estaba yo. Sentado en una mesa, con una enorme copa de helado enfrente. El local estaba totalmente lleno y era muy colorido. Nada parecido a lo que vimos William y yo hace meses. Fue entonces cuando toda la gente dirigió su mirada hacia una de las gigantes máquinas de helado. Estaba echando humo. Los trabajadores se acercaron a apagarla pero nada ni nadie podía detener lo inevitable. La máquina explotó y voló todo y a todos por los aires, incluido yo. Cuando volví a abrir los ojos, todo estaba en llamas, el humo era totalmente irrespirable y sentía cómo me desmayaba poco a poco.

Me desperté de ese sueño sobresaltado. Había sido horrible. No me puedo imaginar lo mal que lo pasaron las víctimas pero bueno, al fin y al cabo, todo había sido un sueño. Miré el reloj, las siete y veinte de la mañana. La inauguración estaba prevista para las doce de la mañana. ¿Qué podía hacer en esas cinco horas que quedaban?

Me dirigí hacia la habitación de Charlotte. Había crecido muchísimo estos meses. Le di un beso en la frente y bajé a desayunar. Las horas pasaban. Las ocho, las nueve. Fui al baño a asearme y a darme una ducha templada. El tiempo pasaba más rápido cada vez. Las diez, las once. Fui más tarde a vestirme. Decidí ponerme el traje del bautizo de Charlotte, siempre me gustó ese traje, me arreglé la corbata y bajé al recibidor donde mi esposa y mi hija estaban ya esperándome.

Tardamos poco más de media hora en llegar y cuando llegamos a la puerta de la localización principal, estaba William y su familia esperándonos. Bajamos del coche y los saludé uno a uno. William colocó una gran alfombra roja y una cinta para cortarla. Quedaban diez minutos para las doce y empezó a llegar más y más gente cada vez. Todo era muy emocionante. Miré a William, el cual me sonrió sin yo pedírselo. A falta de dos minutos, tomé un micrófono y empecé a hablar.

Five Nights at Freddy's, The Untold StoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora