Murdoc volvió a su departamento algo confuso. Qué había pasado allí, él no era gay. Solo quería a Stuart, quería ayudarlo.
Se sentó en su sofá bordo, y miró a su alrededor. El panorama apagado daba una sensación de cansancio y aburrimiento a comparación de la casa de Stuart, tenía colores llamativos y divertidos.Vió el frasco que ya tenía alrededor de 1000 libras esterlinas. Dos meses quitándose casi la mitad de su sueldo.
Suspiró. Tenía que juntar al menos diez mil más.───────•••───────
La tarde era cálida. Stuart no había llegado aún.
Murdoc suspiró, ya era la hora de irse, estaba algo triste porque Stuart aún no fue a visitarlo.
A la salida, vió al bello peliazul sonreírle en la cera de enfrente.
Llevaba unas margaritas blancas en la cabellera de un azul vibrante.
Murdoc no puedo evitar sonreír. Cruzó la calle para encontrarse con Stuart y una vez con él, lo abrazaría.—Hola Stuart —sonrió Murdoc. Stuart rió un poco.
Miró a Murdoc con ternura.—Hoy tampoco vine. Comencé a trabajar, estoy ahorrando para la florería, tengo que juntar unas ocho mil libras más —suspiró.
—Yo he juntado últimamente. Entre los dos tenemos cuatro mil libras esterlinas —sonrió Murdoc.
—¡Oh Buda! —exclamó muy contento y abrazó a Murdoc —, ¡solo nos quedan unas siete mil libras esterlinas! ¡que es…! No es poco pero tampoco mucho… Ugh.
—Debería dejar de gastar en luz y en agua, alguno de los dos. Porque sino se nos hará muy difícil —propuso Murdoc.
—O uno debería ahorrar todo su sueldo y vivir del otro… —quedó en silencio el peliazul.
Murdoc le siguió el silencio. Sabía lo que se vendría y eso no le gustaba mucho. Era algo que nunca haría por alguien, pero se lo había prometido a Stuart y quería cumplir. Sin más, esperó la respuesta del peliazul.—Eso me parece bien. ¿A tú casa?.
—Está bien… —luego suspiró el azabache. Miró al peliazul y éste sonrió de oreja a oreja, se acercó a Murdoc y le tomó de la mano. «Stuart tiene la mano sudada» pensó Murdoc queriendo sacárselo.
—¿Vamos? —preguntó Harold. Murdoc asintió y ambos comenzaron a caminar hacía el departamento del mayor.
───────•••───────
Stuart estuvo un buen rato con el teléfono, llamó a su familia y les avisó que estaría en casa ajena, hasta que les pasó la dirección y número de piso.
Murdoc lo miraba desde el sofá. Estaba un poco nervioso, nunca había traído a vivir así a alguien. Van a convivir por los siguiente medio año.
Sonaba mucho, claro, cada tanto Stuart iría a su casa a ver sus plantas y recogerá más cosas, por hoy no.—Bien, mí madre y padre están informados —le sonrió Stuart a Murdoc quién asintió. —Eh, ¡Oh! Lo siento, no he traído ropa… ¿Podemos ir a mí casa y volver?.
—Descuida, Stu. Te presto una playera y si quieres bermudas.
—Oh, gracias Murdoc —el azabache murmuró un "de nada". Ambos se encaminaron a la habitación del propietario del departamento. Lo primero que se encontraron una cama con sábanas rojas, probablemente ceda egipcia.
Murdoc abrío el armario y le alcanzó la bella remera con el logo de "Blur".—A mí me queda bastante grande —habló el mayor —, a decir verdad me llega hasta las rodillas, espero que a tí te queda mejor —sonrió Mursoc.
Stuart asintió y se la colocó, Murdoc se limitó a darse vuelta para no verlo. Oyó una risita de parte del peliazul.
—¿Qué sucede? Somos hombres, no soy una chica. No tengo pechos. Puedes ver —rió aún más el peliazul. Murdoc se dió cuenta de lo que estaba haciendo. Entonces buscó la mejor escusa para salir.
—Voy a ver qué puedo cocinar —avisó y su ajeno asintió, no sin antes darle un abrazo por la espalda.
Stuart era muy extraño, pero aún así Murdoc lo quería tanto como si fuera su hermano.Margarita blanca: se utiliza para seducir a la persona amada.
~•~•~•~•~
perdón por no actualizar :c, es un capítulo feo. lo sé.
ESTÁS LEYENDO
the flower boy;; 2doc
Fiksi PenggemarStuart usa las flores cómo lenguaje y Murdoc es un menso que no entiende para la buena suerte de la dignidad de Stuart.