Jimin y Jungkook

2.4K 293 23
                                    

Jungkook cumplía 21 años, pero para su familia aún seguía siendo un bebé.

El día de su cumpleaños fue secuestrado por Jimin para pasar un día ellos dos solos y disfrutarlo.

Obviamente HoSeok se había negado pero enseguida TaeHyung había interferido diciendo que era su día y podía ir donde él quisiera.

Él iría hasta el fin del mundo si Jimin se lo pidiera, pero ahí estaban los dos en la azotea de la casa de Jimin, en una cena romántica que le había sido preparada.

-Jungkook, realmente supe desde el primer momento en que te vi, que serías solamente para mí. -Con un poco de rubor en sus mejillas, Jimin juntó sus frentes mirándole a los ojos colocando sus mano sobre las mejillas de su apuesto novio.

-Recuerdo cuando dijiste que te casarías conmigo y yo simplemente grité que eras feo. -Jungkook rió bajo poniendo sus manos sobre la pequeña cintura del ma bajo.

-Recuerdas cuando sólo teníamos diecisiete cuando tus padres nos atraparon apunto de tener sexo. -Comentó Jimin riendo haciendo que sus ojos fueran dos pequeñas líneas largas.

-O cuando te dije que tendríamos sexo cuando fuésemos más grandes. -Jungkook frotó sus narices en un gesto íntimo y tierno.

-Ese día me hiciste firmar una hoja, según tú para no olvidar esa promesa. -Con lentitud se sentó sobre el regazo de su novio para poder estar más cerca y apreciar mejor sus rasgos bajo la luz de la luna.

-No sabía qué era eso, hasta que mis padres me lo explicaron después. -Jungkook acortó aquella poca distancia que les quedaba solamente rozando sus labios.- Aún después de todas las peleas y vergüenzas, te agradezco por seguir aquí conmigo, te amo.

Y entonces pasó, ambos se besaron expresando con acciones lo que no podían decirse con palabras, manos traviesas moviéndose de un lado a otro, tocando y conociendo más sus cuerpos, porque a pesar de todas aquellas veces que habían intentado ir más lejos, nunca podían hacerlo por miedo o simplemente les interrumpían, pero ahora eso pasaba a segundo plano cuando se tenían mutuamente, sin nadie que les molestara.

De un momento a otro la ropa comenzó a estorbar, Jimin abajo siendo cubierto por el cuerpo de Jungkook era lo mejor que en ese momento podían pedir.

-¿Estás seguro de esto? -Jungkook se detuvo a preguntar, quería estar seguro que los deseaba que todo esto pasara.

-Si es contigo, por supuesto que lo estoy. -Con solo esas ocho palabras que fueron pronunciadas de sus labios, ambos sabían que no hacía falta nada más.

Jungkook sonrió al saber que su novio estaba confiando en él y no podía fallarle, se tomó todo el tiempo necesario para tocar cada parte de su cuerpo, queriendo marcar todo a su paso, pero se conformó con dejarle una pequeña marca sobre su clavícula.

Sus manos se colocaron nuevamente sobre su cintura llevando sus labios desde su cuello hasta su abdomen.

Jimin se mantenía soltando pequeños suspiros por todos los toques y besos que su cuerpo recibía, ver la manera en la que era besado y adorado cada parte de su cuerpo como si fuese el mayor tesoro en el mundo, le hacía sentirse el ser más precioso en la faz de la tierra.

Jungkook sin saber muy bien qué hacer, colocó dos de sus dedos más largos frente a los carnosos labios de Jimin, según lo que había visto y leído, preparar a tu pareja antes de tener relaciones sexuales facilitaba las cosas en gran tamaño, en ese momento no sentía vergüenza de estar desnudo ni de ver desnudo a Jimin, más bien le parecía la cosa más excitante del mundo.

Jimin abrió su boca llevando los dedos dentro de ella para lamerlos jugueteando y Jungkook se prometió que debería hacer eso más seguido porque su novio se veía tan jodidamente sensual.

Cuando sus dedos estuvieron lo suficientemente húmedos los sacó de su boca llevándolos directamente hacia la pequeña entrada del contrario, haciendo pasó a entrar primero con un dedo para no causarle daño, aunque recibió un pequeño quejido de incomodidad prosiguió haciendo su trabajo, luego de unos cortos segundos decidió que meter ya un segundo dedo no estaría tan mal.

Con cuidado deslizó su dedo corazón en el cálido interior que estaba explorando, sin perderse de vista cada pequeño gesto hecho por aquella bella persona que tenía debajo completamente a su merced.

Era la primera vez de ambos, por fin sus cuerpos se unirían como tanto habían querido hacerlo, aún si no era como en aquellas películas románticas, se conformaban con hacerlo todo a su ritmo y paso, queriendo aprender de sus errores, experimentando todo juntos.

Jimin se vio desesperado cuando aquellos dos dedos quizá ya no le eran suficientes y su cuerpo se movía buscando más, necesitando que fuese otra cosa lo que estuviera dentro de él, aquella simple idea le hizo avergonzarse por sus pensamientos sucios, pero no podía evitarlo si Jungkook era quien estaba preparándolo.

-Jungkook, hazlo ya, por favor. -Pidió tratando de no sonar tan desesperado, hablando con calma pues sabía que tenían toda la noche para ellos dos.

Sin hacerse esperar más, Jungkook retiró sus dedos mirando a su alrededor; >"Lubricante"< pensó, no era algo que imaginaba que pasaría, pero se sentía tonto por no saber qué hacer ahora.

Como si le hubiese leído la mente, Jimin le tendió un pequeño frasco de lubricante encogiéndose de hombros.

-TaeHyung me lo dio.

Jungkook rió un poco, agradecía que su papá siempre se preocupara por todo.

Destapó aquel frasco poniendo poco sobre su pene y acariciándolo para que se regara completamente. Dejó el frasco a un lado y tomando su masculinidad entre sus manos, se fue introduciendo poco a poco en el interior de su novio, temiendo por dañarlo.

-Tranquilo Jungkook, nunca me harías daño, confío en ti. -Jimin lo atrajo hacia él para poder besarlo y calmarlo, también estaba nervioso pero necesitaba ser un poco fuerte para que Jungkook no entrara en pánico y no supiera qué hacer.

Cuando estuvo dentro completamente esperó a que se acostumbrara a aquella invasión, no se movería hasta que su novio le dijera.

-Puedes moverte ahora Jungkook.

Esas palabras le hicieron reaccionar y con un poco de miedo empezó a mover sus caderas de atrás hacia delante a un ritmo lento, disfrutando de aquella nueva sensación que ambos estaban sufriendo.

De un momento a otro el ritmo de las embestidas pasó de uno lento a uno más rápido, el golpe de sus cuerpos combinado con los gemidos y jadeos que salían de sus labios, sus manos encajando a la perfección y sus labios danzando a un mismo compás fueron suficiente para hacer de aquel cumpleaños una noche espectacular.

Ambos se entregaron con pasión y amor, comprendiendo ahora con más sentido el porqué aquellas personas que se aman tanto disfrutan de hacer el amor, porque para ellos no solo fue entregarse en cuerpo, fue decirse cuanto se amaban sin la necesidad de hablar o decir algo más.









Ya sé que esto debí haberlo publicado en su mero cumpleaños, but no pude y así soy, así moriré. Es la primera vez que hago esto y fue raro escribirlo, no es lo que esperaba así que espero sus críticas. Gracias. 💕

El Pequeño Kookie?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora