Capítulo 9

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—¡Yo la amo! ¡LA AMO! ¡Yo la amo de verdad! ¡Tú no conoces el verdadero amor, estás mal de la cabeza!

M le fulminó intensamente con la mirada pero Nick no mostró ningún signo de arrepentirse de aquellas palabras ya dichas.

—No, ¡Tú no la quieres de verdad!— dijo mientras fruncía el ceño y su rostro se oscurecía. —¡Tú sólo deseas su cuerpo! ¡Tú sólo tienes ideas impuras de ella! ¡Sólo quieres arruinarla! ¡Ensuciarla!— M paró de hablar y con el ceño aún fruncido, esbozó una enorme sonrisa de oreja a oreja. — Jamás dejaré que pase, no dejaré que le hagas los que le hiciste a aquella chica hace dos años.

Nick palideció, parecía que vió un muerto recién salido de su tumba.


Noveno Capítulo

Tercera persona




— ¿Cómo te enteraste de ella? ¿Q-quién te dijo?— la voz de Nick sonaba aterrorizada.

—Sophia Lee—pronunció M como si estuviese leyendo el título de una biografía por internet—, en aquel entonces tenía unos... ¿Dieseis años? Estudiaba en una escuela para chicas y disfrutaba de asistir a fiestas. — M miró fijamente a Nick— Pobre chiquilla— dijo mientras negaba con la cabeza varias veces y chasqueaba la lengua.

— ¡¿Cómo sabes de ella?!— volvió a preguntar Nick con desespero.

— Eso no es lo importante, — M le dio la espalda a Nick— lo importante es si supiste lo que sucedió con ella después del... "incidente".

M volvió su rostro hacia Nick, tenía una ceja enarcada y una expresión burlona, y a juzgar por su tono de voz conocía la respuesta a la pregunta.

M juntó las cejas y una expresión de falsa procuración adornó su rostro.

— La pobre Sophie sufrió mucho después de aquello.— Nick comenzó a parpadear frenéticamente— ¿Tienes alguna idea de lo que puede haber resultado por tus acciones?— su voz escondía diversión como si se tratase de un simple juego— ¿No?— ladeó la cabeza y caminó alrededor de la silla en la que yacía atado Nick.

Nick permaneció rígido en silencio.

— Bien, entonces creo que será mejor que refresque tu memoria.

M apuntó con un pequeño control remoto blanco al techo y una proyección se apareció frente al prisionero. M presionó unos botones y una imagen gris oscura se tiñó en la pared donde apuntaba el proyector.

— Disfruta. — se burló M y presionó un botón rojo en el control del proyector.

La pantalla se tornó negra y una cuenta regresiva se presentó en el centro de esta. Cuando la cuenta regresiva llegó a cero, un video de una fiesta tomó control de la pared. El video parecía haber sido grabado por algún teléfono celular, la calidad no era muy buena pero se podía diferenciar entre las cosas y personas.

El escenario estaba sumergido en colores de tonalidades azuladas y violetas, la música hacía casi inaudible los diálogos que se intentaban dar en aquel evento y la pista de baile estaba repleta de personas bailando apretujadas al son de la música.

La persona que grababa aquel evento dejó de hablar con alguien que parecía ser su amigo y subió las escaleras hasta llegar directo a una habitación en el segundo piso. Al aparecer el "camarógrafo" conocía bien el lugar.

Al entrar en aquella habitación, que por cierto, parecía ser de una chica, el camarógrafo dejó la cámara escondida en algún sitio que no se alcanza a mostrar muy bien y salió de la habitación.

Durante un par de minutos solo se pudieron observar unas cortinas azul celeste cubrir las ventanas, una cama tamaño Queen size en el centro de la toma y un gran espejo de cuerpo completo a la derecha de la ventada. La puerta se abre con violencia y las personas responsables de esto son una pareja de adolescentes besándose apasionadamente. El chico era rubio, de tez clara y la chica tenía rasgos asiáticos.

La pareja aterrizó sobre la cama y cuando las cosas parecían intensificarse, la chica deja de besar al chico y lo aparta de ella poniendo sus brazos en el pecho de este. El chico la mira confundido y molesto, por primera vez podemos apreciar con mayor claridad el rostro del chico.

Era Nick.

Nick continúa besando a la chica y la sujeta de sus brazos para inmovilizarla. La besa en el cuello y esta hace todo lo posible para detenerle.

Los ojos de Nick al ver esta escena buscan algún otro punto en donde fijar la mirada, cualquier lugar que no fuese aquella proyección. M parecía disfrutar ver como Nick luchaba por permanecer calmado, imperturbable.

El video comienza a proyectar las escenas más explícitas, la chica ya no se mueve, solo llora en silencio y Nick jamás se detiene. Nick comienza a sentir el estómago revuelto y siente el ácido estomacal viajar por su garganta para escapar de él. No quiere vomitar, lo último que quiere es darle aquella satisfacción a M.

El video finaliza y Nick sentía que su estómago mejoraba, su cabeza dolía y no podía respirar apropiadamente.

— Nick. — Llamó— ¿Supiste qué fue lo que sucedió con aquella chica?— M ladeó la cabeza con una pequeña sonrisa.

Nick sudaba frío y su cabeza daba vueltas, no podía pensar con claridad.

—Aquella chica, —M señaló el rostro empapado de lágrimas de Sophie proyectado— aquella pobre chica que violaste, quedó embarazada de ti. — M caminó hacia Nick con lentitud— Y cuando se enteró de esto...— Acercó su boca al oído de Nick y dijo en un susurro— Se quitó la vida.

Nick sintió una punzada en el corazón.

— Dime, —M dijo arrastrando cada letra— amiguito. ¿Qué se siente haber orillado a una pobre chica joven a quitarse su propia vida y la de su bebé? —M rodeó la silla y quedó cara a cara con Nick. Se acercó y dijo viendo directo a los ojos de Nick— Fue tu culpa que esa chica muriera, que su hijo muriera, tu hijo. Los mataste y eso nunca va a cambiar. —se aleja del rostro de Nick— Creo que es comprensible el que yo haga todo lo que estuviese en mis manos para alejar a alguien como tú de Delilah. Jamás dejaré que algo como eso le suceda a ella, a mi querida Delilah.

Nick permanecía en silencio, tenía la mirada perdida y las mejillas pálidas.

— Bien, esto es todo por hoy— M se fue dirigiendo hacia la puerta que daba a unas escaleras para subir a la planta superior—. Nos vemos después— salió por la puerta pero antes de cerrar la puerta detrás de él agregó—, Nick.


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—Mim   

Mi Querida DelilahDonde viven las historias. Descúbrelo ahora