Capítulo 13

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Max
Capítulo uno
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Mi nacimiento jamás fue una bendición.

Mi madre era muy joven para ser madre y mi padre no parecía querer algo serio con ella. Con nadie.

Cuatro años después nació mi hermano menor, Kenny, y antes de él mi hermanita Dennise.

Jamás sentí el amor de una familia, mi padre hacía todo lo que se encontraba en sus manos para recordamos lo indeseados que eramos, no eramos más que un estorbo.
Cuando era más pequeño me dolía el trato tan frío de mi padre, pero cuando nacieron mis hermanos aprendí a superarlo, a tragarme todo el dolor para poder darles amor a mis hermanos.

No quería que ellos sufrieran tanto como yo lo hice cuando estaba solo.

A pesar de mis intentos por amar a mis hermanos y hacerles sentir queridos, nada de lo que yo hiciera podría reemplazar la ausencia de nuestros padres. Mi madre, Catherine, trabajaba para mantenernos a todos. Ella solía trabajar como enfermera, cajera y costurera, y cuando regresaba a casa nos ayudaba con la tarea y limpiando.
Mi padre fue, es y siempre será a quien más le tengo odio y resentimiento; lo único que nos dedicó fueron miradas fulminantes y palabras heladas. Las unicas veces en las aue nos tocaba, eran cuando nos empujaba para quitarnos de su camino:

—Ken, ¿qué sucede? —me acerqué con él , tomé de sus pequeñas manitas y la ayudé a levantarse.

—Le hizo un dibujo...—dijo mi hermana D con su débil vocecita y los ojos conteniendo lágrimas.

Lo odié. Cada día lo odiaba más que el anterior y mi odio sigue creciendo con el paso del tiempo. Odié como era capaz de herir de mil formas diferentes a sus hijos de siete y cinco años. Odié como a pesar de que les lastimaba, mis hermanos aún le veían como un padre. Apreté mis dientes y fulminé con la mirada a Kevin, "mi padre". Kevin se limitó a abrir una cerveza y a darle un gran trago mientras apoyaba sus pies en la mesa de centro frente al televisor basura.

—Vengan —Dije con suavidad. Tomé de sus manitas a mis hermanos y los llevé de la sala a la cocina.

Dennise tenía los ojos vidriosos y Kenny lloraba mares. Yo me acerqué, les di unos de los dulces que mantenía escondidos de mi padre y con mis manos sequé las lágrimas de las mejillas rosadas y esponjosas de Kenny.

Mi madre trabajaba sin descanso para mantenernos, ella no era un androide o una maquina, así que no pudo mantener el ritmo aquellas largas journadas de trabajo por más tiempo. Asi que, enfermó y terminó durante sus últimos días postrada en una cama de hospital que ni siquiera podíamos pagar. Cada vez que mis hermanos y yo la visitabamos, ella se disculpaba por causarnos tantos problemas... Me dolía que dijese eso, cuando ella fue quien evitó que hace años todo colapsara.

Mi madre era una mujer fuerte a la vez que débil. Trabajaba muy duro por nosotros, pero se dejaba manipular por Kevin. Recuerdo sus últimas palabras;

"Maxance, ciuda de tus hermanos y de tu padre".

Dijo que ciudara de mis hermanos y del hombre que hizo de nuestras vidas una miseria. El hombre que la dejó sola en la oscuridad, enfrentando lo que era ser madre sin un compañero. El mismo hombre que ni se molestó en visitarle, ni una sola vez, ni siquiera cuando estaba por morir y sin embargo ella me pidió que cuidara de él. Su amor le cegaba, siempre fue así, y por eso jamás pudo ponerle un alto a aquel hombre.

Cuando mi madre murió comencé a trabajar, quería apoyar económicamente a mis hermanos. Mi padre seguía sin trabajar, pero de algún modo conseguía dinero para mandarme a comprar su alcohol. Aún recuerdo el día que me atreví a negarme; ese día Kevin no dejó de golpearnos a Kenny y a mí, mientras gritaba que eso era lo que nos sucedía por desobedecerle. Cuando Dennise intentaba ayudarnos, él le tomabá del cabello y la lanzaba al otro lado de la habitación.

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⏰ Última actualización: Dec 04, 2019 ⏰

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Mi Querida DelilahDonde viven las historias. Descúbrelo ahora