Capítulo 1

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Primer Capítulo

Narración Tercera Persona


— ¡Max!— saludó Delilah entusiasmada — ¿Qué tienes planeado para esta tarde?

— Bueno, planeaba ir a la feria con Nick pero él terminó rechazándome. — soltó una pequeña risita avergonzada desde el otro lado de la línea —Él dijo que el que dos chicos vayan juntos a una feria vendría siendo algo— alargó la última palabra en busca de una palabra más adecuada para completar su frase — raro, así que...

— Oh, — interrumpió — de hecho, hablaba para invitarte a ti y a Nick a la feria de hoy.

— En ese caso, supongo que Nick no podrá negarse.

— De acuerdo, entonces nos vemos en la entrada dentro de tres horas— dijo con una sonrisa involuntaria dibujada en el rostro, por alguna razón hablar con su mejor amigo siempre le daba cierta sensación de alegría. Delilah colocó de nuevo un mechón rebelde de su cabello castaño de vuelta tras su oreja con su mano libre y después la llevó a su costado.

— En la entrada de la feria a las siete, será— dijo Max corroborando la información previamente dada — Hasta entonces, D— se despidió con un tono de voz dulce y juguetón.

— Te veo allá, Max. — se despidió utilizando un tono de voz similar al contrario.

Max colgó la llamada después de escuchar a Delilah y esta despega el teléfono de su oreja después de escuchar por unos segundos los insistentes pitidos provenientes de dicho artefacto indicando el fin de la llamada telefónica. Delilah guarda su celular en el bolsillo de su sudadera negra y comienza a alejarse poco a poco del instituto.

[...]

Delilah caminaba a paso acelerado por las calles casi desoladas que daban a la plaza principal, lugar en donde se llevaba a cabo la feria de primavera. Cada vez que daba un paso por el frío cemento de las banquetas Delilah se regañaba a sí misma internamente por no haber pedido a Max y a Nick que le recogieran.

Pero ya era muy tarde, ellos muy seguramente ya se encontraban esperando en el punto acordado.

Cada que dejaba atrás un callejón oscuro aparentemente sin salida escuchaba sonidos que le helaban la piel producto de su imaginación y a la ansiedad que sentía en aquellos momentos. Se aferró fuertemente a las mangas de su sudadera negra y se aseguró de mantener la vista hacia la dirección en la que iba sin despegarla en ningún momento. Avanzó torpemente por las banquetas de cemento aumentando la velocidad de sus pasos cada vez más y permitiendo le guiaran unas tímidas luces cálidas que iluminaban aquellas calles, evitando que la oscuridad absoluta se adueñara de los alrededores.

Finalmente, Delilah pudo divisar a lo lejos las figuras diminutas y borrosas de sus mejores amigos, llevando a su fin aquella vívida pesadilla que parecía no tener final. Estos se encontraban parados al pie de un enorme y frondoso árbol con hermosas hojas de un color verde claro brillante y con raíces que sobresalían del suelo.

Delilah corrió hacia donde se encontraban sus amigos de manera que parecían que su vida dependía de ello. Al llegar, Delilah flexionó sus rodillas apoyando sus manos en sus muslos mientras jadeaba descontroladamente gracias al cansancio, ya que cabía a recalcar que ella no contaba con una gran condición física.

"¡Maldita sea! debí haber aceptado la invitación de mi hermano para salir a correr en las mañanas" pensó.

— Ya llegué— anunció la chica de cabellos cafés entre jadeos confundiendo a sus amigos.

— Sí, eso lo puedo notar— dice Max enarcando una ceja de manera interrogante y con notable diversión en la mirada — No preguntaré.

— Gracias— agradeció la chica con una sonrisa fingida y rodando los ojos con notable fastidio. Max suelta su característica risita burlona ofreciéndole una mano para que esta pudiese erguirse completamente con más facilidad.

Mi Querida DelilahDonde viven las historias. Descúbrelo ahora