Bajo tinta roja

14. Idiotas.

Tediosas cartas.

Desde que me enteré que estaban persiguiendo a Amelie, pues...No he parado de estar con insomnio, ósea, quien diablos, tiene ese poder animal, para querer matar a semejante jovencita, uf, eso me hizo sonar como viejo de la quinta avenida. Me he tomado muchos expresos, y no ayudan, mi corazón palpita más de lo demás, y a pesar de todo se tan poco de ella, que realmente no es como si la amara, pero si lo hago, es confuso. Y me da risa leer y escribirlo, la locura.

El otro día, (hablando sobre cafés) fui a uno que estaba cerca del instituto, ya saben, el que está junto al Instituto Otaku, ese de lo raritos, pues me ha gustado mucho, no por las Maids, si no por la comida, y por qué es un lugar apartado de mi círculo de relaciones, estaba haciendo una lluvia de ideas, lo único que sabía del caso, es que se llamaba Amelie, tenía, que empezar desde algo, a investigar, a ser, prácticamente su niñero, no es de machista, no, yo la quiero proteger, y esto cada vez me gana más, y se va tomando mi cuerpo.

Pensé, en tal vez alguna persona que odiaba, pero solo se me pasaba Tsunami, y no quería preguntarle. Sabia muy bien que Tsunami, por más mujeriego que sea, no iba a ser, y me carcomía de a poco la mente, pero, al final cerré mi libreta y me dirigí a su casa, muy solitaria. Ella estaba tendida, tomando un refresco. La salude con cautela y miedo.

— Amelie.

— ¿Si?— Fue lo primero que salió de sus labios.

— ¿Alguien te odia?

Se quedó callada. — No sé si exactamente, alguien me odia, pero yo sí odio a muchas personas, ¿Por que la pregunta, Love?

— Quiero saber quién y por qué.

Sin peros.