Bienvenidos a este nuevo fic. Si, es un lapiven.
Un gran tipo que vive en Argentina fue muy amable conmigo y en agradecimiento le dije "Pídeme un Shot de lo que gustes y lo hago"
Y aquí esta. Pero como suele pasarme con estas cosas, se me fue de las manos y pues, no será un shot, si no un fic propio.
No será muy largo pero, a diferencia de El Tercer Otoño, me vi en la necesidad de partirlo en capítulos y simplemente no pude aguantar. Por eso publico hoy.
De verdad lo siento @tanqueponce pero era demasiado en mi corazón para guardarlo. Lo que si te prometo es que en escrito ya casi esta acabado. Al final más explicaciones.
Esto es drama y se abordan temas duros. Pero le prometí al hermano Tanque, que, a diferencia de mis otras historias, tendrá final bueno.
Aunque bueno es relativo je, je.
Sin más, les dejo con esto.
_______________________________
"¡Por favor detente! ¡¡Ya detente!! – Gritaba una mujer desesperada.
-¡Cállate, pendeja! ¡Es tu maldita culpa que yo tenga que hacer esto!- Respondió toscamente aquel hombre mientras empujaba a su esposa con la fuerza suficiente para hacerla caer con violencia.
-¡Déjala Papá! ¡Yo tuve la culpa! ¡Es mi culpa!-
-¡Eso ya lo sé!- Retumbó esa voz grave y enferma; para luego preparar sus nudillos y estrellarlos contra el endeble cuerpo que tenía enfrente, una y otra vez
Un grito agudo murió de silencio."
La mañana era fresca y húmeda. Leves gotas escurrían al acumularse en el cristal de la única ventana en aquel cuarto, que de tan pequeño, parecía más un armario grande.
El frío que se mantenía en el ambiente, era la clara insignia de que la noche había sido de lluvia y torrencial.
Una cama individual pegada en una esquina dejaba al joven chico de cabello negro casi enfrente a ese rectángulo brillante que, sin cortina alguna; era más que una leve lámpara natural dando un tono azulado al piso, a viejos libros y a las estrechas paredes.
Todo azuloso, como en un camarote bajo del mar.
Se volvió a acomodar con lentitud cubriéndose con las duras cobijas, recogiéndose a sí mismo en posición fetal. Hacía mucho frio afuera de su cama.
En realidad, hacía frio en todos lados a los que iba. Se envolvió con más firmeza en las cobijas.
En su somnolencia trataba de no recordar que hoy era su segundo día de clases en un nuevo Instituto. Clases nuevas en lo que para él no era más que un nuevo infierno. Steven apretó los dientes de rabia.
El primer día había sido aún peor de lo que había pensado y definitivamente no tenía ningún deseo de volver.
-Al final, no importa.- Se dijo.
Desde su punto de vista la escuela era un asco; siempre lo había sido pero en los últimos años se volvió insoportable, al grado de haber sido expulsado por faltas en el anterior colegio.
-Todo es mi culpa, todo esto es mi culpa.- Se decía constantemente mientras se hacía cada vez más pequeño.
Steven estaba convencido de todo lo que sufría en la escuela era a causa de dos motivos. Dos razones que lo hacían odiarse a sí mismo.
ESTÁS LEYENDO
Dime que es un Sueño
Teen FictionSteven es un niño adoptado que sufre día a día una vida que no se buscó. Un cambió de escuela le da la oportunidad de vivir la experiencia más arrolladora y cruel. A lo mejor el amor pueda darle la felicidad que un ser inocente merece; y en su pasó...