Como explicar que hay cosas que surgen solas. Apoyados de esos retos.
Es una lástima que hay grandes autores que no entran.
Steven conoce a alguien. ¿Nunca conocieron a alguien y hubieran querido que todo les fuera bien? Y a veces, no.
***
"-¡Ay! ¡No por favor! ¡Ay! ¡AAAAAAAAAAAH!- Eran los agudos gritos de un niño de, quizá, ocho años. En un cuarto.
En el suelo frio.
- ¡Por favor no Sourcream! ¡Yaaaa! ¡Me arde! ¡Me arde mucho!-
-Cállate, así le quitan las garrapatas a los perros. A los perritos entrometidos.- Dijo con esa parsimonia que lo definía.
Y las risas desquiciadas de desconocidos se perdieron entre el olor a tabaco y marihuana, envinado con carne chamuscada"
La mañana... fresca.... húmeda.
Tan húmeda que podías sentir como se estrujaban las fosas nasales con la persistente molestia de minúsculas partículas vivas. Estaba acostumbrado a ese escozor.
Steven se encontraba sentado al borde de la cama mientras pequeños espasmos en la espalda se manifestaban de forma inconsciente; memoria refleja de las torturas que había vivido siendo aún muy pequeño reactivadas ahora por el onírico baile con la noche. Podía sentir el ardor lacerante rompiendo su piel y las risas. Las malditas risas.
Se puso de pie y se vistió automáticamente. De entre las cosas regadas tomó su mochila y salió a la sala ensimismado. Aún era bastante temprano.
Se sirvió un vaso de leche y tomó un pan viejo que sirvió con algo de jamón. No tenía caso llevar un refrigerio a la escuela, nunca le dejarían comerlo. Y no llevaría alimento a esos perros, a esos malditos.
Ante todo aquel insípido desayuno era lo habitual para él, rara vez probaba algo más completo ya que Vidalia solo hacía desayuno para ella desde que Sourcream se había ido dos años atrás. Además de que le había prohibido el uso de la estufa.
Por la tarde era común la sopa aguada o caldo de frijol o bien, si tenía suerte, carne asada vieja que quedaba de días anteriores. Lo que estaba en un plato sin tapar en el refrigerador, era algo que podía tomar. Esos eran sus manjares.
Comer en la escuela era un mito ya que rara vez tenía dinero. Aunque siempre llevaba consigo una manzana envuelta en una servilleta blanca. Por algún motivo que no le interesaba averiguar, Vidalia siempre tenía manzanas rojas en el refrigerador.
Se aseo lo dientes, tomó sus útiles y salió dispuesto a llegar a la parada. Allí donde dejaría su dinero en manos de ese chico sucio.
-Maldita sea- Pensó mientras salía del portón de su casa.
***
Saliendo del amplio frente de su hogar torcía a la derecha poco más de una cuadra. Esa calle era estrecha y con árboles frondosos cuyas raíces ya habían levantado parte de las banquetas. Fraccionamientos olvidados a las orillas de la ciudad.
Siguiendo de frente la calle finalizaba saliendo a una avenida mucho más amplia, de doble sentido; la bien llamada periferia de una ciudad que apenas conocía.
Frente a él y atravesando la calle una inmensa pared bañada con una enredadera se alzaba inmensa; una casa de ricos que nunca había tenido el gusto de conocer. Torció a la derecha, ahora estaba a una cuadra de la parada del autobús.
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Dime que es un Sueño
Teen FictionSteven es un niño adoptado que sufre día a día una vida que no se buscó. Un cambió de escuela le da la oportunidad de vivir la experiencia más arrolladora y cruel. A lo mejor el amor pueda darle la felicidad que un ser inocente merece; y en su pasó...