Mi intención era soltar este capitulo completo, pero no pude. Más información al final.
Espero les agrade.
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Debajo de una sábana, temblaba.
El miedo se colaba en sus oídos. Cosas que no entendía pero que le provocaban escarcha en su pecho y vientre, se presentaban. Movimientos. Sonidos. Se apretaba más contra sí. Apretaba los ojos como pensando que eso lo salvaría de todo mal.
Una mano se posó en su espalda y se sintió como la muerte. Y la muerte fue bajando lentamente sus dedos.
Comenzó a llorar mientras sentía la repulsión brotar.
-Dé...ja...me...por favor...-
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Un portazo cimbró la casa completamente. Vidalia había salido.
Steven no abandonaba la seguridad de su cuarto hasta estar seguro que ella se había marchado. Se había tornado insoportable desde que descubrió que la cajetilla en su habitación había desaparecido.
Lo abofeteó, le haló las orejas, le dio media docena de pescozones pero de la boca de Steven solo arrancó un: yo no sé nada.
El chico ante el silencio por fin salió de su cuarto cerrando la puerta detrás de él.
Un día más estaba iniciando.
Después de su pobre rutina alimentaria salió de su casa guardando de inmediato las manos en los bolsillos; ensimismado nuevamente en recuerdos borrosos y escenarios que imaginaba quizá, alguna vez pasarían.
Soñaba que se encontraba una maleta con mucho, pero mucho dinero y que se iba lejos. Se imaginaba en otra ciudad, en una casa hermosa con una televisión grande. Y mucha comida rica.
Eso le hacía sonreír y le entregaba un extraño placer. Sabía que vivía de la imaginación. Pero era feliz, aunque sea con eso.
Torció a la derecha y se adentró a la gran avenida del periférico. Se detuvo a unos pasos del desagüe, lo vio vacío, como siempre.
-El desagüe.- Pensó con algo parecido a la ansiedad.
Le llegó junto con el viento frío un golpe de tristeza franca y, dándose cuenta que se hacía rutina, bajó al pasillo para caminar a orillas del arroyo de aguas negras.
Olía a podrido como siempre y prestándole atención por primera vez pudo distinguir el limo verde oscuro ondulando en la orillas por la incesante corriente. Por allí escurría la historia vergonzosa de toda una ciudad. Pero que más daba.
Caminando llegó hasta el al final del pasillo y, como cada día, solo asomó su cabeza lo suficiente para poder dar un vistazo a todo el panorama.
Vio la hierba, los árboles lejanos y perezosos, el barranco, el basurero del lado izquierdo plagado de aves negras y, pegado a la alta pared de la casa millonaria justo a su izquierda, estaba ella con su sudadera morada y sus pantalones negros relavados. Sus tenis grises rotos y su capucha puesta, sentada en la tierra mientras tenía los brazos cruzados sobre sus rodillas levantadas.
Steven no supo que sentir. Se aferró a los tirantes de su mochila para tomar valor, respiró con profundidad y se encaminó hacia ella con pasos como latidos.
El cielo azul celeste con nubes leves. Quizá algo de frío.
Se detuvo a un metro de ella y el silencio parecía dominarlo todo. Las aves carroñeras rompían bolsas de basura a lo lejos y sus graznidos, como risas espectrales, se dejaron sentir.
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Dime que es un Sueño
Teen FictionSteven es un niño adoptado que sufre día a día una vida que no se buscó. Un cambió de escuela le da la oportunidad de vivir la experiencia más arrolladora y cruel. A lo mejor el amor pueda darle la felicidad que un ser inocente merece; y en su pasó...