Uno en un millón (Wigetta)

♥¿Te acuerdas?♥

*Samuel*

-¿Están listos?-.

-Si... Sabes aue aún sigo dudando si ir o no-.

-¿Y a mí que me importa?. Es tú mamá y te necesita-. Guillermo solo bajó la mirada y tomó sus maletas para ir en dirección a la casa de sus padres.

-Papá... ¿A donde vamos?-. Anais preguntó incrédula de la situación.

-Vamos donde las abuelos. Los verás por primera vez-. Le dije tomándola de la mano.

-Wii... Ya quiero llegar-.

-Tranquila fiera si aún ni salimos de la ciudad-.

-Pero hija... Ella está enferma y sería mejor que no se acerquen mucho. Puede ser que alguno tenga lo mismo que ella y terminen resfriandose más grave de lo normal-. Dijo preocupado Guillermo. Igual tengo miedo de que eso pase, pero ojalá que no suceda.

(• • •)

-Bién... Ya estamos aquí. Quiero que te quedes a mi lado, ¿Me escuchas?. Que no se te pase por la cabeza escapar-.

-Bueno... -.

-No estés triste...-. Puse mi mano en su mejilla haciendo que nuestras miradas se conectarán.
-No pasará nada, todo estará bién-.

-Ok... Golpea de una vez y lo que pase pase-.

Rode quedando frente a la puerta y sin más di unos golpes en ella para luego escuchar unos pasos acercarse. Comenzó a abrirse de a poco y tras ella salió Carmen con un sonrisa.

-Buenas tardes, que necesiiiii... ¡¡Samuel!!-. ¿No que estaba enferma?.

-¿Qué haces levantada?-. Le dije seriamente.

-Em bueno... Yo estaba buscando...-.

-Me haces venir pensado que estabas muy enferma y te veo de lo más bién de pie-.

-Eso te lo puedo explicar luego. Pero dime con quién andas que se esconde atras tuyo-.

-Ah... H-Hola mamá-. Guillermo salió temeroso salidando con la mano arriba.

-¿H-Hijo?-. Carmen comenzó a tiritar al no tener que decir.-¡¡AHORA APARECES DESPUÉS DE 4 AÑOS PENDEJO!!-. Ok, creo que está muy enojada.

-Carmen... Calmate un poco-.

-¡¡TÚ SABÍAS DE ESTO Y NO ME DIJISTE NADA!!-.

-Tranquila, yo me enteré hace poco-.

-¡¡Y A MÍ QUE ME IMPORTA. ENTREN DE UNABVEZ ANTES DE QUE HAGA ALGO QUE ME ARREPIENTA MÁS TARDE!!-.

-Papá ¿Porqué esa señora está gritando?-.

-Por nada Nico, solo está un poco enojada-.

Creo que Carmen ya se calmó un poco cuando vió a uno de los niños hablar con Guillermo.

-¿Y él?-. Preguntó.

Nico la miró y luego se escondió atras de Guillermo junto a Ani y Sami. Su cara cambió a una de asombro tras ver a los 3 pequeños con el seño fruncido.

-No será obvio quiénes son-.

-P-Pasen de una vez-. Entramos con la mirada de Carmen muy pegada a nosotros.

De un momento a otro el ambiente se puso muy tenso y los niños lo notaron, porque, ninguno hiso algún tipo de movimiento tan brusco.

-Y bién...¿Alguno tiene que hablar o no?-. Dijo ella un poco bajo.