♥Sangre♥

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-N-Niños, les quiero presentar a alguien... -. Tengo miedo.... No se como van a reaccionar, será la primera vez que interactúe con ellos y ellos conmigo.

-Hola, soy luzu-. Él se puso a un costado mio y se presentó amistosamente.

-Hola, un gusto... Me llamo Samuel-. Dije estrechando mi mano con la suya.

-¡¡Mira nico, el es nuestro otro papi!!-. Gritó la más pequeña haciendome saltar del susto y de inmediato prestarle atención a ella.

-Anais no grites porfavor-. Que lindo nombre tiene la pequeña. Ya no se que hacer y como reaccionar... Debería hablarles o solamente esperar a lo que Guillermo hable.- A ver... Él, es Samuel. Les hablé de ellos ayer-.

-Si, todavía me acuerdo. Pero no pensé que fuera del porte de papi-. Dijo el pequeño que estaba al lado de Anais.

-Cierto... Pero se parece mucho a Sami. Papi ¿Donde está Sami?-. Dijo Anais buscandolo. Cuando lo vió corrió hasta donde estaba.

-Guillermo... ¿Como es eso de Sami?-.

-Emm.. Bueno, te explico-. Decía colocándose rojo como tómate.

-¿Se llama como yo?-. Él solo asintió con mucha vergüenza. Eso me llenó de ilusión, desde que era pequeño quise tener un hijo y colocarle ese nombre.

Pasó unos minutos hasta que Anais llegó con Sami poco más y tirandolo para que viniera.

-Ani dejame, no se quién es-. Decía enojado, poco más y no se ponía a gritar.

-No te enojes... Solo es nuestro otro papi-.

-¿El otro papi? ¿El que dijo ayer papi?-. Decía ya más relajado, pero aún se le notaba un poco de desconfianza.

Mientras que ellos hablaban me di cuenta de que el otro niño... Creo que se llama Nicolás, estaba mirandome seriamente desde abajo. Yo le sonreí amistoso, pero el aún tenía la misma cara.

-¿Qué te sucede pequeño?-. Le dije colocandome a su altura.

-¿Cuántos años tienes?-. Fue lo único que dijo.

-Bueno... Tengo 25 años-.

-Estás muy viejo para papá-. ¿Qué? ¿Me llamó viejo?... Si solo soy 2 años mayor que Guillermo.

Escuché como El amigo de Guillermo y él reían por lo que dijo Nicolás. Yo quedé en blanco.

-Pero sabes que viejo y todo, me caes bién-. Dijo para luego abrazarme con sus pequeños bracitos.... En ese momento me dio tanta alegría que casi me coloco a llorar en frente de todos. Se sintió tan bién ese momento que no lo cambiaría por nada.-Levantameeeee...-. Yo no dije nada y sin más lo levanté

-Hijo, no te aproveches tanto-. Decía Guillermo regañandolo.

-Ay papá, después te dejo con él el tiempo que quieras-. ¿Que leches?... Como que tiene un poco de sentido del humor.

-No hables esas cosas niño que eres muy pequeño-. Decía Guillermo colocándose rojo.

-Ya pero no se sonrroje-.

-¡¡Tu callate Samuel!!-.

-Me quiero bajar-.

-Oye pero relajate-. Le dije amistosamente.

-Me quiero bajar-.

-Lo estoy... Solo que... -.

-¡¡Me quiero bajar!!-.

-Ok ok, no te enojes te bajo-. Al bajar a Nicolás corrió donde estaba Anais y Samuel.

-Bueno... Yo me voy, tengo que ver si a José se le quitó el enojo-.

Uno en un millón (Wigetta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora